Por Lic. Azul Etcheverry A.
Ha inicios de mes se aprobó en el pleno de la Cámara de Diputados la iniciativa a la Ley General de Salud que permite que cerca de 33 mil millones de pesos del fondo general de salud sean devueltos a la federación para solventar la crisis causada por la pandemia de COVID-19.
La ley indica que, cuando el fondo de salud para el bienestar acumule recursos en un monto mayor a dos veces la suma aprobada en el presupuesto de egresos, el remanente podrá destinarse a fortalecer acciones en temas de salud.
Los cuestionamientos de los partidos de oposición, así como de colectivos de la sociedad civil no se hicieron esperar. El problema que encuentran es que en la modificación de ley no se definió en qué serían utilizados estos recursos que regresan a la federación y existe la inquietud de que éstos sean usados con otros propósitos, teniendo en cuenta las cantidades multimillonarias que se han utilizado en otros megaproyectos prioritarios para la actual administración. Incluso los más suspicaces no descartan que estos recursos tengan un destino electoral el año entrante.
Como le comentaba, miembros de la sociedad civil se manifestaron en calles de la Ciudad de México tras la reducción de recursos destinados a la salud aprobada en el cámara baja, particularmente, los destinados a la atención de enfermedades catalogadas como catastróficas como el VIH.
Sin duda, la crisis sanitaria que atravesamos exige la toma de decisiones audaces, a la altura de las circunstancias y este bien podría ser un ejemplo de ello. Sin embargo, es imprescindible que el ejercicio de los recursos públicos sea transparente, auditable y explícitamente justificado en las leyes que lo sustentan.
Resulta contraproducente en política pública atender un pendiente desprotegiendo otro y más cuando se trata de aspectos prioritarios como la salud de las familias mexicanas.
Actualmente AstraZeneca y el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford pausaron este martes la fase 3 de las pruebas de su vacuna contra el Covid-19, luego de encontrar “posibles reacciones adversas” en un participante del estudio en el Reino Unido.
¿Qué nos depara con esta decisión? Será que nos tenemos que afianzar a qué otro país venga a proporcionar la solución que de una luz al final del túnel, fin a este confinamiento que nos mantiene en casa. Compartir en Whatsapp Compartir en Telegram