Industria automotriz mexicana en alerta máxima: aranceles a China ponen en riesgo producción y exportaciones
- La Noticia al Punto

- 15 nov
- 2 Min. de lectura
El sector de ensamblaje automotriz de México, uno de los más grandes del planeta, encendió las alarmas ante la posibilidad de que el Congreso apruebe nuevos aranceles a las importaciones chinas, una medida impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum y que busca alinearse con la postura comercial de Estados Unidos frente a Beijing.

La preocupación radica en que las fábricas mexicanas dependen casi por completo de los componentes electrónicos que llegan desde China —especialmente las pantallas táctiles de los tableros—, ya convertidas en estándar de los automóviles modernos. Sin ellas, la producción se detendría.
Dependencia crítica y riesgo de aumentos de precios
Representantes de la industria advierten que México no fabrica internamente los sistemas de navegación, entretenimiento y otros dispositivos tecnológicos integrados en los vehículos. Cambiar de proveedor no es tarea rápida ni barata: podría tomar años y elevar drásticamente los costos de producción, debilitando uno de los sectores más importantes para la economía nacional y los ingresos por exportación.
Aumovio, empresa alemana con operaciones en Guadalajara que produce pantallas para Ford, GM y Stellantis, reconoció su vulnerabilidad.“Les explicamos la dependencia que tenemos”, afirmó Carlos Gómez, director de compras, quien subrayó que construir una cadena de suministro alternativa requeriría fuertes inversiones en maquinaria y capacitación.
Amapola Grijalva, de la Cámara de Comercio México-China, también advirtió que el país podría poner en jaque una industria que prosperó bajo el T-MEC.“Hay componentes como las baterías eléctricas y las partes electrónicas que son muy difíciles de obtener en otros lugares”, señaló.
T-MEC bajo presión
Washington acusa a fabricantes chinos de usar a México como vía para ingresar mercancías sin aranceles a Estados Unidos. La propuesta de Sheinbaum —aumentar impuestos comerciales a China y a países sin tratado— es vista como un movimiento de alineación con la Casa Blanca y de protección a los productores nacionales.
El economista Luis de la Calle, negociador del antiguo TLCAN, destaca que el déficit comercial frente a China ya ronda los 120 mil millones de dólares y la industria local exige medidas.
Sin embargo, el riesgo es grande: más del 80% de las exportaciones mexicanas —incluidos unos 3 millones de vehículos al año— tienen como destino Estados Unidos. Cualquier disrupción en la cadena de suministro podría impactar directamente esa relación.
¿Oportunidad en medio de la crisis?
Algunas empresas ven el panorama con optimismo. Kold Roll, enfocada en barras de acero, considera que las restricciones a China abrirán espacio para la manufactura mexicana.“Lo vemos como una oportunidad”, dijo su director, Eric González.
Un equilibrio delicado
México superó a China en 2023 como principal socio comercial de Estados Unidos, pero mantener ese liderazgo requerirá sortear un camino complejo: asegurar el abastecimiento tecnológico clave y, al mismo tiempo, reforzar la industria nacional sin romper con Beijing.
Por ahora, la industria automotriz se queda con una pregunta urgente:¿está México listo para producir el auto del futuro sin China?
Por Angel Soto








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