top of page

Caída de la confianza del consumidor frena consumo en México; programas del Bienestar sostienen a supermercados

  • Foto del escritor: La Noticia al Punto
    La Noticia al Punto
  • hace 16 horas
  • 2 Min. de lectura

En abril, la confianza del consumidor en México acumuló seis meses consecutivos de retroceso, reflejo de un panorama marcado por la inflación, el desempleo, la inseguridad y una creciente tensión comercial con Estados Unidos. Esta combinación de factores ha generado incertidumbre económica, desacelerando el consumo y provocando bajos niveles de ventas en cadenas comerciales.



Janneth Quiroz, directora de análisis económico de Monex, explicó que todos los componentes del índice de confianza del consumidor registraron una baja superior a un punto durante el mes, lo que refleja un sentimiento generalizado de cautela entre la población.


“Cuando hay temor sobre el futuro de la economía, los consumidores tienden a ser más precavidos. En estos periodos de incertidumbre, las familias limitan su consumo, preocupadas por su empleo, ingresos y estabilidad económica”, señaló Quiroz.

Por su parte, Verónica Zepeda, especialista de la Escuela Bancaria y Comercial, subrayó que la inseguridad en varias regiones del país también ha contribuido al encarecimiento de productos, en especial en el noroeste y el centro. Esta situación, sumada a la política arancelaria estadounidense, ha afectado la operación y rentabilidad de las empresas.

“Las compañías enfrentan una doble incertidumbre: por un lado, la presión de los nuevos aranceles y, por otro, la inseguridad que afecta la cadena de suministro y encarece la distribución de productos”, afirmó Zepeda.


Sin embargo, en medio de este escenario adverso, los programas sociales del Gobierno Federal han representado un alivio para el consumo de millones de hogares. Según Fernando Girón, director de Advanced Analytics de Kantar México, el 41.2% de los hogares en zonas urbanas reciben al menos un apoyo del Bienestar, y el 34% accede a dos o más programas.


Entre los apoyos más comunes se encuentran la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (54%), las Becas Benito Juárez (44%) y la Pensión para Personas con Discapacidad (9.5%). Estos ingresos han permitido que los hogares más vulnerables mantengan cierto nivel de consumo, particularmente en supermercados.

Girón destacó que los hogares con bajos ingresos y al menos un programa social aumentaron su participación en el canal de autoservicio, pasando del 24.3% al 29.1% del total del gasto. Walmart concentra el 48.6% del gasto de estos hogares, seguido por Chedraui (11.8%) y Soriana (7.2%).


Además, en hogares donde el ama de casa es mayor de 50 años y recibe apoyos sociales, el gasto en supermercados pasó de 35.3% a 37% en el último año.

Por último, Sofía Ramírez, directora de México Cómo Vamos, advirtió que el desempleo y el aumento del trabajo informal han reducido la demanda de bienes y servicios, obligando a muchas empresas a disminuir su producción y detener contrataciones.

“El estancamiento en el consumo está directamente vinculado con la precarización del empleo. Menos ingresos formales significan menor capacidad de compra”, puntualizó Ramírez.


Mientras persistan los factores de incertidumbre, expertos coinciden en que la recuperación del consumo será lenta, y dependerá en gran medida de la estabilidad económica, la seguridad y el fortalecimiento del mercado laboral.

Por Amanda Pérez


Comments


bottom of page