La esperada transformación en la vida política de nuestro País sigue sin consumarse; sin rectificarse, es más, sin entenderse; miremos el presente, la actual administración sigue (y por lo visto seguirá) distrayendo de los conflictos de la vida nacional para evadir su responsabilidad como Gobierno.
No se menciona mucho sobre las muertes acumuladas por la pandemia; tampoco llama mucha la atención del Presidente la recesión económica que el mundo enfrentará en 2021; las criticas de medios internacionales como la emitida por el diario inglés; “The Fianancial Times”. Quienes califican de “autoritario e inoportuno” al Presidente por sus decisiones sobre apostar en favor de la quema de minerales en lugar de las energías limpias; así como el control total sobre la Suprema Corte, que pareciera estar a órdenes directas de los caprichos presidenciales y no salvaguardando la prosperidad del país se descalifican por “neoliberales” quienes lo cuestionan.
Una calificación similar recibió el ex gobernador del Banco de México; Agustín Carstens, quien predijera que el siguiente año se espera una crisis de la cual muchos empresarios no podrían sobrellevar, AMLO, a su vez respondió; “no creo que se haya referido a nosotros, porque no soltamos dinero a empresas, ni estímulos fiscales, ni nada de eso.”
Por lo declarado, supongo que el Presidente no ha estudiado la economía mundial, la globalización en los mercados y mucho menos la geopolítica, pareciera que ignora por completo el actual modelo económico mundial, y se atreve a asegura por “corazonadas” el bienestar de nuestra Patria a pesar del panorama mundial.
Un sinfín de problemáticas reales son opacadas por un sinfín de ridículas ocurrencias, exigir el Penacho de vuelta, exigir disculpas (otra vez) por los crímenes durante la conquista, hacer consultas sin sentido, utilizar el “sagrado baúl de los otros datos”, en fin; estar anclado en la corrupción del pasado para no hacer mención de la del presente. Digámoslo así; México no tiene división de poderes ni de ideologías, todos están concentrados en un autócrata poco comprensible, y si no estás de acuerdo eres corrupto, infeliz o neoliberal.