Luis Echeverría Álvarez cumplió 100 años de vida. Sin duda un hombre fuerte, reacio ante la crítica, autoritario, terco, caprichoso, vale la pena recordar con logros y desencantos de unos de los políticos más influyentes en la historia nacional. Si bien se le pueden atribuir la organización del Colegio Nacional de la Ciencia y Tecnología, la apertura de la agencia noticiosa nacional Notimex, la fundación del Cancún actual como eje de la industria turística nacional.
Sin embargo, durante ese mismo periodo, realizó la llamada “Guerra Sucia”, durante la cual una gran cantidad de personas fueron torturadas y desaparecidas. En su gobierno fueron asesinados los famosos guerrilleros Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, derivado del apogeo de la ola de secuestros y asaltos a bancos por grupos de izquierda.
El año 1972 marca un parteaguas cuando Lucio Cabañas pone emboscadas a los militares y el sucesivo intento de la Liga Comunista 23 de Septiembre de secuestrar al empresario Eugenio Garza Zada en Monterrey y su muerte son momentos claves durante su presidencia.
Durante ese periodo México vivía una ambivalencia, mientras el Ejército y la Dirección Federal de Seguridad se lanzaba contra la guerrilla, en el exterior, el presidente cultivaba su amistad con Salvador Allende y se presentaba como defensor de las naciones del tercer mundo.
Por otra parte, las protestas y movilizaciones ya no serían de trabajadores manuales como antes, sino de las clases medias: profesores, médicos y estudiantes. Este es el contexto contrastante con el perfil de Echeverría y su actitud, el de defender instituciones del Estado y tratar de recuperar crecimiento. Son las dos variables que marcarían su sexenio".
Ambas caras de su presidencia fueron reales y tuvieron consecuencias trascendentales, ya que por un lado la Guerra Sucia que desgarró el tejido social desencadenando odio y terror entre activistas sociales, sindicales y agrarios, al mismo tiempo la cultura y las ciencias sociales tenían un gran apoyo, con educación que incluía a los miles de exiliados se fundaron las Universidad Autónomas Metropolitana, Chapingo, Chiapas entre otras, así como el Colegio de Bachilleres.
No fue sino hasta 38 años después, cuando se realizaron los intentos de llevarlo ante la justicia en diciembre de 2006, por su papel en la represión del movimiento disidente del 10 de junio de 1971, el cual se llevó a cabo justo cuando se celebraba el Jueves de Corpus, y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional salieron a las calles en apoyo a la Universidad de Nuevo León, y fue cuando el contingente avanzaba por Avenida de los Maestros, cuando los llamados halcones abrieron fuego contra los estudiantes desde las alturas.
Se emitió la resolución judicial 344/2006, en la que por primera vez en la historia moderna de México se ordenaba enjuiciar a un expresidente e iniciar un proceso por genocidio. Después de analizar más de 400 pruebas basadas en testimonios de testigos, víctimas y funcionarios, la sentencia señaló a Echeverría como el gestor de manera intencional.
En julio de 2007, un juez federal determinó que sí hubo un genocidio planeado y ejecutado por el gobierno, pero que no quedaban responsables de los hechos, pues, agregó, al momento de la detención del expresidente Echeverría "no había ninguna prueba" que lo inculpara como responsable de la matanza.
Indudablemente un personaje protagónico en la historia nacional.