La carrera por la casa blanca se ha puesto al rojo vivo y parece que se pondrá aún más intensa. Apenas unas semanas han pasado del intento de asesinato de Trump, la herida física le sano rápido pero los resultados han pasado factura en ambos bandos. Ambos han sufrido las consecuencias de este suceso y se ha aumentado la tensión en la contienda presidencial.
Del lado republicano, la imagen de Trump ensangrentado con el puño levantado y la bandera de los Estados Unidos detrás se ha apagado en su efervescencia, aunque en el momento la imagen lo perfilaba como un defensor de los valores estadounidenses, ahora los demócratas lo vuelven a señalar como una amenaza para las normas democráticas. El efecto en las encuestas puede tratarse de algo temporal.
Por ahora, Trump parece fuerte en comparación de meses anteriores, su caso legal parece no amenazarlo más y el cambio repentino de candidato demócrata lo ha dejado momentáneamente como la única opción sólida.
Del otro lado, Kamala Harris es la candidata que busca ganar confianza y una propuesta robusta, sin margen de error y en un corto tiempo.
Podemos resumir los grandes desafíos de la candidata con los dos comerciales de televisión que se muestran para los estadounidenses en estos días. El primero, a favor, hace un recorrido de los cargos públicos importantes que ha ocupado y sus logros, la mencionan como la fiscal que defendió a los menores contra depredadores sexuales, como la senadora que defendió los derechos de las mujeres y como la vicepresidenta que bajó el precio de la insulina. Todo ello apunta a generar una imagen de confianza y a solidificar los argumentos de la campaña demócrata con hechos concretos.
Por otra parte, el otro anuncio televisivo la señala como peligrosa y deshonesta, en lo que es un ataque directo a uno de los temas más politizados de la contienda: la migración. Se menciona que no se ha gestionado bien el tema fronterizo lo que ha traído como consecuencia un aumento importante de cruces ilegales, delincuencia y consecuencias negativas para los ciudadanos contribuyentes. No es sorpresa que los republicanos, con el estandarte del discurso incendiario anti migrante, usen el mismo tema para desprestigiar al oponente.
Cualquiera que sea el resultado será muy interesante ver el desenlace de la contienda y como los intereses de los votantes estadounidenses se inclinan hacia un lado u otro, más aún, será ver cómo el ritmo de la política internacional está siendo moldeado desde ahora por la contienda por La Casa Blanca.
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