Una réplica de magnitud 3,9 sacudió a Marruecos el domingo, aumentando la tensión en el país mientras las autoridades y voluntarios seguían buscando sobrevivientes del devastador terremoto que azotó la región el viernes 8 de septiembre, el más fuerte en más de un siglo. Hasta el momento, se ha confirmado que más de 2.000 personas han perdido la vida, y se teme que esta cifra continúa aumentando.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que más de 300.000 personas han sido afectadas por este desastre en la región de Marrakech y sus alrededores. En redes sociales, algunos marroquíes expresan su preocupación por la falta de autorización del gobierno para recibir más ayuda internacional, a pesar de que equipos de rescate internacionales estaban listos para desplegarse, esperando una solicitud oficial de asistencia por parte del gobierno marroquí.
Arnaud Fraisse, director de la organización Rescatistas Sin Fronteras, destacó la urgencia de la situación, declarando: "Sabemos que hay una gran urgencia para salvar a la gente y buscar bajo los restos de los edificios. Hay personas muriendo bajo los escombros y no podemos "hacer nada para salvarlas".
Aquellos que perdieron sus hogares o tenían miedo de las réplicas del terremoto durmieron al aire libre en las calles de la antigua ciudad de Marrakech o bajo carpas improvisadas en las poblaciones de las montañas del Atlas, algunas de las áreas más afectadas. Las condiciones geográficas difíciles y remotas dificultan los esfuerzos de rescate en pequeñas comunidades rurales.
El temblor del viernes derribó edificios que no estaban preparados para resistir un terremoto de tal magnitud, dejando una devastación significativa. Hasta el momento, se han confirmado 2.012 muertes y al menos 2.059 heridos, con 1.404 en estado crítico, según el Ministerio del Interior marroquí.
Las banderas ondean a media asta en Marruecos después de que el rey Mohammed VI decretara tres días de luto nacional a partir del domingo. El ejército movilizó equipos especializados de búsqueda y rescate, y el monarca ordenó la provisión de agua, alimentos y refugio para los afectados.
El rey también pidió que las mezquitas de todo el reino realizaran oraciones en memoria de las víctimas, muchas de las cuales fueron sepultadas el sábado mientras continuaban los esfuerzos frenéticos de rescate.
Ofertas de ayuda de todo el mundo han llegado, y Naciones Unidas tiene un equipo en Marruecos coordinando con las autoridades locales para brindar apoyo. Cerca de 100 equipos, con un total de 3,500 rescatistas de todo el mundo, están listos para desplegarse en Marruecos, a la espera de la autorización del gobierno marroquí, según Rescatistas Sin Fronteras.
El ejército español ha enviado un equipo de búsqueda y rescate urbano a Marrakech en respuesta a una solicitud bilateral de ayuda por parte de las autoridades marroquíes. Además, equipos de rescate de Francia están en camino para brindar asistencia.
En Francia, donde reside una gran comunidad con lazos con Marruecos, se han ofrecido más de 2 millones de euros en ayuda, y artistas populares están recaudando donaciones. El rey de Marruecos ha ordenado la apertura de cuentas bancarias especiales para recibir contribuciones destinadas a ayudar a los necesitados.