En medio de la realidad económica actual, las familias mexicanas enfrentan el impacto más severo en el costo de vida de los últimos cuatro sexenios, transformando este aumento de precios en un impuesto exorbitante para aproximadamente 47 millones de hogares en situación de pobreza, quienes carecen de los recursos necesarios para adquirir lo más básico.
Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), la inflación acumulada alcanzó una tasa alarmante del 29.39% en febrero de 2024, previendo que este año cerrará con un nivel superior al 30%. Este porcentaje representa el aumento sexenal más significativo en dos décadas, superando las tasas de 29.8%, 28.5% y 27.9% registradas en los periodos de 2001-2006, 2007-2012 y 2013-2018, respectivamente.
La situación se vuelve aún más crítica al observar el incremento vertiginoso en los precios de los alimentos, con un asombroso 47.11%, y la canasta básica, que incluye productos de higiene personal y del hogar, registrando un aumento del 29.33% a tan solo siete meses de que termine el actual gobierno.
Este escenario golpea con mayor fuerza a 46.8 millones de mexicanos que viven en situación de pobreza, cuyos ingresos no alcanzan para cubrir siquiera una canasta básica alimentaria, valorada en 2 mil 328 pesos mensuales por persona, según el Coneval.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes subraya que esta inflación se ha convertido en el impuesto más oneroso para millones de familias, estrangulando sus economías y marginándolas de alcanzar un nivel de vida más digno. La crisis inflacionaria, sin duda, requiere acciones inmediatas y eficaces para mitigar el impacto devastador en la población vulnerable del país.
Por Amanda Pérez
Comments