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  • Foto del escritorLa Noticia al Punto

Claraboya

Lic. Azul Etcheverry Aranda

Hace unos días, fiel a su costumbre de no tomar en serio cualquier asunto que no surja de si mismo, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, hizo menos la alerta internacional sobre el Coronavirus. Como era de esperarse, ya por sana costumbre, al día siguiente de culpar nuevamente al conservadurismo, se confirmaron los primeros casos de esta enfermedad en nuestro país, por lo que seguramente todo estaba planeado. Ajá.

En fin, mientras el presidente considera que una posible pandemia tocando a las puertas se debe a un deseo colectivo de que les vaya mal, en Reino Unido, seguramente exagerando, existe una preocupación genuina por su potencial pandémico, ya que el salto en el número diario de casos a nivel internacional coincide con una propagación mundial incotenible del virus. Seguramente no es para tanto.

Actualmente existe evidencia de las consecuencias de no tomar en serio la propagación de este virus, en Irán, tan solo en 24 horas se han confirmado 205 contagios, junto con 9 fallecimientos, el número más alto fuera de China. Sin embargo, a pesar de contar con la mayoría de casos en la ciudad sagrada de Qom, no consideraron oportuno cerrar el santuario emblema de la ciudad que atrae a millones de peregrinos chiítas cada año. Ahí están las consecuencias de “no exagerar”.

Por otro lado, en China donde se ha puesto ciudades enteras y millones de ciudadanos en cuarentena, comienzan a ver la luz, los casos se han mantenido bajos en comparación con un inicio. Afortunadamente, dentro de lo que cabe, las cifras se han mantenido en los cientos en lugar de los miles. No cabe duda que exagerar en las medidas puede salvar vidas.

En este espacio hemos ya criticado la falta de acciones en materia de salud. Nuestro mandatario considera inhumano negar el acceso a un crucero con posibles contagios. A mi parecer, resulta verdaderamente inhumano desatender la salud de sus ciudadanos, llegar hasta el desabasto de medicamentos para comenzar a actuar y sobretodo, abrirle los brazos a una enfermedad letal cuando a simple vista vemos que no se cuenta con la capacidad para atender una pandemia. Si ya probaron que no pueden con los enfermos que tenemos, al menos que exageren en la medida de lo posible para no traer nuevos males. Les aseguro que les irá mejor.

Por último, evitemos por mientras las compras de pánico, que exageren ellos y no nosotros. Seguramente podemos organizarnos mejor que ellos.


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