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Foto del escritorLa Noticia al Punto

Conectados, por Azul Etcheverry Aranda

Hemos escuchado muchas veces, incluso hemos hablado en este espacio sobre la relación bilateral México - Estados Unidos, sobre su evolución y cómo ha pasado de ser una relación asimétrica a una de interdependencia, equilibrio y conexión. En nuestros días, donde el nacionalismo radical está apareciendo en todo el mundo y en nuestra región norteamericana, es importantísimo hablar de, más allá de la convivencia, sobre cómo uno complementa al otro, sobre la necesidad de conservar una relación sana y productiva.


Esta semana escuchamos sobre una noticia que nos ayuda a ejemplificar lo anterior. Las tiendas estadounidenses “Nordstrom”, almacenes de ropa de marcas de media y alta gama, quienes tienen más de 100 años en el mercado, accedieron a ser adquiridas, entre otros socios, por el grupo minorista mexicano “El puerto de Liverpool”.


Nordstrom enfrenta presiones financieras en los últimos años, pues tiendas como Ross, Burlington o TJ Max, lugares donde los consumidores pueden encontrar productos de media calidad a precios muy atractivos, están acaparando el mercado. La brecha económica que se está abriendo por la inflación ha provocado que los que menos tienen prefieran un producto a precio accesible a otro de mayor calidad, lo que ha puesto en jaque a Nordstrom.


Del otro lado, El puerto de Liverpool, quien posee las conocidas tiendas departamentales Liverpool, se ha logrado posicionar muy bien en México. Con más de 116 boutiques en toda la república y operando con marcas reconocidas, muchas de ellas estadounidenses, son de las favoritas del mercado mexicano no solo en cuestión de ropa, sino también de electrodomésticos, muebles del hogar y tecnología. Su expansión ha sido notable en los últimos años donde también adquirieron a la cadena “Suburbia”.


En el pasado, Liverpool ya había lanzado una oferta por adquirir acciones de Nordstrom pero no fue exitosa, ahora, los dueños han aceptado con la idea de revivir las tiendas y traer una visión fresca de negocios a futuro que logre reposicionar a estos almacenes frente al mercado estadounidense. El acuerdo entre algunos particulares y el grupo mexicano supone 6.25 millones de dólares, los accionistas recibirán 24.25 dólares por cada acción ordinaria, lo que se traduce en 42% de las acciones de la compañía.


Hay que decirlo como es y con todas sus letras: las inversiones mexicanas estarán ayudando a conservar trabajos estadounidenses y a crear nuevas oportunidades económicas. Cualquier republicano promedio y ordinario ni daría crédito al escuchar lo anterior pero esa es la realidad de la relación bilateral, pues como este ejemplo hay muchos y no solamente relacionado a la esfera económica, la presencia mexicana ayuda a preservar y revitalizar desde sus empleos hasta su gastronomía.


En un sentido más amplio, observando la imagen completa, como dicen los estadounidenses, esto tiene que ser un elemento de poder que de fuerza de negociación a la delegación mexicana. Frente a los embates de la ignorancia México debe construir un muro que no deje pasar a agentes incendiarios a dañar una relación bilateral tan dinámica y vital para ambos lados del Río Bravo.


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