El Día de la Candelaria ¿Por qué se comen tamales?
- La Noticia al Punto
- 31 ene
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El 2 de febrero marca el cierre simbólico de las festividades de fin de año en México con la celebración del Día de la Candelaria. Esta fecha tiene sus raíces en la tradición católica, que conmemora la presentación del niño Jesús ante las autoridades eclesiásticas, realizada 40 días después de su nacimiento.

Sin embargo, más allá del significado religioso, el Día de la Candelaria es también una fiesta gastronómica protagonizada por los tamales. Ya sea que se preparen con salsa roja o verde, envueltos en hojas de plátano o maíz, enormes como el zacahuil huasteco o con un toque especial como el barbudo del Pacífico, los tamales son un símbolo indiscutible de esta celebración. Acompañados de champurrado o atole, se convierten en un verdadero festín que une a las familias mexicanas.
Una fusión de creencias
Como muchas tradiciones mexicanas, el Día de la Candelaria es el resultado de un sincretismo entre las creencias de los pueblos originarios y las prácticas traídas por los conquistadores europeos. Mientras que los católicos llevaban candelas al templo para la presentación del niño Jesús, las culturas prehispánicas celebraban al sol nuevo y realizaban ofrendas a Tláloc, dios de la lluvia, y a otras deidades relacionadas con la fertilidad y la cosecha.
Según los relatos de fray Bernardino de Sahagún, los pueblos originarios organizaban ceremonias en estas fechas para obtener el favor de Tláloc, en las cuales ofrecían tamales hechos con hierbas amargas y carnes como pescado, venado o xoloitzcuintle. Estos tamales eran una forma de compartir los dones de la tierra y los elementos naturales, fortaleciendo su vínculo con las divinidades.
La evolución del tamal
Con la llegada de los europeos, los tamales evolucionaron: se incorporaron ingredientes como pollo, cerdo y queso, transformando esta ofrenda ancestral en el platillo versátil que conocemos hoy. Cada región de México ha creado sus propias versiones, desde tamales dulces hasta aquellos que desafían los límites de la creatividad.
El Día de la Candelaria no solo celebra la unión de la fe católica con las tradiciones prehispánicas, sino que también exalta el arte culinario y la riqueza cultural de México. Así, los tamales se convierten en algo más que comida: son un vínculo entre el pasado y el presente, una forma de honrar nuestras raíces y de compartir con quienes nos rodean.
En esta fecha, ya sea por tradición o simple amor a los tamales, el sabor y la historia se entrelazan en cada bocado, recordándonos que las raíces de nuestras festividades son tan diversas como el país mismo.
Por Areli Rodríguez Compartir en WhatsApp
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