Por Lic. Azul Etcheverry A.
El pasado 09 de agosto se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, como marco de esta efeméride, la Secretaría de Medio Ambiente llevó a cabo un foro virtual para reconocer y valorar el conocimiento de las culturas tradicionales de México.
El titular de la Secretaría, Víctor M. Toledo, comentó que en México existen 25 millones de mexicanos y mexicanas que siguen actualmente hablando una lengua indígena y están orgullosos de reconocerse como miembros de alguna de estas comunidades. Estas cifras colocan a nuestro país en la segunda posición de los países bioculturalmente más ricos del mundo, después de Indonesia.
Hoy en día se conservan 30 millones de hectáreas a través de 182 área naturales protegidas precisamente por la presencia de las comunidades que permite la preservación de porciones importantes de flora y fauna, gracias a sus prácticas sustentables, que están en equilibrio con el mundo natural.
Aquí les comparto un poco de lo comentado por el funcionario federal: “El mejor ejemplo es que las mayores porciones que todavía quedan de selvas tropicales coinciden con los territorios de los pueblos indígenas”. “Para la Secretaría de Medio Ambiente los pueblos y comunidades indígenas son actores centrales y partícipes de las acciones y políticas que han emprendido en este gobierno”.
Leopoldo Valiñas, académico especializado en lenguas indígenas, reconoció que la diversidad lingüística en México es enorme, comentó que de acuerdo con el INALI, el 49% de las lenguas indígenas están en alto riesgo de dejarse de hablar; por otro lado, Irma Juan Carlos, presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas de la LXIV Legislatura, e indígena chinanteca del estado de Oaxaca, hizo hincapié en la riqueza natural y cultural de las etnias de México, que dentro de sus alcances ayudan a reducir problemas como el calentamiento global y a su vez ayudar a reducir el cambio climático.
En el Foro se me hizo la solicitud al Gobierno de México para recurrir a prácticas amigables con el medio ambiente de los pueblos indígenas, a un desarrollo desde su propia visión, con intervención de bajo impacto en sus territorios, porque sus actividades como la siembra de maíz y hortalizas son para el autoconsumo.
Aquí es donde entra la conciencia ambiental y se deben poner sobre la mesa esos proyectos como el Tren Maya y el Tren del Istmo, que supuestamente la 4T pone en consulta a las comunidades que viven alrededor y en medio de sus desarrollos, tal parece que no se han puesto a considera el daño a la resiliencia de esos ecosistemas.
Considero que agradecer todo ese apoyo al medio ambiente y a la cultura de nuestro país puede hacerse con hechos palpables que mejoren sus condiciones de vivienda, alimentación y economía, y no solo con un par de palabras que sean echadas al aire, como comúnmente sucede con nuestros pueblos indígenas.