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  • Foto del escritorLa Noticia al Punto

La educación y la pandemia

Lic. Azul Etcheverry Aranda

En plena fase 3 de la contingencia sanitaria, en la cual se están registrando casi dos mil quinientos nuevos contagios diarios, empieza a vislumbrar un plan de reactivación de actividades sociales y económicas paulatina, entre ellas el regreso de más de 36 millones de alumnos otros 2 millones de maestros a las aulas.

Sin duda, la educación debe ser prioritaria para el desarrollo de niños y jóvenes, sin embargo, las condiciones para el retorno seguro a las aulas aún no se pueden garantizar y la realidad educativa que viven estos jóvenes no ha sido la ideal incluso desde antes de la llegada del nuevo coronavirus a México.

Conforme se iba extendiendo la presencia del virus en territorio nacional, las autoridades educativas encabezadas por Esteban Moctezuma decidieron implementar una estrategia de educación a distancia a fin de evitar de que las escuelas se convirtieran en un foco infeccioso. Dicha estrategia se enfocó en programas de educación en línea, así como de radio, televisión e impresos a través de los libros de texto gratuitos y cuadernillos de del Consejo Nacional de Fomento Educativo.

A pesar de lo ambicioso de este proyecto, la implementación y alcances se han visto comprometidos ya que nuestro país aún no cuenta con los modelos educativos, infraestructura ni la capacidad institucional de concretar las estrategias que se desean.

El dicho del Secretario de Educación Pública consiste, en principio, en que el sistema educativo mexicano no se paralizó con la pandemia, insistiendo también en que para el momento en que se decidió el cierre y hasta el día de hoy se ha cubierto el 73% del plan de estudios para el presente ciclo escolar, insistiendo además del importante alcance que los programas a distancia tienen en los niños y jóvenes.

No obstante, como hemos visto ya en otros temas de desarrollo social estratégico, muchas veces la realidad rebasa lo que esta administración actual quiere ofrecer como parte de sus resultados. Algunas de las consideraciones que se están omitiendo consisten en la cobertura de la señal de los canes públicos la cual se estima es de poco más del 50% del total nacional.

Por otra parte, no se han desarrollado esquemas de capacitación a docentes apropiados para la educación en línea, e incluso, no se tienen las plataformas para que alumnos de educación media-superior puedan continuar sus estudios sin contratiempos, me refiero a cerca de 5 millones de jóvenes.

Aunado a estos factores, existen problemas de fondo que influyen negativamente en el desarrollo educativo y de salud de la población. En nuestro país, de acuerdo con el INEGI, se estima que 76.6% de la gente tiene acceso a internet, lo cual puede sonar como un alcance amplio o suficiente, pero ¿qué pasa con esos 34 millones de personas que no cuentan con este servicio en zonas marginadas o de difícil acceso? 5 de cada 10 personas en zonas rurales no tienen internet. ¿Primero los pobres?

Debemos ser congruentes en estos momentos de apremio. Esta crisis nos está exigiendo tomar medidas en favor de las poblaciones más vulnerables como lo son nuestros niños y adultos mayores. No debemos arriesgarnos a exponerlos antes de tiempo, no cuando apenas estamos conociendo los alcances de la enfermedad y somos testigos del ejemplo de cómo en otros puntos del mundo, con mejores condiciones de vida, sucumben.

Vivimos una realidad en la que 30% de las escuelas no cuentan siquiera con acceso a agua potable en sus instalaciones, insisto, no podemos arriesgar nuestros valores más importantes.

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