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Fondo negro

LA LEYENDA

28

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Hay columnas que informan. Y hay otras… que despiertan el alma.

 

No es una revista. No es un resumen de noticias.

Es un rincón donde el pensamiento respira y el corazón se reconoce.

 

En esta entrega, la tinta no se conforma con contar: se atreve a sentir.

Te damos la bienvenida con un llamado a romper barreras,

a recordar por qué comenzaste,

a mirar hacia adelante como quien ha decidido no rendirse jamás.

 

Conversamos con el Licenciado desde la trinchera de la experiencia,

revisamos la agenda del poder con mirada crítica,

y, como siempre, te llevamos al rincón más sabroso del alma

con vinos, sabores, versos, canciones y libros

que no solo llenan la mesa,

sino también el espíritu.

 

¿Qué pasó un día como hoy?

¿Qué leer esta semana?

¿Qué canción se quedó esperando en tu memoria?

 

Descúbrelo.

Porque hay palabras que no se leen:

se viven.

 

Porque hay cosas que solo se entienden cuando se sienten.

 

Soy Wintilo Vega Murillo… y esta es La Leyenda 28.

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Índice de Contenido

-Bienvenida.

/… Cuando el alma recuerda lo que vino a ser

(By Notas de Libertad).

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-Pláticas con el Licenciado 1

 

/… La concertacesión: crónica de una transición inédita en Guanajuato

En 1991, Guanajuato vivió una elección que no terminó en las urnas, sino en la calle. La concertacesión narra, con memoria viva y sin romanticismos, cómo un gobernador electo fue obligado a renunciar, cómo un panista llegó por decreto presidencial y cómo un pueblo descubrió que votar no siempre es decidir. Una crónica donde el poder negoció en lo oscuro… y la historia la escribieron quienes no salieron en la foto.

 

(By operación W).

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-Agenda del Poder:

 

/… Puentes de Estado: cuando la política se atreve a unir

Porque en el país del desencuentro, el mayor acto de poder es lograr el acuerdo.

 

/… El FIDESSEG: cuando la justicia desmantela privilegios

/… La línea verde que no se cruza: León frente a su espejo ambiental

 

/…  Cuando la cultura trabaja con los pies descalzos

 

(By Operación W).

 

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-Alimento para el alma. 

“Soneto XCII”

De: Pablo Neruda

Nota: Amor más allá de la muerte: la eternidad compartida

Sobre el autor: Pablo Neruda: El hombre que le dictó poemas al corazón del mundo

*Si quieres escucharlo en la voz de Pedro Guerra

 

(By Notas de Libertad).

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 -“Rincones y Sabores: La guía completa para el alma, el paladar y la vida”

 

/… Más allá del quiosco: siete jardines que se llevan en el pecho

(By Notas de Libertad).

/… Pénjamo entre laureles y memorias: crónica del jardín que late en el corazón del pueblo

 (By Notas de Libertad).

/… Purísima del Rincón: un jardín que canta bajito el alma del pueblo

(By Notas de Libertad).

/… Irapuato: entre garbanzos, memorias y adoquines calientes

(By Notas de Libertad).

/… Guanajuato Capital: el jardín Reforma que se escondió entre los pliegues del tiempo

(By Notas de Libertad).

/… Celaya: el Jardín Principal donde se cruzan las nostalgias

(By Notas de Libertad).

/… Salvatierra: el jardín donde el tiempo se sienta a conversar

(By Notas de Libertad).

/… San José Iturbide: el jardín donde florecen los días comunes

(By Notas de Libertad).

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-Del Cielo a la Historia, Los Ecos del Calendario.

Hay semanas en las que el tiempo no pasa… se queda.

Se queda en una oración, en una batalla ganada, en una fecha que partió la historia o en un nombre que la fe convirtió en faro.

Cada día es más que una cifra:

es un susurro del pasado que nos pide no olvidar.

Aquí desenterramos las raíces de lo que somos:

los santos que siguen inspirando, las luchas que nos enseñan a resistir, las celebraciones que nos recuerdan que vivir también es agradecer.

Porque el calendario no solo mide el tiempo:

lo honra, lo nombra y lo abraza.

Y en cada página, hay una lección que aún no terminamos de aprender.

 

Domingo 18 de mayo al sábado 24 de mayo.

(By Notas de Libertad).

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-Al Ritmo del Corazón: Música para recordar el ayer.

 

/… La Sonora Dinamita: El ritmo que encendió al continente

*Con un click escucha Lo mejor de La Sonora Dinamita 

(By Notas de Libertad).

 

/… KC and the Sunshine Band: Cuando la música se volvió luz

*Con un click escucha The Very Best Of The Kc and Sunshine Band

(By Notas de Libertad).

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- ¿Qué leer esta semana?

 

“Las 48 leyes del poder”

De: Robert Greene

Resumen del libro: El arte oculto de influir sin que se note: Las 48 leyes del poder

Un libro que no se lee: Se sobrevive 

Sobre el autor: El arquitecto del poder invisible

 

(By Notas de Libertad).

 

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-Pláticas con el Licenciado 2.

 

/… Cuando el país giró sin avisar: 105 momentos que cambiaron el rumbo político de México (pero no todos vieron venir)

 

Porque hay decisiones que no llenan plazas, pero llenan de consecuencias todo un sexenio y más.

 

(By operación W).

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Cuando el alma recuerda lo que vino a ser

Hay semanas que se presentan como una cuesta empinada. Otras, como una pista en llamas. Y hay otras, como esta, en las que algo adentro —sin saber por qué— nos grita que hay que avanzar, que hay que mover el cuerpo, sacudir la mente y volver a abrazar la vida como si apenas comenzara.

 

Esta bienvenida no es un saludo cualquiera. Es un abrazo a la distancia. Es una invitación a seguir. A no quedarse detenido en la estación del miedo, del conformismo o de la desesperanza. Porque, aunque todo parezca igual, no lo es. Cada día es distinto, cada intento cuenta, cada paso suma.

 

La vida no siempre nos da facilidades, pero siempre nos da oportunidades.

 

Y este domingo, en La Leyenda, quiero recordártelo: no estás solo. No estás sola. Todos los que estamos aquí, leyendo, escribiendo, creyendo, hemos caído y nos hemos levantado. No somos héroes ni víctimas, solo caminantes con alma.

 

No venimos a fingir alegría, sino a encontrar motivos para ella.

 

Porque vivir no es simplemente respirar. Es decidir. Es construir. Es luchar, aún sin saber por qué. Es volver a empezar, incluso si no todo ha terminado. Es mirar el calendario y no ver fechas, sino esperanzas. Es aceptar que tenemos derecho al cansancio, pero también al renacimiento.

 

La felicidad no se hereda, se construye.

 

Haz lo que amas, aunque te digan que no es rentable. Abraza lo que te apasiona, aunque te tachen de iluso. Defiende tus sueños como si fueran parte de tu cuerpo, porque lo son. No necesitas la aprobación del mundo para ser feliz: te basta con tener el valor de creer en ti.

 

Estamos aquí para romper barreras, no para vivir encerrados en ellas.

 

Hoy te pido que escuches esa voz interna que a veces callas por miedo. Esa voz que te dice: “Atrévete”. Porque el éxito no es para los más fuertes, sino para los más decididos. No para quienes nunca fallan, sino para quienes se levantan con más furia que la caída.

 

Este es el momento. Este es el día.

 

Salgamos a caminar distinto. No con prisa, sino con sentido. No con el cuerpo arrastrando, sino con el alma danzando. No con la mirada baja, sino con el rostro encendido. Porque esta vida es tuya, y vale la pena vivirla con toda la intensidad que mereces.

 

Hoy no le pido a la vida que sea fácil, le pido que sea mía.

 

Así arranca esta edición número 28 de La Leyenda. Con palabras que no buscan adornar, sino acompañar. Con textos que no pretenden convencer, sino compartir. Con una certeza: estás vivo, y eso ya es un triunfo.

 

Gracias por estar aquí.

Gracias por seguir creyendo.

Gracias por caminar con nosotros.

 

Bienvenido.

Bienvenida.

 

Porque cuando el alma recuerda lo que vino a ser… el cuerpo se atreve a intentarlo.

(By Notas de Libertad).

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La concertacesión: crónica de una transición inédita en Guanajuato

Los protagonistas

 

Cuando el destino se sienta en la boleta

 

Hay momentos en que las elecciones no se tratan de votos, sino de símbolos. De rostros que encarnan más que un programa de gobierno. De hombres que, sin saberlo, llevan sobre los hombros el peso de una época que se resiste a morir y otra que aún no termina de nacer. Eso fue Guanajuato en 1991. Y en ese tablero simbólico, tres piezas se movían con sus propias lógicas, sus historias a cuestas, sus batallas personales.

 

Ramón Aguirre Velázquez: la técnica como brújula

 

Sereno, reflexivo, de hablar pausado. Ramón Aguirre no era un político de temple callejero ni de estridencias. Su mundo estaba hecho de cifras, planes, indicadores. Formado en las grandes oficinas de la administración pública, traía el sello de la técnica como esperanza, la visión de un país que podía ordenarse desde los presupuestos y las políticas públicas.

 

Para muchos en Guanajuato, Aguirre representaba la estabilidad, la continuidad de un estilo de gobernar donde el centro dictaba el paso y los estados seguían. No era un hombre que llegara a improvisar. Su campaña comenzó en Dolores Hidalgo, tierra de historia, y desde allí quiso construir su propia narrativa: la de un gobernador que vendría a consolidar lo andado, a modernizar sin sobresaltos.

 

No gritaba. No prometía imposibles. Su apuesta era por la confianza. Por el orden. Y por eso mismo, también, fue tan criticado por quienes anhelaban ruptura. Pero Aguirre no era un improvisado. Detrás de cada paso suyo había una estructura, una estrategia, una lógica de poder distinta.

 

Vicente Fox Quesada: la irrupción del desencanto

Vicente Fox no cabía en el molde. Era alto, fuerte, de voz ronca y modismos que desentonaban con la rigidez de los discursos políticos tradicionales. En él vibraba algo distinto: la rabia del que no se resigna, la energía del que quiere empujar la historia a patadas si es necesario.

 

Fox venía de la empresa, del mundo donde las decisiones se toman con rapidez, y donde el resultado vale más que el procedimiento. No había sido formado para obedecer consignas, sino para romperlas. Cuando el PAN lo eligió como su candidato a gobernador, lo hizo sabiendo que no solo llevaba una campaña, sino una causa.

 

En sus actos, Fox desbordaba pasión. Caminaba entre la gente, estrechaba manos con fuerza, miraba a los ojos. Hablaba sin papeles, a veces sin filtros. Pero su discurso calaba. Hablaba de cambio, de dignidad, de ciudadanía. No era el clásico panista de misa y familia. Era otra cosa. Algo que ni siquiera el PAN terminaba de entender, pero que ya no podía contener.

 

Porfirio Muñoz Ledo: el insurrecto ilustrado

 

Había sido todo en la vida política del país: presidente del PRI, embajador, secretario, senador. Pero su espíritu rebelde nunca se acomodó del todo en las lógicas del poder. Porfirio era un hombre de verbo afilado, memoria prodigiosa y convicciones que resistieron los vaivenes de la historia.

 

En 1991, apareció como una figura inesperada en Guanajuato. No había nacido allí, pero alegó derecho de sangre por su familia originaria de Apaseo el Grande. Su sola presencia en la contienda electrizó el ambiente. No porque tuviera posibilidades reales de ganar, sino porque se sabía que, con él, la campaña no sería nunca una rutina.

 

Porfirio hablaba como nadie. Citaba a Rousseau y a Zapata en el mismo párrafo. Podía pasar del estrado a la plaza con la misma elocuencia. Y eso lo convertía en un símbolo. Para algunos, un provocador; para otros, un visionario. Para todos, una presencia imposible de ignorar.

 

Tres hombres, tres estilos, una sola tormenta

 

Lo que se avecinaba no era una elección común. Aquellos tres hombres representaban más que a sus partidos. Encarnaban formas distintas de entender el poder. El tecnócrata institucional, el empresario disruptivo, el ideólogo rebelde. Y Guanajuato sería el escenario donde esas fuerzas chocarían sin tregua.

 

Este fue el preámbulo de la historia. La antesala de una tormenta que nadie supo detener. Y que, una vez desatada, ya no permitiría que nada volviera a ser igual.

 

La campaña electoral

 

Donde las promesas se volvieron llamas

 

La campaña arrancó como una puesta en escena múltiple. En cada plaza, un discurso; en cada discurso, una visión distinta de Guanajuato. Pero no tardó en sentirse que aquella elección no era un evento más. Había electricidad en el aire. Algo se estaba gestando más allá de los mítines y las consignas.

 

Ramón Aguirre: la estrategia del equilibrio

 

Desde Dolores Hidalgo, Aguirre lanzó una campaña de corte institucional. No buscaba deslumbrar, sino convencer. Había orden en su discurso, rigor en sus cifras, prudencia en sus mensajes. Su estrategia era no exponerse al desgaste de la confrontación, sino apelar a los votantes que buscaban continuidad y gobierno eficaz.

 

Era raro verlo improvisar. Cada acto estaba planeado al detalle. Sus giras eran muy cuidadas, sin perder la cercanía popular. Su presencia imponía. Había estado en las alturas del poder federal, y eso no pasaba desapercibido. Confiaba en que el PRI seguía teniendo la maquinaria y los votos para ganar.

Vicente Fox: el fuego en los talones

 

Fox, en cambio, era un vendaval. No había discurso que no incendiara el ánimo de sus seguidores. Subía a los templetes con las mangas arremangadas, la voz ronca y los ojos encendidos. Usaba frases simples, directas, llenas de indignación. Hablaba de cambio, de limpiar la casa, de recuperar Guanajuato para los guanajuatenses.

 

Sus giras eran intensas. Subía cerros, recorría mercados, tocaba puertas. No hablaba como político, sino como vecino molesto. Y eso conectaba. Muchos lo veían como el hombre que podía romper con la inercia.

 

Porfirio Muñoz Ledo: el regreso del hereje

 

Cuando se anunció que Porfirio competiría por la gubernatura, muchos pensaron que era un gesto simbólico. No vivía en Guanajuato. Pero su linaje lo conectaba con Apaseo el Grande, y por eso reclamaba el derecho de sangre. La Comisión Estatal Electoral le negó el registro. Decía que ni era nacido en el estado ni tenía los cinco años de residencia.

 

Muñoz Ledo no se quedó callado. Alegó que su familia era guanajuatense desde generaciones, y que negar su candidatura era un acto de censura política. La polémica fue creciendo hasta que, en una sesión exprés, el Tribunal Electoral le concedió el registro. La legalidad se retorció para permitir su voz. Y vaya que su voz hizo eco.

 

En un mitin en las escalinatas del Teatro Juárez, dijo con la solemnidad de un actor trágico: “Aún quedan Alhóndigas por incendiar”. Era claro: venía a prender fuegos. No para ganar, sino para sacudir.

 

El ayuno de Rosita

 

Quien no soportó esa decisión fue Rosa María Hernández, la candidata del Partido Demócrata Mexicano. Defensora férrea de los valores sinarquistas, Rosita denunció que la inclusión de Muñoz Ledo era una burla para los guanajuatenses. Decía que el socialismo se quería disfrazar de cambio para colarse en la vida pública del estado.

 

Anunció una huelga de hambre. Se instaló en la Plaza de los Mártires con una manta y una silla, mientras un mariachi le cantaba “No vale nada la vida”. Dijo que su ayuno era por la dignidad de Guanajuato. Y aunque muchos se mofaban, nadie podía negar la fuerza simbólica de su gesto.

 

Fox la apoyó al principio. Luego, cuando se prolongó demasiado, acusó que el PDM negociaba con su protesta. Rosita se debilitó. Fue hospitalizada el 7 de julio. Pero dejó una estampa inolvidable: una mujer sola en la plaza, ayunando por una causa que creía justa, aunque no todos la comprendieran.

 

Las campanas del debate

 

El 24 de julio, los tres principales candidatos se encontraron en un debate transmitido por Radio Monitor desde la Ciudad de México. Fue el primer y último encuentro directo. Aguirre habló con mesura, como si cada palabra fuera dictada por un asesor. Fox interrumpió, cuestionó, exigió. Porfirio sentenció, con frases lapidarias y un tono de tribuno.

 

No fue un debate, fue un duelo. No se discutieron programas de gobierno, sino visiones de país. Fox acusó derroches. Porfirio se burló de las cifras. Aguirre mantuvo el control, pero se notaba que el formato lo incomodaba. Era un hombre de gabinete, no de foros incendiarios.

 

Ese encuentro marcó el tono de la recta final. Ya no había forma de contener la marea. Las emociones estaban sueltas. Las banderas ondeaban por las calles. En cada pueblo, en cada colonia, alguien pintaba bardas, organizaba brigadas, pegaba carteles. Guanajuato hervía.

 

Y aunque todos sabían que solo uno podría ganar, ninguno imaginaba que, al final, nadie terminaría gobernando como lo había planeado.

 

El día de la elección

 

La urna como campo de batalla silencioso

 

El sol del 18 de agosto de 1991 se alzó puntual sobre los tejados de Guanajuato. Parecía un domingo cualquiera, pero en el aire se respiraba algo distinto. No era solo una elección: era una apuesta de dignidad, una contienda donde cada boleta equivalía a una protesta o a una esperanza.

 

Desde temprano, las calles comenzaron a llenarse de ciudadanos con credencial en mano. Las casillas abrían una tras otra. Había orden. Había filas. Pero también había un silencio tenso. Como si cada votante supiera que estaba escribiendo algo más que un resultado electoral: estaba firmando una página de historia.

 

Votar para resistir, votar para continuar

 

Para muchos, votar por Aguirre era reafirmar la ruta de la institucionalidad. Para otros, marcar el nombre de Fox era un grito de hartazgo. Y para algunos más, acompañar a Muñoz Ledo era una forma de incendiar la boleta con ideas. No hubo grandes incidentes. Todo parecía fluir. Pero en el fondo, las emociones estaban contenidas, listas para estallar al caer la noche.

 

A lo largo del día, las radios locales hablaban de alta participación. En algunos municipios, los representantes de casilla discutían con los funcionarios. Pero en general, la jornada transcurría en calma, casi engañosamente pacífica.

 

La tarde del presentimiento

 

Al caer la tarde, los rumores comenzaron a circular. En varias casas de campaña se decían cosas contradictorias. Que Fox iba arriba. Que Aguirre tenía ventaja. Que Porfirio había dado la sorpresa en algunas zonas. Nadie tenía cifras oficiales, pero las corazonadas se filtraban como certezas.

 

En León, la sede panista era un hervidero. Fox, rodeado de colaboradores, escuchaba reportes, caminaba de un lado a otro. Su cuerpo era tensión. Su voz, contenida. Pero por dentro, el volcán hervía. En sus palabras había una convicción que no necesitaba actas: él había ganado fuera o no cierta su percepción, el ganaba, aunque no tuviera los votos, así de simple.

 

El gesto que lo cambió todo

 

La noche cayó con lentitud. Y con ella, el momento que marcó un antes y un después. En plena rueda de prensa, frente a la mirada de cientos, Porfirio Muñoz Ledo se acercó a Vicente Fox, le levantó el brazo derecho y proclamó:

 

—El gobernador de Guanajuato se llama Vicente Fox Quesada.

 

La imagen fue contundente. Un acto simbólico, cargado de fuerza. Era la declaración pública de un presunto triunfo que los cómputos aún no confirmaban. Pero lo simbólico, en política, tiene el poder de crear realidades. Y esa noche, se comenzó a gestar una nueva.

 

La victoria que se gritó sin cifras

 

Fox, envuelto por sus simpatizantes, se declaró vencedor. No esperó a los resultados oficiales. Lo hizo convencido de que las evidencias eran suficientes. Pero más que eso: porque la emoción popular, la calle encendida, le daban esa sensación de triunfo moral, aunque solo lo rodearan sus seguidores.

 

Esa misma noche, Rosa María Hernández, la candidata sinarquista, también lo reconoció. Con humildad y firmeza, dijo que Guanajuato había votado por el cambio y que era necesario respetar la voluntad ciudadana. Sus palabras, aunque tenues, se sumaron al coro.

 

La calma rota

 

Pero la calma duró poco. Apenas unos días después, el 22 de agosto, las autoridades electorales declararon oficialmente que el ganador era Ramón Aguirre Velázquez, con el 53.1% de los votos. Fox quedaba en segundo lugar con el 35.5%. Porfirio, más atrás, mucho más atrás.

 

Y ahí empezó todo.

 

Lo que hasta entonces había sido tensión contenida, se transformó en resistencia activa. Fox no aceptó el resultado. Muñoz Ledo tampoco. Las calles se volvieron trinchera. Las plazas, tribunas. Las carreteras, frontera.

 

El 18 de agosto había terminado. Pero también, había comenzado todo lo demás.


 

La protesta y la resistencia civil

 

Donde la voluntad se volvió camino o se torció 

 

Guanajuato despertó distinto. La mañana del 23 de agosto fue como abrir los ojos en una casa donde ya nadie vive igual. Vicente Fox se negaba a aceptar los resultados oficiales y su negativa no era pasiva: era movimiento, era voz, era ocupación del espacio público.

 

Las plazas como escenario de dignidad

 

La resistencia se planeó con estrategia buscaba generar intención. Aprovechar la circunstancia. En León, las plazas se llenaron. La gente salía con pancartas hechas a mano, con carteles rápidos, con la garganta lista para el grito. No era solo un acto de protesta, era una forma de reivindicarse como ciudadanos.

 

Fox encabezaba caminatas, hablaba en esquinas, subía a templete improvisado en la caja de una camioneta. Decía lo que muchos querían escuchar: que no todo estaba perdido, que se podía luchar, que la voluntad del pueblo no se firmaba en oficinas, sino en la calle.

 

El PAN se convierte en bandera

 

Por primera vez en mucho tiempo, el PAN se sintió más que un partido. Se convirtió en consigna, en trinchera, en refugio de muchos que nunca se habían afiliado. Ciudadanos de todos los colores se sumaban a la movilización. La causa los había unido.

 

Diego Fernández de Cevallos y Carlos Castillo Peraza se trasladaron a la Ciudad de México para encabezar las negociaciones. Argumentaban que el gasto de campaña de Aguirre había sido excesivo, desproporcionado, y que eso distorsionaba la equidad de la contienda.

 

Pero más que cifras, lo que esgrimían era un pacto implícito. El compromiso que el presidente Carlos Salinas de Gortari había hecho con el PAN para avanzar hacia la democracia, tras la contienda presidencial de 1988. Y Guanajuato era la prueba de fuego.

 

La toma del aeropuerto de Silao

 

Una de las acciones más simbólicas fue la toma del aeropuerto de Silao. No hubo violencia. Pero sí decisión. Decenas de personas se sentaron en la pista. No querían impedir vuelos, querían que el mundo volteara a ver lo que estaba ocurriendo. Era una forma de decir: aquí estamos, aquí seguimos, no nos vamos a callar.

 

La policía rodeaba, vigilaba, pero no intervenía. Había tensión, pero también una especie de respeto implícito. Como si todos supieran que aquello ya no era un simple berrinche electoral. Era una causa entre lo social y la ambición de Fox.

 

Caminatas a la capital

 

Se organizaron caminatas desde León hasta Guanajuato capital. Largas, extenuantes, cargadas de emoción. En el camino se unían más personas. Algunas con lonas, otras con veladoras, algunas con banderas azules, otras sin partido.

 

Las calles se volvieron caudales. La democracia ya no era una palabra abstracta. Era sudor, era ampolla, era canto de madrugada. En cada paso se deshacía el silencio de años. Era la ciudadanía en carne viva.

 

El dilema en el centro

 

Mientras todo esto sucedía, en la capital del país el dilema era profundo. Salinas no quería ceder Guanajuato, pero tampoco podía ignorar el compromiso de transición que había asumido. La presión creció. Las conversaciones se intensificaron.

 

El PRI, por su parte, cerraba filas. Aguirre mantenía la calma. No se prestó a confrontaciones. Era un hombre de Estado, y lo demostró. Pero la decisión ya no dependía solo de él. Las piezas se estaban moviendo desde arriba, desde el corazón mismo del sistema.

 

En esos días, Guanajuato fue espejo de un México que buscaba reinventarse. No era solo una lucha electoral. Era el eco de 1988, el susurro de 1994, el presagio del 2000. Y todo comenzaba ahí, en una plaza abarrotada, donde alguien gritaba: “¡Fox gobernador!”, mientras otros respondían: “¡No se rajan!”

 

La concertacesión y el interinato

 

Donde la política se inclinó ante el pulso de la calle

 

No se dictó desde una tribuna. No se firmó en público. No hubo decreto que la anunciara ni ceremonia que la festejara. Pero aquella concertacesión marcó una ruptura definitiva. El poder, por primera vez en mucho tiempo, cedía sin perder. Renunciaba sin claudicar. Pactaba sin admitir derrota. Era el nacimiento de una nueva forma de resolver lo que antes solo imponía.

 

La renuncia que no se dijo, pero se entendió

 

Ramón Aguirre Velázquez no hizo aspavientos. No hubo declaraciones altisonantes. Fue un silencio cargado de símbolos. Había ganado legalmente, pero las circunstancias políticas, la presión social y los acuerdos en las alturas terminaron por empujarlo a una decisión inesperada. No fue vencido, pero tampoco gobernó.

 

Su salida no fue una huida. Fue una muestra de temple. Aguirre asumió, con discreción y dignidad, que a veces gobernar no es llegar al cargo, sino saber retirarse sin romper al país. Quedó en la historia no por sus días en el poder, sino por su papel en un momento decisivo de la democracia mexicana.

 

El PAN frente al dilema del poder

 

Vicente Fox, por su parte, tenía la legitimidad de la calle, pero no los números oficiales. Sabía que su causa había transformado el ánimo ciudadano, pero también entendía que el sistema no estaba listo para cederle el gobierno del estado. La victoria moral era suya, pero la gobernabilidad aún se decidía por otros medios.

 

Los líderes nacionales del PAN negociaban con el gobierno federal. Había temor de que la protesta escalara. También había voluntad de Salinas de Gortari por mantener estable el proceso de transición democrática que había iniciado en acuerdos previos. La solución fue un nombre intermedio, una figura aceptable para ambos bandos, aunque sin unanimidad en ambos bandos.

 

Carlos Medina Plascencia: el nombramiento improbable

 

Carlos Medina Plascencia, entonces presidente municipal de León, fue propuesto como gobernador interino. Hombre católico, de voz pausada y maneras firmes, no era alguien que generara anticuerpos en ninguno de los frentes. Tenía simpatía social en León, prudencia política y una biografía menor en política.

 

Su designación no fue sencilla. El Congreso del Estado tenía que nombrarlo. Y en medio de las movilizaciones, las presiones internas y la división de opiniones, sesionar no era tarea fácil. La resistencia priista se activó. Algunos sectores del tricolor querían evitar esa decisión a toda costa.

 

Los días de la definición

 

En la capital del estado, la tensión crecía. Hubo reuniones discretas, llamadas nocturnas, documentos firmados a mano. El acuerdo se fue cerrando poco a poco. No era un pacto de derrota, sino un acto de contención. Guanajuato necesitaba volver a respirar. Y Carlos Medina era esa bocanada de aire que a nadie ofendía, pero que representaba el cambio.

 

El Congreso local, finalmente, sesionó. Hubo debates, votos divididos, posiciones encontradas. Pero al final, se nombró al gobernador interino. Un panista. Por primera vez en la historia del estado. No por mayoría en las urnas, sino por la fuerza de una realidad innegable: Guanajuato ya no podía ser gobernado como antes.

 

Un pacto silencioso, una página nueva

 

Así nació la concertacesión. No como una figura legal, sino como un acto político sin precedentes. Un pacto entre el PRI y el PAN. Un reconocimiento mutuo de que los tiempos estaban cambiando, y que para salvar el futuro, había que ceder el presente.

 

A muchos no les gustó. Algunos lo vieron como claudicación, otros como pragmatismo. Pero lo cierto es que sin ese acuerdo, Guanajuato pudo haber estallado. Y en vez de eso, abrió la puerta a una transición más amplia, más profunda, más duradera.

 

La democracia no siempre llega por decreto. A veces se cuela por la rendija de un arreglo. Y eso fue 1991: una rendija que se volvió portal.

 

La toma del Congreso y la anécdota personal

Cuando la historia se encuentra con los pasos de uno

 

Hay momentos en que uno no lee la historia, la camina. Cuando la memoria no es ajena ni prestada, sino hecha de imágenes propias, de voces escuchadas en carne viva. Así fue aquella jornada en la que el Congreso del Estado se volvió el centro de una disputa que no se resolvía con discursos, sino con la presencia misma del pueblo en la calle.

 

Los ánimos estaban encendidos. El nombramiento de Carlos Medina Plascencia como gobernador interino estaba en curso, pero la resistencia aún no cedía. Había sectores del PRI inconformes, renuentes a permitir una sesión que consagrara lo que para muchos era una derrota política.

 

La Plaza de la Paz como trinchera

 

Fue ahí, en plena Plaza de la Paz, donde se tomó la decisión de impedir la sesión del Congreso. Grupos organizados se apostaron en los accesos. Había pancartas, bocinas, altavoces. Pero también había rabia. No la ciega, sino esa que nace de sentirse desplazado por acuerdos ajenos.

 

Recuerdo que en esos días compartí decisiones y pasos con Gilberto Magaña, líder de los grupos de solidaridad de Irapuato, y Manuel Mancilla Rangel, el rostro más visible de los contingentes de León. La indignación no era impostada. Había un sentimiento real de que la decisión se había tomado sin escuchar al pueblo.

 

El rumor que activó la marcha

 

En medio del murmullo de la plaza, alguien nos dijo que varios diputados locales estaban reunidos en Palacio de Gobierno con el gobernador Rafael Corrales Ayala y miembros del Comité Nacional del PRI. No sabíamos si era cierto, pero lo sentimos probable. Bastó eso para que tomáramos una decisión: partir hacia Palacio con un contingente de aproximadamente mil quinientas personas.

 

El coche detenido, el nombre de la tensión

 

Cuando llegamos, Palacio estaba cerrado a cal y canto. La Furia Gris resguardaba las entradas. De pronto, un grito cortó el ambiente:

 

—¡Ahí van, deténganlos!

 

Era un vehículo. Dentro viajaban el Maestro Néstor Raúl Luna Hernández, presidente de la Gran Comisión del Congreso, el diputado Servio Padilla del Toro y la diputada Rosario López Carmona. El automóvil fue interceptado y zarandeado hasta casi levantarlo por el contingente. La tensión podía cortarse con las manos.

El Maestro Luna estaba visiblemente nervioso. El carro había sido sacudido con violencia. La gente quería impedir que llegara a la sesión. En ese momento, yo intenté hablar con varios de los manifestantes, buscar un canal de respeto. Pero el enojo era demasiado. Se hablaba de retenerlo como forma de presión.

 

La marcha y la promesa cumplida

 

Comenzamos a marchar hacia el Congreso con el Diputado Luna Hernandez caminando rodeado de la masa popular. A los pocos metros, frente a las oficinas del PRI estatal, se dio un gesto que nunca olvidaré. El Diputado Servio Padilla del Toro, con una firmeza y serenidad que le reconozco hasta hoy, se acercó y nos dijo:

 

—Si me quedo yo, ¿dejan ir al Maestro Luna?

 

Fue un silencio largo. Luego, un asentimiento. Y así fue. Luna pudo marcharse. Servio se quedó con nosotros. Caminamos con él a la cabeza. Y aunque la rabia seguía en el aire, había también una extraña sensación de respeto hacia ese hombre que había decidido quedarse.

 

El momento de la verdad

 

Llegamos al jardín de Embajadoras. Ahí, de pronto, la tensión explotó de nuevo. Algunos comenzaron a empujar y agredir a Servio. Grité desde el centro de la rueda humana:

 

—¡Ya estuvo bien! ¡Déjenlo que se vaya!

 

Nadie respondió. Solo el silencio. Me acerqué a él y le dije:

 

—Ya vete de aquí, amigo. Pero ya.

 

Se fue. Caminó sin mirar atrás. Y en su andar iba una dignidad que aún hoy me conmueve.

 

La propuesta que se calló por miedo

 

Tiempo después supe que Servio Padilla del Toro había propuesto una salida que pudo haberle lavado la cara al PRI: que renunciara el gobernador Corrales Ayala, que todos los diputados del PRI hicieran lo mismo y que se disolvieran los poderes del estado. El Senado habría tenido que nombrar nuevo gobernador. Sería una forma de perder, pero sin doblegar al priismo guanajuatense. Pero el miedo al poder central pesó más.

 

Una rueda, una danza, una despedida

 

Al llegar al Congreso, la otra parte del contingente bailaba en círculo en el patio legislativo, como en una ceremonia de resistencia. En el centro, con el rostro desencajado, giraba el ingeniero Jorge Videgaray Verdad. Parecía el ritual de una era que se despedía. Y uno lo sentía en el cuerpo, en los pies cansados, en la garganta rota de tanto gritar.

 

Fue ahí donde supe que esa historia no solo se había vivido. También se había encarnado. En nosotros. En nuestras decisiones. En lo que hicimos cuando la historia pasó frente a nuestras narices y no nos quedamos mirando.

 

La transición y lo que quedó sembrado

 

Donde el poder corrigió sin ceder

El nombramiento de Carlos Medina Plascencia como gobernador interino de Guanajuato en 1991 no fue el producto de una voluntad popular ni de un acuerdo local. Fue una decisión directa de Carlos Salinas de Gortari, el presidente de la República, quien, frente a una presión creciente por parte del PAN y de la movilización ciudadana, eligió una salida que mantuviera el control federal sin hacerle concesiones reales al clamor de las calles.

 

Medina no era el más votado. Tampoco era quien movilizaba multitudes. No era el rostro que había enfrentado la contienda ni el nombre que la gente coreaba en las plazas. Llegó como una figura de transición, designado por el sistema, no por la ciudadanía. Su interinato representó una válvula de escape: un rostro panista sin el filo de Fox, un cuadro aceptable para ambas partes, pero ajeno al mandato popular que ya ardía en el corazón del estado.

 

Vicente Fox: la energía sin rumbo

 

Vicente Fox encabezó protestas, agitó las plazas, y durante semanas fue el rostro visible del descontento. Tenía presencia, pero carecía de estructura. Tenía carisma, pero no proyecto. Su liderazgo, más emocional que estratégico, respondía al momento, no al largo plazo. No construyó una alternativa real de poder, sino una confrontación ruidosa sin aterrizaje político.

 

En lugar de tejer una base sólida, optó por el protagonismo. Hablaba más de sí mismo que del estado. Y aunque la gente lo acompañaba, su discurso era pobre en propuestas y excesivo en adjetivos. No supo negociar, no supo articular una ruta, no supo contener su ambición. Su narrativa buscaba presentarlo como víctima, pero no alcanzó a proponer una salida concreta ni un proyecto de reconciliación.

 

Un voto que cambió el tablero

 

El Congreso local de Guanajuato no tenía mayoría panista. La sesión que nombró a Carlos Medina Plascencia como gobernador interino solo fue posible gracias al voto de un diputado del PRI, cercano al gobernador Rafael Corrales Ayala y originario de León. Su voto fue el giro definitivo. Para algunos, fue una traición. Para otros, una forma pragmática de salvar el equilibrio político.

 

Ese diputado rompió filas y permitió que el acuerdo presidencial tomara forma jurídica. Sin ese voto, no habría interinato, ni contención, ni cierre institucional. Fue el acto final de una negociación tejida en las sombras, pero ejecutada en voz alta.

 

Un gobierno que administró sin encender pasiones

 

Carlos Medina gobernó con orden, pero sin energía popular. No traía el respaldo de las urnas ni el aliento de las multitudes. Fue un interinato funcional, técnico, sin crisis, pero también sin alma. No hubo impulso transformador ni cercanía real con la ciudadanía movilizada. Fue, en el mejor de los casos, una administración de equilibrio.

 

La gente lo respetó, pero no lo siguió. Lo escuchó, pero no lo celebró. Su presencia apagó el incendio, pero no sembró esperanza. Fue un paréntesis útil para el régimen, no una conquista ciudadana.

 

Una lección para todos

 

El PRI entendió que la imposición tiene límites. El PAN comprendió que ganar la calle no garantiza el poder. Y la sociedad aprendió que el entusiasmo sin estructura se diluye. Fox fue una figura efímera de protesta, pero no un constructor de soluciones. Su historia posterior lo confirmó: en la presidencia del país, no logró cumplir sus promesas de cambio. Fue, de nuevo, energía sin proyecto, discurso sin reforma, protagonismo sin profundidad.

 

El eco de una herida que aún enseña

 

Guanajuato ya no volvió a ser el mismo. Lo que ocurrió en 1991 fue una fractura que aún enseña. El recuerdo sigue ahí, vivo, en quienes marcharon, en quienes votaron y en quienes, desde dentro del poder, decidieron ceder para conservar.

 

No fue el triunfo de nadie, pero sí la lección de todos. Y de esa sacudida, aunque no se diga en los discursos oficiales, salieron muchas de las claves del México que vendría.

 

Los que no salieron en la foto de todos los partidos 

 

Donde la historia fue escrita por quienes no firmaron ningún decreto

Las grandes crónicas suelen hablar de los nombres en mayúsculas. De los líderes visibles. De quienes aparecen en el boletín oficial o en el acta del Congreso. Pero la historia verdadera muchas veces se construye lejos del micrófono. En las manos que pegan carteles, en las voces que corean sin ser escuchadas, en las decisiones silenciosas que cambian el rumbo sin necesidad de ocupar un cargo.

 

Guanajuato, en 1991, fue escrito también por ellos.

 

El operador que supo callar

 

En las oficinas, entre cafés fríos y papeles doblados, hubo operadores políticos que supieron más de lo que dijeron. Hombres y mujeres que comprendieron el momento y actuaron con astucia para evitar un estallido mayor. Algunos venían del PRI, otros del PAN, otros sin partido. No buscaban reconocimiento. Solo buscaban que el estado no ardiera.

 

Uno de ellos, lo recuerdo bien, nunca quiso aparecer. Pero fue quien convenció a varios actores clave de ceder, de bajar la voz, de permitir una transición ordenada. Sin él, muchas puertas habrían permanecido cerradas.

 

Los líderes locales que sostuvieron el ánimo

 

En León, en Irapuato, en Celaya, hubo líderes sociales que mantuvieron encendido el ánimo colectivo sin que se saliera de cauce. Pero hubo muchos más. Delegados, coordinadores de colonias, madres de familia que abrían su casa para una reunión, maestros que hablaban con sus alumnos, comerciantes que colgaban una manta.

 

No lo hacían por cargo. Lo hacían por convicción. Y esa es la forma más pura de la política: la que nace sin cálculo, solo por sentido de justicia.

 

Los periodistas que contaron lo que otros callaban

 

También estuvieron los reporteros. Los de a pie. Los que corrían detrás de la caravana, los que escribían a máquina en redacciones calurosas, los que firmaban con seudónimo para no arriesgar el empleo. Gracias a ellos, muchas verdades circularon. Se sabían las maniobras, las tensiones, los nombres detrás de los movimientos.

 

Sus notas no siempre salieron en portada, pero fueron leídas con atención en cafés, oficinas públicas y salas de juntas. Esos periodistas también tejieron la historia.

 

Los ciudadanos sin rostro público

 

Y cómo olvidar a quienes se unieron sin pedir nada: el joven que marchó por primera vez con miedo y volvió al día siguiente con más fuerza; la mujer que cocinó para los brigadistas; el obrero que prestó su camioneta para transportar mantas; el universitario que armó un boletín con fotocopias; el sacerdote que desde el púlpito pidió diálogo.

 

Fueron miles. Y aunque no están en las listas de honor, sin ellos nada habría sido posible. Ellos sostuvieron el ánimo, el orden, la dignidad. Fueron del PAN del PRI, del PRD, del PDM, el 91 fue de ellos.

 

Los priistas incómodos

 

También hubo quienes desde el PRI supieron leer el momento. Que no se aferraron al poder por el poder. Que sabían que lo que estaba en juego no era un nombramiento, sino la estabilidad del estado. Algunos votaron contra su línea. Otros prefirieron retirarse antes que romperse. Su prudencia fue tan valiosa como el valor de los que marchaban.

 

A veces, ceder es más valiente que imponerse.

 

Un epílogo sin aplausos, pero con gratitud

 

A todos ellos va este capítulo final. A quienes no salieron en la foto. A quienes no firmaron el acta, pero fueron parte del temblor que abrió paso al futuro. No hay estatuas para ellos, pero hay memoria. Y mientras se les recuerde, la historia seguirá viva. Humana. Verdadera.

 

Porque los pueblos no cambian solo con discursos. Cambian con pasos anónimos, con manos calladas, con convicciones firmes. Y esa fue, en el fondo, la verdadera concertacesión: la que se firmó en las almas, no en los despachos.

 

Servio Padilla del Toro

 

Hay trayectorias que se escriben sin alarde, pero con firmeza. Caminos de lucha silenciosa que no llenan portadas, pero sí corazones. Así es y así ha sido la vida del licenciado Servio Padilla del Toro, un hombre que entendió que el derecho no es solo un conjunto de normas, sino un instrumento de justicia, dignidad y respeto.

 

No nació rodeado de privilegios. Los suyos eran otros: la inteligencia aguda, la palabra precisa, el carácter templado y una voluntad que no conocía el descanso. Estudió Derecho sin pedirle favores a nadie, ganándose cada libro, cada clase y cada examen con esfuerzo propio. Mientras otros dormían o festejaban, él defendía causas obreras, cargaba con expedientes, asistía a audiencias, cumplía su jornada como representante del Sindicato Petrolero en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Ese fue su primer tribunal de vida: la calle, los obreros, los reclamos legítimos.

 

Ahí, entre el ir y venir de conflictos laborales, supo lo que era tener en sus manos el destino de familias enteras. Nunca tomó a la ligera una audiencia, nunca trató con desdén a un trabajador. Su trato era firme pero justo, su palabra directa pero humana. No venía a litigar por ganar, venía a resolver para hacer valer la dignidad del otro.

 

Ese temple no pasó desapercibido. Lo notó Don Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, el hombre fuerte del sindicato petrolero, quien supo distinguir en Servio algo más que eficacia: lealtad sin servilismo, inteligencia sin soberbia, presencia sin estridencias. Entre ambos se forjó una relación de respeto y confianza. Servio no necesitó gritar para hacerse escuchar ni inclinarse para ser estimado. Le bastó su forma de ser: íntegra, serena, letrada.

 

Después vendría el paso por el Ayuntamiento de Salamanca, donde ocupó la Secretaría del Ayuntamiento. No era cargo menor, pero él lo vivió con esa sobriedad que caracterizaba su andar. Ordenó, estructuró, resolvió. Quienes trabajaron con él recuerdan su puntualidad, su conocimiento de fondo, su trato respetuoso y su habilidad para escuchar con atención antes de opinar. Salamanca no tuvo en él a un burócrata más, sino a un verdadero hombre de Estado en lo local, de esos que ya escasean.

 

Su labor no pasó desapercibida. De ahí dio el salto a la diputación local, y lo hizo sin prometer milagros, sin incurrir en excesos, sin disfrazarse de populista. Fue diputado como fue abogado: claro, frontal, trabajador. No necesitaba reflectores. Su satisfacción era ver las cosas caminar. Los discursos eran breves, pero contundentes. Las leyes, bien estudiadas. Las comisiones, atendidas. Su paso por el Congreso no fue ruidoso, pero sí sustancial.

Porque hay nombres que merecen aplausos. Pero hay otros —como el suyo— que merecen silencio, memoria y corazón.

El fue el hombre que antepuso su amistad y su lealtad con Néstor Raul Luna Hernandez antes que su seguridad…

 

(By operación W).

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Puentes de Estado: cuando la política se atreve a unir

Porque en el país del desencuentro, el mayor acto de poder es lograr el acuerdo.

 

La política en clave de madurez

Durante años, hablar de seguridad en Guanajuato era entrar a un laberinto sin salida. Un asunto abordado con discursos, con cifras aisladas, con culpables de turno… pero pocas veces con responsabilidad compartida. El tema se convertía en campo de batalla electoral, en arma arrojadiza entre niveles de gobierno, en lamento recurrente. Y mientras las autoridades discutían, la gente contaba muertos.

Esa vieja dinámica parecía hecha para eternizar la impotencia. Pero algo está cambiando. Porque cuando en un mismo espacio se sientan la gobernadora de un estado convulso, el titular de la Defensa Nacional y el secretario federal de Seguridad, no se trata de una cortesía. Se trata de un giro. De un mensaje que rompe inercias y propone algo más difícil que cualquier operativo: una visión conjunta.

Un encuentro que no fue escenografía

 

No hay casualidad ni protocolo vacío cuando dos responsables del aparato de seguridad nacional y la Gobernadora deciden coincidir. Y no en la capital, sino en territorio. El jueves 16 de mayo de 2025, en las instalaciones de la XII Región Militar, ubicadas en Irapuato, Guanajuato, tuvo lugar una reunión que no fue una cortesía. Fue una declaración de intenciones.

Ahí estuvieron sentados la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, el General Secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, y el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, Omar García Harfuch. No se trató de posar para la historia, sino de intervenirla. De leer un diagnóstico común y comenzar a redactar respuestas conjuntas.

El solo hecho de compartir espacio, tiempo y prioridades rompe con muchas inercias del pasado. Porque en una época en la que la forma suele devorar el fondo, esta cita tuvo contenido, tuvo tono, y sobre todo, tuvo dirección. Lo que ahí se dijo no ha sido publicado, pero lo que representa ese momento es más elocuente que cualquier boletín: alguien decidió dejar de lado la comodidad del reproche para asumir el costo —y el honor— de construir desde el Estado.

 

El arte de tender puentes

 

Durante mucho tiempo, el discurso del conflicto fue la moneda común. “La federación no ayuda”, “el estado no responde”, “los municipios no cooperan”… y así se fue dibujando un mapa de culpas, donde cada quien defendía su parcela mientras el crimen avanzaba sin fronteras. Pero la gobernabilidad no se logra con quejas, se construye con audacia.

Tender puentes, en este contexto, no es un gesto diplomático: es una apuesta política. La gobernadora ha decidido jugar ese papel incómodo y valiente. No el de quien confronta por inercia, sino el de quien persuade por necesidad. Porque no hay estrategia local sin respaldo federal, ni política nacional sin pies en el territorio. El Estado —con mayúscula— solo existe cuando sus piezas dejan de competir entre sí.

 

Coordinación: la palabra que no se aplaude pero salva

 

Hablar de coordinación puede sonar aburrido, poco espectacular. Pero es justo ahí donde se define el éxito de toda política de seguridad. No hay milagros. Hay planeación, hay reparto de tareas, hay voluntad de sumar. Y sobre todo, hay una comprensión elemental: o enfrentamos juntos al crimen, o nos deshace por separado.

Por eso este nuevo tono importa. Porque marca un punto de inflexión. Porque ya no se trata de anunciar resultados sin sustento ni de fingir acuerdos que no existen. Se trata de construir, paso a paso, una política de seguridad que funcione. Que llegue a donde debe llegar. Que se sostenga en datos reales, en acciones conjuntas y en la convicción de que gobernar es compartir responsabilidad.

 

Gobernar con convicción, no con cálculo

 

La decisión de apostar por la cooperación, incluso cuando hay diferencias de origen político, revela una forma distinta de entender el poder. Podría ser más cómodo mantenerse en la lógica del señalamiento. Pero la verdadera política empieza donde termina el aplauso fácil. Gobernar no es agradar, es resolver. Y en Guanajuato, resolver implica entender que la violencia no distingue colores.

Por eso este momento marca una diferencia. Porque se gobierna desde la convicción, no desde el cálculo. Porque se prioriza el bienestar público sobre la narrativa personal. Y porque la gobernadora ha demostrado que la firmeza no está en el tono de voz, sino en la capacidad de generar consensos en tiempos de polarización.

La seguridad como política de Estado

 

Lo que se juega en estas reuniones no es solo una estrategia operativa, sino una concepción de país. Cuando la seguridad se aborda como política de Estado, en vez de bandera partidista, se abren posibilidades que antes eran impensables. El crimen organizado teme menos a los operativos que al entendimiento entre autoridades.

Eso es lo que empieza a vislumbrarse en Guanajuato: una forma de enfrentar el reto desde lo institucional. Con mando civil, con apoyo militar, con inteligencia compartida. Con mecanismos donde no importa quién encabece el boletín, sino quién responde por la calle. Con políticas que no compiten, sino se complementan. Porque la seguridad —como la justicia— se construye sin ego y con estrategia.

 

Ni triunfalismos ni resignaciones

 

Quien piense que con esta reunión se resolvieron los problemas de seguridad, se equivoca. Y quien crea que no significa nada, también. Este encuentro no resuelve por sí mismo la complejidad del reto, pero es un punto de quiebre. Un mensaje que viaja más lejos de lo que parece. No es la victoria, pero sí una señal de que se dejó atrás la resignación.

Lo importante será lo que ocurra después. Si las mesas de coordinación derivan en operativos eficaces. Si la información fluye sin barreras. Si se pasa del discurso a la acción. Pero, sobre todo, si la ciudadanía empieza a notar que las decisiones se sienten, no solo se escuchan. Porque en seguridad, la credibilidad no se gana con comunicados, sino con calles más tranquilas.

Una política que vale la pena

 

Lo que está en juego aquí no es solo el éxito de un sexenio o la imagen de una gobernadora. Es mucho más. Es la posibilidad de que Guanajuato recupere la paz sin ceder a la tentación del autoritarismo ni al pretexto del victimismo. Es demostrar que sí se puede hacer política desde el acuerdo sin renunciar a los principios. Que sí es posible hablar con quien piensa distinto, cuando lo que importa es el bien común.

Esa es la política que vale la pena. La que se ejerce sin estridencias, pero con firmeza. La que no presume logros, sino que los construye. La que se mide no por cuántos discursos conmueven, sino por cuántas vidas se salvan. Si este nuevo rumbo se mantiene, Guanajuato puede mirar al futuro con esperanza, no con miedo.

Porque la paz no es un regalo: es una construcción. Y esta vez, parece que alguien está dispuesto a edificarla desde el Estado.

(By operación W).

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Más allá del quiosco: siete jardines que se llevan en el pecho

Algunos están en postales, otros en catálogos turísticos, y hay uno —como el Reforma en Guanajuato capital— que se esconde del bullicio como quien guarda un secreto. Pero todos tienen algo en común: son jardines que no solo se recorren… también se sienten.

En esta serie, nos sentamos bajo la sombra de siete espacios que dan sentido a sus ciudades: Pénjamo, Purísima del Rincón, Irapuato, Guanajuato capital, Celaya, Salvatierra y San José Iturbide. Algunos son plazas principales, otros son corazones discretos; pero todos han sido, alguna vez, el escenario de algo importante en la vida de quienes los habitan.

Son jardines donde lo cotidiano se vuelve sagrado. Donde las bancas no son de adorno: son confesionario, mirador, descanso y refugio. Donde los árboles no solo dan sombra: también memoria. Donde las fuentes hablan bajito y los faroles prenden más que luz: encienden recuerdos.

Aquí no encontrará rutas gastronómicas ni tips de viaje. Lo que encontrará es una galería viva de lo que somos cuando nos damos permiso de detenernos. Porque en estos jardines se camina lento, se mira profundo, se conversa sin prisa. Y esa, quizá, es la mejor forma de conocer un lugar: descalzando el alma.

Cada crónica está escrita con una intención distinta. Algunas celebran, otras recuerdan, otras consuelan. Son textos que no buscan describir el lugar, sino despertar lo que el lugar provoca. No tienen itinerarios, pero tienen pausas. No tienen mapas, pero tienen memorias.

Pénjamo, con su jardín trazado con el número ocho, como homenaje íntimo a Miguel Hidalgo. Purísima del Rincón, donde la historia no se cuenta: se respira. Irapuato, con un reloj que marca el tiempo de todos. Guanajuato, con ese rincón de silencio que es el Jardín Reforma. Celaya, donde se cruzan las nostalgias. Salvatierra, donde el tiempo se sienta a conversar. San José Iturbide, donde florecen los días comunes.

Son jardines que han estado ahí desde siempre, pero que a veces olvidamos mirar. Y sin embargo, basta una vuelta, una tarde, un banco libre… para que todo vuelva. Para que el corazón recuerde cómo era latir sin tanto ruido.

No es solo una serie. Es una celebración. A la pausa. A la sombra. Al reencuentro. A esa belleza que no presume, pero transforma. A los rincones donde aún se puede ver la vida con ojos tranquilos.

Porque hay jardines que se visitan una vez… y hay otros que vuelven solos, cada vez que necesitamos descansar dentro de nosotros mismos.

 

(By Notas de Libertad).

Pénjamo entre laureles y memorias: crónica del jardín que late en el corazón del pueblo

Cuando el corazón de un pueblo se vuelve jardín

 

Hay ciudades que respiran por sus avenidas, otras que suspiran desde sus plazas, pero Pénjamo... Pénjamo vive desde su jardín principal. Ahí, entre sombra de laureles y paso lento de la gente, late la historia. No es una plaza cualquiera. Es el lugar donde confluyen generaciones, donde la memoria no estorba y la nostalgia encuentra asiento.

 

Fue un 16 de septiembre de 1929 cuando el jardín nació como tal, aunque ya antes era punto de encuentro. Pero ese día, coincidiendo con el fervor patrio, se hizo jardín en forma y corazón en fondo. Se bautizó con el nombre de Ana María Gallaga, madre de Miguel Hidalgo, porque aquí el homenaje a la historia no se escatima, se honra.

 

Un octógono que guarda la historia

 

El diseño no es casualidad. Todo en este jardín tiene un porqué. Su forma octagonal, los caminos que llevan al quiosco, las bancas, los faroles, las araucarias... todo gira en torno al número ocho. Es el homenaje cifrado al natalicio de Hidalgo, nacido un 8 de mayo. Como si el jardín mismo respirara la fecha y la repitiera en su trazo.

 

Al centro, el quiosco. No solo ornamento, sino altar civil. Desde ahí han hablado presidentes municipales, han tocado bandas, se han tomado fotos los novios, se han detenido los hijos para mirar de lejos a sus padres... o a su futuro. El quiosco es la voz de lo que no se dice pero se siente.

 

Donde todo sucede, incluso lo imposible

 

Aquí se celebran los días que importan. El 8 de mayo, cuando Pénjamo se enorgullece doblemente de su origen y de su hijo ilustre. El 16 de septiembre, cuando el jardín vibra con gritos, vivas y juegos pirotécnicos. El Día de Muertos, cuando los tapetes de flores y las velas transforman el suelo en memoria viva.

 

Pero también aquí pasa lo que no se planea. La cita improvisada, la reconciliación silenciosa, la carcajada de los niños jugando, el primer beso de dos adolescentes que no saben si es amor o nervio... todo cabe bajo sus sombras.

 

La flora que no solo florece, también abraza

 

Ocho araucarias. Ocho laureles de la India. Y entre ellos, bugambilias, durantas, jazmines, adelfas, nochebuenas y palmas que con el tiempo se han vuelto testigos de la vida cotidiana.

 

Estos árboles no están solo para adornar: son parte del ritual de crecer en Pénjamo. Bajo ellos se ha llorado, se ha reído, se ha esperado. Cada rama tiene historia. Cada hoja ha escuchado algo que merecería un libro.

 

Renovar sin olvidar

 

Como todo lo vivo, el jardín ha cambiado. Se han sustituido pisos, replantado árboles, renovado luminarias. Pero el alma permanece. Porque aquí, aunque se renueve el concreto, el corazón es de cantera.

 

Durante la pandemia, el jardín se quedó vacío por más de un año. Y fue entonces cuando Pénjamo sintió lo mucho que le hacía falta ese espacio. No se trata de un lujo, sino de una necesidad. El jardín no es solo un lugar: es un lazo invisible entre los penjamenses. Estén donde estén.

 

VI. El jardín como espejo de identidad

 

Pregúntale a un penjamense en el extranjero qué extraña. Es probable que te diga: "la comida" y luego, sin pensarlo mucho, "el jardín". Porque el jardín no es solo jardín. Es infancia. Es domingo. Es misa. Es el puesto de garbanzos, el bolero en la esquina, la pareja de ancianos que se toma de la mano sin urgencias.

 

Es, al final, un espejo de lo que somos: pueblo con historia, con memoria, con ternura. Pueblo que se sienta en su jardín no solo para descansar, sino para seguir viviendo.

 

Y por eso, mientras haya un penjamense con raíces, el jardín Ana María Gallaga seguirá floreciendo. Porque la identidad no se construye con decretos, sino con jardines que laten.

 

(By Notas de Libertad).

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“Soneto XCII”

De: Pablo Neruda

Soneto XCII

Amor mío, si muero y tú no mueres,

no demos al dolor más territorio:

amor mío, si mueres y no muero,

no hay extensión como la que vivimos.

 

Polvo en el trigo, arena en las arenas

el tiempo, el agua errante, el viento vago

nos llevó como grano navegante.

Pudimos no encontrarnos en el tiempo.

 

Esta pradera en que nos encontramos,

¡oh pequeño infinito! devolvemos.

Pero este amor, amor, no ha terminado,

 

y así como no tuvo nacimiento

no tiene muerte, es como un largo río,

sólo cambia de tierras y de labios.

(ByNotas de Libertad).

Si quieres escucharlo en la voz de Pedro Guerra

Nota: Amor más allá de la muerte: la eternidad compartida

En el Soneto XCII, Neruda nos conduce a una de las preguntas más inquietantes del amor verdadero: ¿qué pasa con el amor si uno de los dos muere?

 

Desde el primer verso, el poeta se planta frente a la posibilidad de la pérdida:

 

“Amor mío, si muero y tú no mueres,

no demos al dolor más territorio”

 

Aquí hay una doble petición: aceptar la pérdida y resistirse al dolor que pretende apropiarse del amor. Neruda reconoce la muerte como inevitable, pero no como la aniquilación del vínculo. Pide que no se extienda el dominio del sufrimiento, como quien defiende con firmeza el terreno íntimo del amor.

 

“amor mío, si mueres y no muero,

no hay extensión como la que vivimos.”

 

Este verso es la médula del poema. Si uno muere y el otro sigue viviendo, la vastedad de lo vivido juntos será siempre más grande que cualquier distancia provocada por la muerte. El amor que han compartido ya se volvió inmenso, infinito en su intensidad.

 

“Polvo en el trigo, arena en las arenas

el tiempo, el agua errante, el viento vago

nos llevó como grano navegante.”

 

Aquí, Neruda nos recuerda que los amantes son parte del universo: elementos flotantes dentro de la historia, del azar, del cosmos. Y que, pese a esa fragilidad, se encontraron. El uso de la metáfora del “grano navegante” sugiere pequeñez y grandeza al mismo tiempo: diminutos en el universo, pero capaces de encontrarse.

 

“Pudimos no encontrarnos en el tiempo.”

 

Este verso es un susurro de gratitud. Pudo no haber pasado, pero pasó. En medio de las infinitas probabilidades del universo, se cruzaron. Y eso es un milagro que vale más que cualquier eternidad vacía.

 

“Esta pradera en que nos encontramos,

¡oh pequeño infinito! devolvemos.”

 

El amor vivido fue un “pequeño infinito”. Aunque limitado por el tiempo y el cuerpo, fue total. Y ahora, como quien regresa lo que ha tomado prestado, lo devuelven a la vida, a la memoria, a la tierra.

 

“Pero este amor, amor, no ha terminado,”

 

El amor no muere. Aunque termine la vida, el amor permanece.

 

“y así como no tuvo nacimiento

no tiene muerte, es como un largo río,

sólo cambia de tierras y de labios.”

 

Aquí Neruda nos entrega su visión más mística: el amor verdadero es eterno, sin origen ni final. Fluye como un río, adaptándose, cruzando paisajes, encarnándose en otros cuerpos, en otras almas. El amor no desaparece, sólo cambia de forma, de voz, de presencia.

 

Este poema es una meditación sobre la trascendencia. Neruda no ve el amor como algo que empieza y termina con la vida física. Lo ve como una energía cósmica, incorruptible, que sobrevive a la muerte y a las ausencias. El poema consuela, eleva, y deja una enseñanza vital: amar es eterno si se ha amado de verdad.

 

Sobre el autor: Pablo Neruda: El hombre que le dictó poemas al corazón del mundo

 

Nació como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, un 12 de julio de 1904, en Parral, Chile, pero la historia lo recordaría por el nombre que él mismo eligió: Pablo Neruda, un seudónimo tomado del poeta checo Jan Neruda, como una forma temprana de marcar su destino con tinta propia.Desde muy joven, Neruda descubrió que las palabras no eran solo herramientas, sino puentes hacia mundos invisibles. Publicó su primer libro, Crepusculario, a los 19 años, y su consagración llegó con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, donde combinó una sensualidad desbordada con una nostalgia precoz. A partir de ahí, la poesía dejó de ser sólo literatura en América Latina: se volvió una forma de respirar.Pero Neruda no fue solo un poeta del amor. Fue también cónsul, exiliado, senador, perseguido y revolucionario. La política atravesó su vida con la misma intensidad con que el amor atravesaba sus versos. Militante del Partido Comunista de Chile, apoyó la causa republicana en la Guerra Civil Española, lloró la muerte de su amigo Federico García Lorca y escribió con rabia y belleza en España en el corazón. La poesía para él no era neutral: era trinchera, era grito, era testimonio.Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971, la Academia lo reconoció por ser una voz “que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños de un continente.” Y es que Neruda escribió como quien habla con los árboles, con los pescadores, con las viudas, con las piedras y los obreros, como si todos ellos tuvieran el derecho sagrado de habitar un poema.Vivió en casas que parecían barcos varados —como La Chascona en Santiago o La Sebastiana en Valparaíso— porque su imaginación no conocía tierra firme. Amó con pasión, viajó como testigo de su tiempo, y escribió como si el mundo se le fuera a terminar mañana.Murió el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe militar que derrocó a Salvador Allende. Su cuerpo fue velado en silencio, pero sus poemas siguieron hablando por él, como antorchas en medio de la oscuridad.Hoy, Pablo Neruda no pertenece a Chile, ni al siglo XX: pertenece al alma humana. Su poesía sigue viva en cada lengua que lo traduce, en cada voz que lo recita, y en cada lector que, al descubrirlo, entiende que la poesía no es algo que se lee… es algo que se siente.

(ByNotas de Libertad).

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Domingo 18 al 24 de mayo

Hay semanas en las que el tiempo no pasa… se queda.

Se queda en una oración, en una batalla ganada, en una fecha que partió la historia o en un nombre que la fe convirtió en faro.

Cada día es más que una cifra:

es un susurro del pasado que nos pide no olvidar.

Aquí desenterramos las raíces de lo que somos:

los santos que siguen inspirando, las luchas que nos enseñan a resistir, las celebraciones que nos recuerdan que vivir también es agradecer.

Porque el calendario no solo mide el tiempo:

lo honra, lo nombra y lo abraza.

Y en cada página, hay una lección que aún no terminamos de aprender

Domingo 18 de mayo

  1. San Erico IX, rey y mártir (siglo XII): Rey de Suecia que promovió la fe cristiana y fue asesinado por enemigos daneses mientras asistía a misa. 

  2. San Juan I, papa y mártir (siglo VI): Enviado en misión diplomática a Constantinopla, fue encarcelado y murió por orden del rey Teodorico. 

  3. Beato Burcardo de Beinwil, presbítero (siglo XII): Párroco suizo conocido por su dedicación pastoral y cuidado de su comunidad. 

  4. Beata Blandina Merten, virgen (siglo XX): Religiosa alemana de la Orden de Santa Úrsula, destacó por su labor educativa y vida contemplativa. 

  5. Santa Claudia, virgen y mártir (siglo IV): Noble romana convertida al cristianismo, fue martirizada durante la persecución de Diocleciano por negarse a renunciar a su fe

 

 

Lunes 19 de mayo

  1. San Pedro Celestino V, papa (siglo XIII): Monje eremita que fue elegido papa y renunció al pontificado para regresar a la vida contemplativa.

  2. San Ivo de Bretaña, presbítero (siglo XIV): Abogado y sacerdote conocido como el “abogado de los pobres” por su defensa de los necesitados. 

  3. San Adolfo de Arras, obispo (siglo VIII): Obispo de Arras y Cambrai, reconocido por su liderazgo espiritual en Neustria. 

  4. Beato Agustín Novelli, presbítero (siglo XIV): Miembro de la Orden de Ermitaños de San Agustín, destacado por su humildad y observancia religiosa. 

  5. San Crispín de Viterbo, religioso (siglo XVIII): Fraile capuchino italiano, conocido por su sencillez y dedicación a los pobres. 

 

Martes 20 de mayo

  1. San Bernardino de Siena, presbítero (siglo XV): Predicador franciscano italiano, promovió la devoción al Santísimo Nombre de Jesús. 

  2. San Talaleo, mártir (siglo III): Médico cristiano que sufrió el martirio en Cilicia por su fe durante las persecuciones romanas.

  3. San Anastasio de Brescia, obispo (siglo VII): Obispo italiano conocido por su liderazgo espiritual en Brescia. 

  4. Beato Arcángel Tadini, presbítero (siglo XX): Fundador de la Congregación de las Hermanas Obreras de la Santa Casa de Nazaret, trabajó por los derechos de los obreros. 

  5. Santa Áurea, mártir (siglo III): Cristiana martirizada en Ostia por su fe durante las persecuciones romanas.

 

Miércoles 21 de mayo

  1. San Cristóbal Magallanes y compañeros, mártires (siglo XX): Sacerdotes y laicos mexicanos martirizados durante la persecución religiosa en México. 

  2. San Eugenio de Mazenod, obispo (siglo XIX): Fundador de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, dedicó su vida a la evangelización de los pobres. 

  3. San Hemming, obispo (siglo XIV): Obispo de Åbo (Finlandia), promovió la educación del clero y la paz entre los pueblos. 

  4. San Hospicio de Niza, recluso (siglo VI): Anacoreta francés conocido por su vida de abstinencia y profecías. 

  5. Beato Juan Mopinot, mártir (siglo XVIII): Religioso francés asesinado durante la Revolución Francesa por su fidelidad a la fe.

 

Jueves 22 de mayo

  1. Santa Rita de Casia, religiosa (siglo XV): Conocida como la “santa de los imposibles”, fue esposa, madre y monja agustina, ejemplo de paciencia y compasión. 

  2. Santa Joaquina de Vedruna, religiosa (siglo XIX): Fundadora de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, dedicó su vida a la educación y cuidado de enfermos. 

  3. Santa Julia de Córcega, virgen y mártir (siglo V): Mártir cristiana venerada por su firmeza en la fe durante su martirio en Córcega.

  4. Santa Quiteria, virgen y mártir (siglo II): Joven cristiana que sufrió el martirio en Hispania por negarse a renunciar a su fe.

  5. Beato Juan Bautista Machado, presbítero y mártir (siglo XVII): Misionero portugués martirizado en Japón por su labor evangelizadora.

 

Viernes 23 de mayo

  1. San Desiderio de Langres, obispo y mártir (siglo IV): Obispo francés que ofreció su vida por su comunidad durante las invasiones bárbaras. 

  2. San Guiberto, monje (siglo X): Noble que renunció a sus bienes para fundar el monasterio de Gembloux y vivir en pobreza. 

  3. San Efebo de Nápoles, obispo (siglo IV): Obispo italiano conocido por su liderazgo espiritual en Nápoles. 

  4. San Juan Bautista de Rossi, presbítero (siglo XVIII): Sacerdote romano dedicado al ministerio de la confesión y ayuda a los necesitados.

  5. San Miguel de Sinada, obispo (siglo IX): Obispo de Frigia que defendió el culto a las imágenes sagradas y fue exiliado por ello. 

 

Sábado 24 de mayo

  1. María Auxiliadora: Advocación mariana venerada por su auxilio en las dificultades, especialmente promovida por San Juan Bosco. 

  2. San Mánahen, profeta (siglo I): Miembro de la comunidad cristiana de Antioquía, mencionado en los Hechos de los Apóstoles. 

  3. San Sérvulo de Trieste, mártir (siglo III): Cristiano martirizado en Trieste por su fe durante las persecuciones romanas. 

  4. San Simeón Estilita el Joven, anacoreta (siglo VI): Vivió en una columna cerca de Antioquía, dedicado a la oración y penitencia.

  5. San Zoelo de Listra Mártir del siglo III en Listra, Licaonia (actual Turquía). Sufrió persecución por su fe cristiana durante las campañas romanas contra los cristianos.

No hay día sin historia, ni fecha sin eco.

Cada conmemoración, cada nombre santo, cada hecho ocurrido… es un recordatorio de que el tiempo no solo pasa: enseña, transforma y reclama memoria.

La semana se va, pero lo que deja no se borra.

Que estas huellas del calendario no sean solo curiosidad, sino alimento para entender quiénes fuimos, quiénes somos… y quiénes podríamos llegar a ser.

Hasta la próxima vuelta del sol,

que el calendario siga hablándonos

y nosotros sepamos escucharlo.

 

 

(By Notas de Libertad).

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Música para recordar el ayer

La Sonora Dinamita: El ritmo que encendió al continente

El estallido inicial

Había una vez una ciudad en Colombia llamada Cartagena, donde el calor no solo se sentía en la piel, sino también en el alma. Ahí, en 1960, nació un grupo que no venía a cantar: venía a explotar. Su nombre era una advertencia y una promesa: "La Sonora Dinamita".

 

Fundada por "Lucho Argain",  la agrupación tenía una sola misión: "hacer que nadie pudiera quedarse sentado". Inspirados en las grandes orquestas cubanas y en la sabrosura colombiana, mezclaron ritmos, tambores, metales y letras que se pegaban como el sudor al cuerpo en una fiesta costeña.

 

Al principio, eran locales. Tocaban en bailes, ferias, radios de onda corta. Pero no tardó mucho para que su sonido cruzara mares y fronteras. Porque donde hay cumbia, hay fiesta. Y donde hay fiesta… tenía que estar La Sonora Dinamita.

El fuego de sus éxitos

Hubo una época en que nadie en América Latina ignoraba sus canciones. Las pistas de baile se rendían ante títulos como:

 

- “Mi cucu”

- “Se me perdió la cadenita”

- “Que nadie sepa mi sufrir”

- “Oye”

- “Escándalo”

 

La voz de "Vilma Díaz", en su época dorada, y la picardía con que cantaban las letras más atrevidas con el ritmo más inocente, los convirtieron en el alma de todas las fiestas.

"La Sonora Dinamita no pedía permiso para sonar. Simplemente sonaba. Como su nombre, llegaba, retumbaba… y dejaba huella."

 

Del Caribe para el mundo

Colombia les dio cuna, pero México los convirtió en leyenda. En los años 80, la banda se estableció en el país azteca y desde ahí incendió el continente. Ya no eran solo colombianos. Eran nuestros. De todos.

 

"En cada boda, en cada cumpleaños, en cada carnaval… su cumbia estaba presente. "

 

Sus letras eran un guiño cómplice. Eran canciones que no necesitaban ser explicadas. El ritmo bastaba. El acordeón hacía lo suyo, los metales ponían el alma, y las voces… esas eran pura dinamita.

 

Artistas de todos los géneros empezaron a versionarlos, a invitarlos, a rendirles homenaje. Porque resistirse a su energía era inútil.

Explosiones, pausas y regreso

No todo fue fácil. Hubo divisiones, cambios de integrantes, momentos de silencio. Como en toda banda de larga vida, hubo también egos, decisiones difíciles, duelos de nombre y legado. Pero la música… la música siempre volvió a unirlos.

 

"La Sonora Dinamita no se mide por un solo éxito, sino por la cantidad de generaciones que ha puesto a bailar."

 

Y lo hicieron sin robar cámaras, sin grandes escándalos mediáticos, sin espectáculos innecesarios. Su escándalo era el tambor. Su noticia era la alegría que despertaban.

 

Y así, como quien no quiere, regresaron. Nuevos cantantes, nuevas versiones, pero la misma esencia: cumbia pura, sin aditivos.

 

Un legado que no se apaga

Hoy, La Sonora Dinamita sigue viva. En cada rincón del continente, alguien canta “Mi cucu” con la misma risa con la que lo hizo la primera vez. Sus canciones no envejecen, porque no están hechas de moda: están hechas de ritmo, picardía y corazón.

 

Siguen girando. Siguen tocando. Siguen llenando escenarios. "Porque hay sonidos que no pasan de moda… y hay explosiones que nunca dejan de escucharse."

 

La Sonora Dinamita no necesita presentación. Basta con que suene el primer acorde para que todos sepamos que llegó la fiesta. Que llegó la cumbia. Que llegó la alegría.

 

Y mientras existan motivos para celebrar, su música seguirá estallando en cada esquina del alma latina.

 

(By Notas de Libertad).

Oye

Se me Perdió la Cadenita

El africano

KC and the Sunshine Band: Cuando la música se volvió luz

Un muchacho y un piano

Todo comenzó con un chico llamado Harry Wayne Casey, mejor conocido como KC, un joven inquieto que trabajaba en la disquera TK Records, en Hialeah, Florida. No era todavía una estrella. No salía en la portada de ninguna revista. Estaba en la bodega acomodando discos y ayudando en lo que se ofreciera. Pero dentro de él había una melodía que no se podía guardar. Una necesidad de sonar, de encender el alma ajena con ritmo y color.

 

KC no soñaba con la fama. Soñaba con hacer música que se quedara pegada al cuerpo, como la brisa en una playa de Miami.

 

Fue ahí, entre cajas de vinilos y pruebas de sonido, donde conoció a Richard Finch, un ingeniero de sonido con el oído afilado y un don para los bajos potentes. La química fue inmediata. Entre ellos, nació una complicidad creativa capaz de romper moldes.

 

El nacimiento del sol

El nombre fue un chispazo espontáneo. KC and the Sunshine Band. Porque él era KC. Y la “Sunshine Band” no solo era el grupo: era el reflejo del alma tropical y luminosa de Florida, su lugar natal. Aquello no era solo funk, no era solo soul, ni pop, ni R&B: era una mezcla explosiva de ritmo y sol, una fiesta que venía del Caribe, del barrio, de la pista de baile.

 

Mientras otros cantaban al amor trágico o a las luchas del día a día, ellos cantaban al movimiento, al deseo, a la música que baja por los pies y sacude la cadera.

 

La primera gran sacudida fue “Get Down Tonight”. Una canción atrevida, alegre, inconfundible. Luego vino “That’s the Way (I Like It)”, y el mundo ya no fue igual. El falsete inconfundible de KC, el ritmo contagioso de los metales, los coros insistentes… ¡todo explotaba en felicidad!

 

En menos de lo que tarda una canción en escalar las listas, KC and the Sunshine Band ya eran referencia global.

 

La música como lenguaje universal

Entre 1975 y 1979, la banda vivió una era dorada. Fueron los reyes del disco, los emperadores del baile. Sonaban en bodas, en discotecas, en radios AM y FM, en películas, en comerciales… Era imposible no escucharlos. Canciones como:

- “Boogie Shoes”

- “I’m Your Boogie Man”

- “(Shake, Shake, Shake) Shake Your Booty”

- “Keep It Comin' Love”

 

…entraron directo al ADN de una generación que aprendió a bailar sin pena. Que entendió que la vida no siempre se piensa: se siente.

 

Ellos no se conformaban con entretener. Querían liberar. Querían que cada canción fuera una llave que abriera la puerta del gozo.

 

Y vaya si lo lograron. KC and the Sunshine Band vendieron millones de discos, llenaron estadios, fueron galardonados, parodiados, admirados… y todo eso sin renunciar nunca a la premisa esencial: hacer música que dé alegría.

La curva del silencio

Pero como todo fenómeno solar, la intensidad no dura para siempre. Llegaron los años 80 y con ellos, el final de la era disco. El mundo musical giró hacia otros géneros, otras estéticas, otras angustias.

 

La luz brillante de KC and the Sunshine Band fue bajando su intensidad… pero nunca desapareció.

 

El grupo pasó por momentos difíciles. KC sufrió un accidente automovilístico que lo alejó del escenario. Los discos dejaron de venderse como antes. La radio ya no los programaba en la rotación principal. Pero él, terco como pocos, se negó a rendirse.

 

A veces el aplauso se enfría, pero el alma del artista no.

 

KC siguió componiendo, grabando, y haciendo giras pequeñas. Dondequiera que alguien quisiera bailar, él estaba dispuesto a tocar.

 

El regreso de la luz

Los años noventa trajeron una inesperada resurrección. En fiestas, programas, comerciales, películas y series de televisión, sus canciones volvieron. “Boogie Shoes” en Saturday Night Fever, “That’s the Way I Like It” en infinidad de bandas sonoras… y así, sin pedir permiso, KC and the Sunshine Band se convirtió en un símbolo cultural más grande que su propia época.

 

Ya no eran solo una banda disco. Eran la encarnación del recuerdo alegre, del sonido que nunca envejece.

 

Las nuevas generaciones los descubrieron, y los viejos fans regresaron con fuerza. KC volvió a llenar escenarios, a recorrer países, a hacer giras con su energía intacta. Su voz seguía clara. Su espíritu, intacto. Y su promesa, viva: hacerte bailar aunque no quieras.

 

El legado que se baila

Hoy, más de 45 años después de su primer éxito, KC and the Sunshine Band sigue tocando. Su música no se quedó en el pasado: vive cada vez que alguien pone una de sus canciones en una fiesta. En cada cumpleaños donde suena “Shake your booty”, en cada boda donde alguien canta “That’s the Way I Like It” con los brazos al aire.

 

Porque la felicidad no se mide en décadas, se mide en canciones.

Harry Wayne Casey no solo fundó una banda. Fundó una forma de vivir la música: sin prejuicios, sin poses, sin distancias. KC and the Sunshine Band es el recordatorio de que el ritmo puede ser una forma de amor, que el baile puede ser una oración, y que hay días en que no necesitamos pensar… solo dejarnos llevar.

“Get down tonight” no fue solo un título. Fue una filosofía.

 

Y mientras haya alguien dispuesto a sonreír al ritmo de sus canciones, el sol de KC and the Sunshine Band seguirá brillando.

​(By Notas de Libertad).

Shake, Shake, Shake

Please Don’t Go

That’s the Way (I Like It)

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“Las 48 leyes del poder”

Autor: Robert Greene

Resumen del libro: El arte oculto de influir sin que se note: Las 48 leyes del poder

Un libro que no se lee: Se sobrevive

 

En el mundo político, empresarial y hasta familiar, el poder no se grita: se ejerce. Esa es la premisa central de Las 48 leyes del poder de Robert Greene, un manual tan polémico como fascinante que destila siglos de historia, maquiavelismo y psicología en 48 máximas para ganar, conservar o recuperar el control en cualquier entorno.

Este libro no promete ética, ni propone un código moral. Al contrario: desenmascara el juego de poder como realmente es, con sus máscaras, sus trampas, sus alianzas fugaces y sus traiciones inevitables. Greene no inventa reglas: las destapa. Y lo hace con ejemplos históricos que van de Luis XIV a Talleyrand, de Mao a P.T. Barnum, de la corte de Versalles a Wall Street.

El lector puede usar este libro para escudarse, para atacar, para comprender… o para cuidarse. Pero una cosa es segura: después de leerlo, ya no verá igual las reuniones de trabajo, los discursos públicos o las cenas familiares. Porque el poder —como el veneno— se inocula en dosis pequeñas, casi invisibles. Este libro es, en muchos sentidos, el antídoto.

 

Las 48 leyes del poder explicadas

 

1. No eclipses al maestro. Hacer sombra al superior es cavar tu propia tumba. Haz que se sienta más brillante que tú.

2. Nunca confíes demasiado en tus amigos. La lealtad absoluta puede volverse peligrosa. A veces, el enemigo vencido sirve mejor.

3. Oculta tus intenciones. Mostrar todas tus cartas solo da ventaja al otro. Haz movimientos que parezcan erráticos, pero que respondan a tu plan.

4. Di siempre menos de lo necesario. El silencio inquieta. Quien habla mucho, revela más de lo que debería.

5. Mucho depende de la reputación. Protégela a toda costa. Una buena fama abre puertas; una mancha las cierra de golpe.

6. Llama la atención a cualquier precio. La visibilidad es poder. Ser invisible es ser irrelevante.

7. Consigue que otros trabajen por ti y llévate el crédito.Dominar el arte de delegar sin perder el protagonismo.

8. Haz que otros vengan a ti. El que se mueve pierde. Espera. Haz que el contrario gaste energía.

9. Gana a través de tus acciones, nunca con argumentos.Convencer hablando es frágil; convencer actuando es definitivo.

10. Evita a los perdedores y a los quejumbrosos. El fracaso se contagia como un virus. Rodéate de impulso, no de lastre.

11. Haz que la gente dependa de ti. Quien necesita de ti no puede eliminarte. Sé indispensable.

12. Desarma a tu enemigo con generosidad. El regalo oportuno desarma la sospecha.

13. Cuando pidas ayuda, apela al interés personal. Los ideales inspiran, pero el interés mueve.

14. Finge ser amigo, actúa como espía. Escuchar bien es más útil que hablar bonito.

15. Aplasta al enemigo totalmente. No dejes raíces. Un enemigo medio vencido se rehace.

16. Usa la ausencia para incrementar respeto. El exceso de presencia desgasta. La escasez genera valor.

17. Mantén el suspenso: cultiva un aire de misterio. El enigma siempre atrae más que la certeza.

18. No construyas fortalezas: aíslan. Alejarte del mundo te vuelve débil ante él.

19. Conoce con quién estás tratando. No todos responden igual: analiza antes de actuar.

20. No te comprometas con nadie. Mantén la autonomía. Las alianzas cambian, el control no.

21. Finge ser tonto para atrapar a los listos. Nada confunde más que una aparente torpeza.

22. Usa la táctica de la rendición. A veces ceder es el único camino para dominar después.

23. Concentra tus fuerzas. Dispersarse es diluir el impacto. Elige tu batalla.

24. Desempeña el papel de cortesano perfecto. Saber agradar es tan importante como saber mandar.

25. Recréate a ti mismo. Reinvéntate cuantas veces sea necesario. No te cases con una versión de ti.

26. Mantén las manos limpias. Deja que otros hagan el trabajo sucio. Y que parezca su culpa.

27. Juega con la necesidad de creer. Los símbolos, los mitos, las promesas... todos queremos algo en qué confiar.

28. Sé audaz. La duda mata más sueños que el error. Arriésgate.

29. Planifica hasta el final. Ver más allá del presente es anticipar la victoria.

30. Haz que tus logros parezcan fáciles. El esfuerzo visible resta magia. La naturalidad impacta.

31. Controla las opciones. Haz que el otro escoja… entre las cartas que tú le diste.

32. Juega con las fantasías de los demás. Ofrece ilusiones. La realidad no siempre convence.

33. Descubre el talón de Aquiles. Todos tienen un punto débil. Encuéntralo y protégelo (o ataca).

34. Actúa como un rey. El comportamiento define el trato. Exígete respeto desde tu actitud.

35. Domina el arte del tiempo. Acelerar o frenar, según el ritmo que te convenga.

36. Desprecia lo que no puedes tener. Mostrar deseo por lo inalcanzable revela tu debilidad.

37. Crea espectáculos. La teatralidad seduce. Una escena vale más que mil argumentos.

38. Piensa como los demás, pero compórtate diferente.Empatía no es mimetismo. Sé cercano, sin perder tu sello.

39. Revuelve las aguas para pescar. Genera caos y observa. En el desconcierto se revela la esencia.

40. Desprecia el almuerzo gratis. Todo tiene un precio. La gratuidad genera deuda.

41. Evita ocupar el lugar de un gran hombre. Las comparaciones te aplastan. Construye desde cero.

42. Ataca al pastor y las ovejas se dispersan. Eliminar al líder es desarmar al grupo.

43. Trabaja el corazón y la mente de los demás. El control no solo se gana con fuerza: también con emociones.

44. Desarma y enfurece con el espejo. Imita al otro. La gente odia verse reflejada sin filtros.

45. Predica la necesidad de cambio, pero no cambies demasiado. El cambio asusta. Hazlo sentir evolución, no revolución.

46. Nunca parezcas demasiado perfecto. Una falla controlada te hace más creíble y menos envidiado.

47. No vayas más allá del objetivo. Saber parar es parte del arte de ganar.

48. Sé formless: sin forma definida. Adáptate como el agua. La rigidez quiebra; la fluidez vence.

Sobre el autor: El arquitecto del poder invisible

 

Robert Greene, nacido en Los Ángeles en 1959, no es un escritor más: es un cartógrafo del poder. Donde otros ven biografías, él encuentra patrones. Donde otros cuentan historias, él disecciona estrategias. Greene se convirtió en una figura de culto para políticos, empresarios, artistas y militares, gracias a su habilidad para traducir la historia y la psicología humana en fórmulas de control, influencia y supervivencia.

Habla varios idiomas, estudió en Berkeley y en la Universidad de Wisconsin, pero su verdadero laboratorio ha sido la vida: ha trabajado en más de 80 oficios distintos, ha vivido en ciudades clave de Europa, y ha aprendido a leer lo que no se dice. Su prosa es quirúrgica: fría como el mármol, cortante como un bisturí, seductora como una trampa bien puesta.

Después de Las 48 leyes del poder, escribió obras igual de intensas: El arte de la seducción, La estrategia de guerra, Las 33 estrategias de la guerra, Maestría y Las leyes de la naturaleza humana. Pero fue este primer libro —parte tratado, parte espejo, parte advertencia— el que lo consagró como el gran anatomista del poder en la era moderna.

No es un moralista, ni un gurú: es un realista brutal. Y por eso, aunque a muchos les incomode, su obra sigue leyéndose en los despachos donde se decide el destino de miles… incluso si nadie lo admite en voz alta.

 

(By Notas de Libertad).

 

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Cuando el país giró sin avisar: 105 momentos que cambiaron el rumbo político de México (pero no todos vieron venir)

Porque hay decisiones que no llenan plazas, pero llenan de consecuencias todo un sexenio y más.

 

Desde mi lugar en la historia: una mirada a 105 momentos que cambiaron a México

 

Esta serie no es un inventario neutral.

Tampoco pretende ser un compendio académico.

Es un recorrido cuidadosamente construido desde lo que 

he estudiado, observado, vivido parcialmente y comprendido con profundidad a lo largo de más de cuatro décadas de formación política, social y humana.

 

No todos estos momentos los presencié.

Pero todos los he leído, analizado, debatido y absorbido con seriedad.

He formado un criterio.

Uno que no se acomoda al discurso dominante ni repite lo que ya se escribió en los libros.

Uno que busca ir al fondo de los hechos, más allá de la superficie y de la narrativa oficial.

 

Estos 105 momentos están aquí no por consenso, sino por convicción.

Porque cada uno, desde su tiempo y circunstancia, 

movió algo estructural en la política mexicana: el poder, las reglas, el lenguaje, la legitimidad o la conciencia social.

 

Hay discursos que lo cambiaron todo.

Leyes que abrieron puertas.

Movimientos que desbordaron al Estado.

Sentencias que pusieron freno.

Traiciones, decisiones solitarias, gestos mínimos que partieron en dos la historia.

 

Este es el país como lo entiendo.

Desde donde me formé.

Desde donde he intentado aportar algo —a veces en voz baja, otras con el cuerpo entero en la plaza— a la conversación política de México.

 

Gracias por recorrer este mapa conmigo.

Y sobre todo, 

gracias por creer que la historia también puede contarse desde quien la estudia con rigor y la siente con verdad.

 

Bloque 1: Decisiones individuales que movieron al país

 

Un solo gesto. Una renuncia. Una negativa. Y de pronto, el mapa político ya no era el mismo.

 

Nota explicativa del bloque

En la política mexicana, muchos cambios nacen de grandes consensos. Pero hay otros que nacen de actos solitarios, valientes o estratégicos que no fueron consultados con nadie. Aquí van 15 momentos en que una persona tomó una decisión clave, y esa sola elección bastó para mover estructuras, encender rupturas o modificar el equilibrio del poder nacional.

 

1 Francisco I. Madero lanza el Plan de San Luis (1910)

Desde el exilio, Madero convoca a tomar las armas contra la dictadura de Porfirio Díaz.

Impacto: Marca el inicio de la Revolución Mexicana. Cambia para siempre la historia política del país.

2 Adolfo de la Huerta se levanta en armas contra el régimen (1923)

Tras ser marginado de la sucesión presidencial, rompe con el gobierno de Obregón y encabeza una rebelión nacional.

Impacto: La última guerra entre revolucionarios cambia la lógica del poder. Desde entonces, el dedazo se convierte en disciplina inquebrantable.

3 José Vasconcelos lanza su candidatura y rompe con el régimen (1929)

Renuncia al proyecto callista y se postula a la presidencia con una plataforma ética y democrática.

Impacto: Su derrota revela el autoritarismo electoral del régimen. Sienta las bases morales de la oposición moderna.

4 Lázaro Cárdenas rompe con Plutarco Elías Calles (1936)

Ordena su exilio político.

Impacto: Rompe el Maximato. El presidente se convierte en jefe único del régimen. Nace el presidencialismo fuerte.

5 Rosario Ibarra levanta la foto de su hijo al rendir protesta como diputada (1977)

Al asumir su curul como diputada federal, alzó la foto de su hijo Jesús Piedra, desaparecido por el Estado.

Impacto: La lucha por los desaparecidos llegó por primera vez al Congreso. Se personaliza la memoria política.

6 José López Portillo expropia la banca (1982)

Lo anuncia en su último informe presidencial.

Impacto: Marca el fin del populismo económico. Dispara la crisis de deuda y redefine la economía mexicana.

7 Miguel de la Madrid designa a Carlos Salinas como candidato presidencial (1987)

Lo impone sobre aspirantes con mayor apoyo popular.

Impacto: Consolida la era tecnocrática. El PRI abandona definitivamente el modelo nacionalista.

8 Cuauhtémoc Cárdenas renuncia al PRI (1987)

Tras ser ignorado en la sucesión presidencial, abandona el partido.

Impacto: Inicia la mayor fractura del PRI. Nace la Corriente Democrática y más tarde el PRD.

9 Heberto Castillo declina su candidatura en favor de Cárdenas (1988)

Renuncia a su aspiración presidencial por el PMS para apoyar al FDN.

Impacto: La izquierda se unifica. Cárdenas se convierte en la figura opositora más fuerte desde Madero.

10 Manuel Clouthier rechaza negociar con el PRI tras la elección de 1988

Denuncia el fraude y se niega a aceptar cargos de conciliación.

Impacto: Se convierte en símbolo moral del PAN. Le da identidad al voto opositor digno.

11 Cuauhtémoc Cárdenas acepta ser candidato del FDN (1988)

Se convierte en el abanderado de la disidencia priista, organizaciones sociales e izquierda electoral.

Impacto: Sin su figura, el FDN se habría diluido. Con él, se desafía al sistema como nunca desde la Revolución.

12 Luis Donaldo Colosio se desmarca del salinismo (1994)

En su discurso del Monumento a la Revolución dice: “Veo un México con hambre y con sed de justicia.”

Impacto: Rompe con la narrativa oficial. Marca el inicio de su autonomía política.

13 Ernesto Zedillo reconoce el triunfo de Vicente Fox (2000)

Lo hace públicamente la noche del 2 de julio, antes que el PRI.

Impacto: Garantiza la primera alternancia pacífica en la presidencia de México.

14 Gilberto Rincón Gallardo crea Democracia Social (2000)

Rompe con el PRD y lanza un partido progresista con enfoque en derechos civiles.

Impacto: Introduce temas como diversidad sexual, no discriminación y discapacidad en el debate electoral.

15 Andrés Manuel López Obrador no reconoce su derrota en la elección presidencial de 2006

Convoca a un plantón, denuncia fraude y se proclama presidente legítimo.

Impacto: Su decisión reconfigura a la oposición. Se instala la polarización moderna que duraría más de una década.

 

Bloque 2: Frases o gestos que rompieron esquemas

 

Una palabra, un silencio, una imagen... y la política ya no fue la misma.

 

Nota explicativa del bloque

En la política, hay gestos que dicen más que un discurso entero. A veces una frase cambia la narrativa nacional, una declaración en el momento exacto rompe la unidad de un partido, o una imagen se vuelve símbolo de ruptura. Este bloque reúne 15 momentos donde lo simbólico se volvió estratégico y lo inesperado se convirtió en punto de inflexión.

 

1 Francisco I. Madero publica el Plan de San Luis (1910)

Frase emblemática: 'Sufragio efectivo, no reelección.'

Impacto: La consigna se convierte en el grito fundacional de la Revolución. Marca el eje ético del sistema político por más de medio siglo.

2 Javier Barros Sierra encabeza la Marcha del Silencio (13 de septiembre de 1968)

El rector de la UNAM lidera una movilización sin consignas, solo con la bandera a media asta.

Impacto: El silencio se convierte en grito moral. Por primera vez, una autoridad desafía públicamente al régimen en nombre de la dignidad civil.

3 Imagen de estudiantes con brazos en alto y piedras en las manos (1968)

Gesto visual durante marchas estudiantiles frente a las fuerzas del orden.

Impacto: Se convierte en símbolo gráfico internacional de la represión y de la dignidad estudiantil. Rompe el relato del “peligro comunista”.

4 José López Portillo llora y grita '¡Defenderé el peso como un perro!' (1 de septiembre de 1982)

En su último informe, al justificar la expropiación bancaria.

Impacto: La imagen del presidente entre lágrimas se vuelve símbolo del colapso económico del modelo populista mexicano.

5 Carlos Salinas firma el TLC con Clinton y Mulroney (1992)

Acto protocolario en un contexto de fuerte simbolismo.

Impacto: México abandona su tradición nacionalista y se integra formalmente al bloque económico norteamericano.

6 EZLN lanza su comunicado de guerra (1 de enero de 1994)

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional irrumpe con una declaración de guerra al Estado mexicano.

Impacto: El texto se convierte en manifiesto fundacional del nuevo indigenismo político. Rompe la narrativa del México moderno del TLC.

7 Luis Donaldo Colosio pronuncia su discurso en el Monumento a la Revolución (6 de marzo de 1994)

Llama a reconocer el hambre, la desigualdad y la distancia con el pueblo.

Impacto: Su tono de ruptura con el salinismo lo aísla del régimen. El discurso se convierte en su testamento político.

8 Carlos Salinas condecora a Fidel Velázquez y besa su mejilla (1994)

Acto cargado de simbolismo durante una ceremonia oficial.

Impacto: Revela la contradicción entre su discurso modernizador y sus alianzas corporativas. El PRI se muestra rehén de sus estructuras.

9 Primer PREP televisado en tiempo real muestra derrota del PRI (6 de julio de 1997)

La caída de cifras aparece en vivo, minuto a minuto, durante el conteo electoral.

Impacto: Por primera vez, el país ve cómo el PRI pierde el Congreso. La televisión se convierte en escenario de derrota institucional.

10 René Bejarano recibe fajos de billetes en video (2004)

Difusión del video donde Bejarano guarda dinero entregado por Carlos Ahumada.

Impacto: El gesto visual se convierte en emblema de corrupción dentro de la izquierda. Sacude la narrativa de honestidad de AMLO.

11 Felipe Calderón lanza el Operativo Michoacán con uniforme militar (2006)

Aparece con chaqueta verde olivo en acto oficial.

Impacto: Instala visualmente la militarización del país. Cambia la estrategia de seguridad durante más de una década.

12 AMLO dice 'al diablo con sus instituciones' (2006)

Frase pronunciada tras la resolución del TEPJF sobre la elección presidencial.

Impacto: Se convierte en sello de su ruptura con el sistema. Refuerza la narrativa del presidente ilegítimo.

13 Javier Sicilia guarda silencio con la pancarta 'Estamos hasta la madre' (2011)

Durante la Marcha por la Paz.

Impacto: La frase resume el hartazgo social. Da inicio a un nuevo ciclo de presión ciudadana sobre el Estado.

14 Carmen Aristegui revela el reportaje de la Casa Blanca (2014)

Investigación sobre la propiedad de la esposa de Peña Nieto.

Impacto: Desata crisis de credibilidad. La imagen presidencial no se recupera. Se instala la sospecha como narrativa oficial.

15 Jesús Murillo Karam dice 'ya me cansé' (2014)

Durante la conferencia sobre los 43 normalistas.

Impacto: La frase se vuelve emblema de la insensibilidad oficial. Alimenta la indignación pública.

 

Bloque 3: Campañas y candidaturas presidenciales que rompieron el mapa electoral

 

No todos ganaron… pero todos movieron el país.

 

Nota explicativa del bloque

En México, no todas las campañas presidenciales buscan ganar. Algunas nacieron para romper el sistema, desafiar al poder, abrir nuevas rutas ideológicas o instalar una conversación que antes no existía. Este bloque reúne candidaturas que, aunque no todas llegaron al poder, sí modificaron el mapa político nacional.

 

1. José Vasconcelos (1929)

Postulado por el Partido Nacional Antirreeleccionista, enfrentó al candidato oficial Pascual Ortiz Rubio. Su campaña fue moderna, con caravanas, prensa y discursos públicos.

Impacto: Fue la primera gran denuncia de fraude electoral en México y marcó el inicio del abstencionismo opositor como forma de resistencia política.

2. Juan Andreu Almazán (1940)

General revolucionario y empresario, fue candidato por el PRUN. Su campaña fue masiva, enfrentó violencia y denunció fraude tras perder contra Ávila Camacho.

Impacto: Representó el primer gran bloque conservador de oposición al régimen posrevolucionario y mostró los límites del disenso en el sistema político cerrado.

3. Miguel Henríquez Guzmán (1952)

Exmilitar y expriista, rompió con el régimen y formó el Frente Nacional de Partidos Revolucionarios. Perdió ante Adolfo Ruiz Cortines.

Impacto: Su campaña fracturó al PRI desde dentro, reactivó el debate democrático y movilizó sectores marginados por el oficialismo.

4. Valentín Campa (1976)

Candidato del Partido Comunista Mexicano. Fue la única voz opositora en una elección donde el PAN no participó.

Impacto: Su presencia evidenció el autoritarismo del sistema electoral y ayudó a empujar la reforma política de 1977 que permitió el registro de nuevos partidos.

5.Rosario Ibarra de Piedra (1982)

Primera mujer candidata presidencial, postulada por el PRT. Representó a los familiares de desaparecidos por el Estado.

Impacto: Llevó los derechos humanos al centro del debate político nacional y visibilizó la represión del sistema.

6.Ignacio González Gollaz – Candidato presidencial del Partido Demócrata Mexicano (1982)

Ignacio González Gollaz fue el primer candidato presidencial del Partido Demócrata Mexicano (PDM), una fuerza política de corte conservador y católico fundada en 1979. Su participación en las elecciones de 1982 marcó el ingreso de un nuevo discurso confesional al escenario electoral nacional.

Impacto: Aunque obtuvo apenas el 2.2% de los votos, su candidatura visibilizó a sectores tradicionalistas que se sentían excluidos del sistema posrevolucionario. Fue la primera vez que una opción política abiertamente religiosa participó legalmente en una elección presidencial en México desde la Revolución.

7. Cuauhtémoc Cárdenas (1988)

Tras renunciar al PRI, encabezó el Frente Democrático Nacional. Perdió ante Carlos Salinas en una elección señalada por el fraude.

Impacto: Su candidatura partió la historia electoral mexicana y dio origen al PRD como nueva fuerza política.

8. Heberto Castillo (1988)

Candidato del PMS que declinó a favor de Cárdenas días antes de la elección.

Impacto: Su gesto marcó un hito de unidad de la izquierda y fortaleció la oposición popular contra el PRI.

9. Diego Fernández de Cevallos (1994)

Candidato del PAN. Su desempeño en el debate presidencial lo convirtió en favorito, pero luego desapareció mediáticamente.

Impacto: Elevó el discurso político opositor y modernizó la estrategia mediática de campañas presidenciales.

10. Cecilia Soto (1994)

Candidata del PT. Mujer joven, articulada, crítica de la partidocracia.

Impacto: Sorprendió en el debate, amplió el espectro de voces femeninas en la política y marcó un nuevo estilo en las candidaturas opositoras.

11. Vicente Fox (2000)

Gobernador de Guanajuato, fue candidato del PAN y rompió con el PRI después de 71 años en el poder.

Impacto: Encabezó la primera alternancia presidencial democrática en México.

12. Gilberto Rincón Gallardo (2000)

Fundador del partido Democracia Social, defensor de derechos humanos y diversidad sexual.

Impacto: Aunque con pocos votos, su candidatura abrió la agenda política a temas de inclusión, género y no discriminación.

13. Andrés Manuel López Obrador (2006)

Candidato del PRD, pierde por un margen estrechísimo frente a Felipe Calderón y denuncia fraude.

Impacto: Se proclama presidente legítimo, inicia el movimiento que lo llevaría a la presidencia 12 años después.

14. Josefina Vázquez Mota (2012)

Primera mujer candidata del PAN, exsecretaria de Educación.

Impacto: Su candidatura evidenció la división del panismo y abrió el debate sobre el liderazgo femenino dentro de la derecha política.

15. Jaime Rodríguez “El Bronco” (2018)

Exgobernador de Nuevo León. Logra aparecer en la boleta como independiente y participa en los debates.

Impacto: Se convirtió en el primer candidato presidencial sin partido, representando la desafección ciudadana con los partidos tradicionales.

 

Bloque 4: Elecciones locales que cambiaron la política nacional

 

Cuando una gubernatura movió más que un gabinete.

 

Nota explicativa del bloque

No todas las elecciones locales se quedan en lo local. Algunas rompieron estructuras nacionales, obligaron al poder central a reaccionar y pusieron en la mesa nuevas formas de hacer política. Este bloque reúne elecciones estatales que marcaron un antes y un después en la historia política de México.

 

1. Sonora, 1979 – Samuel Ocaña García vs Adalberto Rosas López

Samuel Ocaña García (PRI) vence a Adalberto Rosas López (PAN).
Impacto: Primera elección con competencia real en el norte. El PAN muestra que puede competir, y se inicia el giro opositor en la región.

2. Chihuahua, 1986 – Fernando Baeza Meléndez vs Francisco Barrio Terrazas

Fernando Baeza Meléndez (PRI) vence a Francisco Barrio Terrazas (PAN).
Impacto: Se denuncia fraude. El PAN encabeza protestas nacionales. Marca el inicio de una nueva etapa de confrontación democrática.

3. Baja California, 1989 – Ernesto Ruffo Appel vs Margarita Ortega Villa

Ernesto Ruffo Appel (PAN) derrota a Margarita Ortega Villa (PRI).
Impacto: Primera gubernatura ganada por la oposición. Inicia formalmente la alternancia democrática en México.

4. Guanajuato, 1991 – Carlos Medina Plascencia (interino) tras renuncia de Ramón Aguirre Velázquez

Ramón Aguirre (PRI) declina asumir el cargo. Carlos Medina Plascencia (PAN) es designado gobernador interino.
Impacto: Se rompe el control priista. El PAN consolida Guanajuato como bastión histórico.

5. Chihuahua, 1992 – Francisco Barrio Terrazas vs Jesús Macías Delgado

Francisco Barrio Terrazas (PAN) derrota a Jesús Macías Delgado (PRI).
Impacto: Primera gubernatura panista reconocida plenamente. Afianza la transición democrática regional.

6. Durango, 1992 – Maximiliano Silerio Esparza vs Rodolfo 'El Negro' Elizondo Torres

Maximiliano Silerio Esparza (PRI) derrota a Rodolfo 'El Negro' Elizondo Torres (coalición PAN-PRD).
Impacto: Primera coalición formal entre el PAN y el PRD por una gubernatura. Aunque pierden, sientan un precedente nacional para futuras alianzas opositoras en elecciones estatales.

7. Tabasco, 1994 – Roberto Madrazo Pintado vs Andrés Manuel López Obrador

Roberto Madrazo Pintado (PRI) derrota a Andrés Manuel López Obrador (PRD).
Impacto: AMLO denuncia fraude, inicia marcha nacional, y se convierte en figura opositora a nivel nacional.

8. Chiapas, 1994 – Eduardo Robledo Rincón vs Amado Avendaño Figueroa

Eduardo Robledo Rincón (PRI) vence a Amado Avendaño Figueroa (PRD).
Impacto: La presión social fuerza la renuncia del gobernador. Es la única vez en la historia moderna que un gobernador electo deja el cargo por ilegitimidad.

9. Jalisco, 1995 – Alberto Cárdenas Jiménez vs Eugenio Ruiz Orozco

Alberto Cárdenas Jiménez (PAN) derrota a Eugenio Ruiz Orozco (PRI).
Impacto: Primera victoria panista en Jalisco. El PAN domina la región por más de una década.

10. Ciudad de México, 1997 – Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano vs Alfredo del Mazo González

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD) derrota a Alfredo del Mazo González (PRI).
Impacto: Primera elección por voto popular en la capital. El PRD se convierte en partido gobernante y eje de la oposición nacional.

11. Nuevo León, 1997 – Fernando Canales Clariond vs José Natividad González Parás

Fernando Canales Clariond (PAN) derrota a José Natividad González Parás (PRI).
Impacto: Primera vez que el PAN gana la gubernatura en el estado industrial más influyente del país. Nuevo León, bastión del priismo empresarial, se transforma en símbolo de alternancia efectiva.

12. Zacatecas, 1998 – Ricardo Monreal Ávila vs José Guadalupe Cervantes

Ricardo Monreal Ávila (PRD) derrota al candidato oficial del PRI.
Impacto: El PRD gana por primera vez en el norte del país. Se inaugura la narrativa del priista marginado que gana desde fuera.

13. Baja California Sur, 1999 – Leonel Cota Montaño vs Antonio Manríquez Guluarte

Leonel Cota Montaño (PRD) derrota a Antonio Manríquez Guluarte (PRI).
Impacto: Primera gubernatura de izquierda en el noroeste. Confirma la ruptura de los excluidos del PRI.

14. Michoacán, 2001 – Lázaro Cárdenas Batel vs Alfredo Anaya Gudiño

Lázaro Cárdenas Batel (PRD) derrota a Alfredo Anaya Gudiño (PRI).
Impacto: El PRD se consolida como fuerza institucional. Michoacán se convierte en cuna de cuadros de izquierda.

15. Yucatán, 2001 – Patricio Patrón Laviada vs Eric Rubio Barthell

Patricio Patrón Laviada (PAN) derrota a Eric Rubio Barthell (PRI).
Impacto: Primera victoria panista en el sureste. Expande la pluralidad regional.

 

Bloque 5: Cuando un solo discurso cambió la historia

 

15 momentos en que una voz desde el templete, la tribuna o el micrófono reconfiguró el poder.

 

Nota explicativa del bloque

En la política mexicana hay discursos que no fueron rutina, sino ruptura. Palabras que no solo cerraron un evento o marcaron una postura, sino que alteraron candidaturas, partidos, instituciones, sucesiones y hasta regímenes enteros. Este bloque recoge 15 intervenciones públicas que cambiaron el rumbo del país desde el uso de la palabra: discursos que, al ser pronunciados, ya estaban haciendo historia.

 

1. Lázaro Cárdenas, 9 de abril de 1936 – Discurso contra Plutarco Elías Calles

Lugar: Palacio Nacional.

Impacto: Rompe públicamente con el Maximato. Afirma la autoridad presidencial. Inicia el presidencialismo fuerte del siglo XX.

2. Lázaro Cárdenas, 18 de marzo de 1938 – Discurso de la expropiación petrolera

Lugar: zócalo del Distrito Federal.

Impacto: Convierte la expropiación en una gesta nacional. Une obreros, campesinos y empresarios. Consolida el nacionalismo revolucionario y el papel del Estado en la economía.

3. Manuel Ávila Camacho, 1 de septiembre de 1940 – Discurso de unidad nacional

Lugar: Congreso de la Unión.

Impacto: Declara el fin de la persecución religiosa. Reconciliación nacional tras la Guerra Cristera. Marca el giro hacia el civilismo.

4. Adolfo Ruiz Cortines, 1 de septiembre de 1952 – Discurso del voto femenino

Lugar: Informe presidencial.

Impacto: Anuncia la incorporación de las mujeres al voto federal. Reforma la ciudadanía. Primer paso real hacia la participación política igualitaria.

5. Javier Barros Sierra, 1 de agosto de 1968 – Discurso en defensa de la autonomía universitaria

Lugar: Ciudad Universitaria.

Impacto: Rector de la UNAM se enfrenta al régimen tras la represión estudiantil. Su discurso es símbolo de dignidad institucional. Por primera vez, una autoridad pública desafía al presidente desde la universidad.

6. Jesús Reyes Heroles, 22 de diciembre de 1977 – Discurso de la reforma política

Lugar: Cámara de Diputados.

Impacto: Defiende la apertura política como reforma de Estado. Prepara el terreno para la pluralidad legal de los años 80 y 90.

7. Cuauhtémoc Cárdenas, 1 de octubre de 1987 – Discurso de ruptura con el PRI

Lugar: Asamblea de la Corriente Democrática.

Impacto: Marca la separación definitiva del PRI. Abre camino al FDN y al PRD. El régimen pierde a su heredero más simbólico.

8. Manuel Clouthier, 17 de abril de 1988 – Discurso en el Ángel de la Independencia

Lugar: Ángel de la Independencia.

Impacto: Llama a la resistencia civil contra el fraude electoral. Reivindica la moral frente a la maquinaria del PRI.

9. Carlos Salinas de Gortari, 1 de diciembre de 1988 – Discurso de toma de protesta

Lugar: Congreso de la Unión.

Impacto: Asume la presidencia en medio del escándalo. El discurso busca legitimarse. Inicia la era del salinismo reformista.

10. Luis Donaldo Colosio, 6 de marzo de 1994 – Discurso en el Monumento a la Revolución

Lugar: Monumento a la Revolución.

Impacto: “Veo un México con hambre y con sed de justicia.” Se distancia del salinismo. Sucesión se polariza. Es su legado político más fuerte.

11. Diego Fernández de Cevallos, 12 de mayo de 1994 – Debate presidencial

Lugar: Canal 13 (Imevisión).

Impacto: Su retórica lo catapulta. Cambia la percepción del PAN. Inicia la era de la campaña televisiva.

12. Ernesto Zedillo, 6 de julio de 2000 – Reconocimiento de la victoria de Fox

Lugar: Residencia de los Pinos.

Impacto: Primer presidente en reconocer públicamente la derrota de su partido. Pone fin a 71 años de presidencias priistas.

13.  Andrés Manuel López Obrador, 2 de julio de 2006 – Discurso nocturno en el Zócalo

Lugar: Tras la jornada electoral.

Impacto: No reconoce resultados. Inicia discurso del presidente ilegítimo. Se instala la polarización contemporánea.

14.  Patricia Mercado, 25 de mayo de 2006 – Discurso en el debate presidencial

Lugar: Debate del IFE.

Impacto: Coloca temas como feminismo, diversidad y derechos civiles en la agenda nacional. Rompe el binarismo electoral.

15. Andrés Manuel López Obrador, 1 de diciembre de 2018 – Discurso de toma de protesta

Lugar: Congreso de la Unión.

Impacto: Declara el inicio de la Cuarta Transformación. Rompe con décadas de narrativa neoliberal. Se instala un nuevo régimen político.


Bloque 6: Los movimientos sociales que rebasaron al poder

 

15 veces en que la calle, no el gobierno, marcó la agenda nacional.

 

Nota explicativa del bloque

No todo cambio nace desde el Estado. En México, hay momentos en los que la presión de la sociedad fue más fuerte que el discurso oficial. Marchas, plantones, huelgas, levantamientos o movimientos sin partido han empujado reformas, obligado a renuncias, detenido leyes o creado conciencia colectiva. Este bloque reúne 15 movimientos sociales que sacudieron al sistema, no por una curul ni por un decreto… sino por la gente en la calle.

 

1 Movimiento obrero de las huelgas de Cananea y Río Blanco (1906–1907)

Huelgas de mineros y textiles reprimidas violentamente por fuerzas federales.

Impacto: Sirven de antesala a la Revolución Mexicana. Denuncian la explotación laboral y marcan la entrada del conflicto social al centro del poder.

2 La Revolución Mexicana (1910–1920)

Primer gran movimiento social armado del siglo XX. Campesinos, obreros y clases medias se rebelan contra el régimen porfirista.

Impacto: Termina con la dictadura de Porfirio Díaz. Da lugar a la Constitución de 1917 y al nacimiento del Estado moderno mexicano.

3 Movimiento ferrocarrilero (1958–1959)

Encabezado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa. Paro general y demanda de autonomía sindical.

Impacto: Rompe la fachada del sindicalismo oficial. El PRI responde con represión. Se gesta la resistencia obrera independiente.

4 Movimiento médico (1964–1965)

Internos, médicos y residentes del sector salud protestan por condiciones laborales.

Impacto: El gobierno de Díaz Ordaz reprime. Nace la noción de protesta gremial no sindicalizada. Se convierte en antecedente del 68.

5 Movimiento armado socialista en México (1965–1982)

Incluye: Guerrilla de Madera (1965), Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas y la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Impacto: La vía armada como respuesta a la represión y pobreza extrema se vuelve realidad en varios estados. La represión brutal a estos movimientos desata la Guerra Sucia. El Estado mexicano entra en su etapa más autoritaria y pierde legitimidad moral entre amplios sectores juveniles, campesinos e intelectuales.

6 Movimiento estudiantil de 1968

Estudiantes universitarios y del IPN exigen democracia, libertad de expresión y alto a la represión.

Impacto: El Estado reprime en Tlatelolco. El vínculo entre jóvenes y régimen se rompe. Cambia para siempre la narrativa del poder en México.

7 Movimiento de madres de desaparecidos – Comité Eureka (1977–actualidad)

Iniciado por Rosario Ibarra de Piedra. Madres que buscan a sus hijos desaparecidos por el Estado.

Impacto: Humaniza la lucha por los derechos humanos. Llega al Congreso y a tribunales internacionales. Rompe el silencio sobre la Guerra Sucia.

8 CNTE – Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (1979–actualidad)

Nace en Chiapas como oposición a la dirigencia sindical oficial del SNTE.

Impacto: Reivindica la lucha docente como movimiento social. Ha detenido reformas educativas y paralizado regiones enteras.

9 EZLN – Levantamiento zapatista (1994) y Marcha del Color de la Tierra (2001)

Insurgencia indígena armada en Chiapas. Posteriormente, movilización pacífica hacia la CDMX.

Impacto: Visibiliza el México indígena excluido. Cambia la narrativa del TLC. Se convierte en referente global de autonomía y dignidad.

10 Huelga estudiantil de la UNAM (1999–2000)

Estalla por la imposición de cuotas. La huelga se prolonga por casi un año.

Impacto: Detiene la reforma neoliberal de la educación pública. Crea una nueva generación de activistas universitarios.

11 Movimiento magisterial de Oaxaca – APPO (2006)

Huelga de la Sección 22 y creación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.

Impacto: Paraliza el estado por más de seis meses. El gobierno federal reprime. Se visibiliza el hartazgo con los cacicazgos priistas en el sur.

12 Movimiento por la paz con justicia y dignidad – Javier Sicilia (2011)

Surgido tras el asesinato del hijo del poeta. Caravana nacional contra la guerra de Calderón.

Impacto: Reposiciona a las víctimas en el centro del debate. Cambia el discurso sobre la violencia. Llega al Castillo de Chapultepec con todo el gabinete presente.

13 Movimiento #YoSoy132 (2012)

Nace tras la protesta contra Enrique Peña Nieto en la Ibero. Se expande como defensa de la libertad de prensa y denuncia del poder mediático.

Impacto: Reconfigura la comunicación política en redes. Presiona a medios y visibiliza el poder de la juventud digital.

14 Movimiento por Ayotzinapa (2014–actualidad)

Familias de los 43 normalistas desaparecidos exigen verdad y justicia.

Impacto: Se convierte en emblema de la desaparición forzada. Detona investigaciones internacionales y transforma la relación entre sociedad y poder.

15 Movimiento feminista del 8M (especialmente desde 2020)

Marchas masivas, paro nacional de mujeres, toma de espacios públicos.

Impacto: Rompe el discurso oficial de igualdad. Exige políticas reales contra la violencia de género. Cambia la agenda pública e institucional.

 

 

Bloque 7: Las leyes y sentencias que cambiaron al país

 

15 decisiones jurídicas que redibujaron el mapa del poder.

 

Nota explicativa del bloque

El sistema político mexicano también cambió desde el derecho. Este bloque reúne reformas constitucionales, leyes clave y sentencias judiciales que alteraron instituciones, rompieron inercias o frenaron excesos. Fueron momentos en los que el texto —más que el discurso— cambió el rumbo del país.

 

1. Reforma al artículo 83: se prohíbe la reelección presidencial 1933

Tras el intento de Calles de influir en la sucesión, se reforma la Constitución para evitar la reelección.

Impacto: Se consolida el principio de no reelección como eje del nuevo sistema político mexicano.

2. Ley de creación del IMSS 1943

Se establece el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Impacto: Nace el sistema nacional de seguridad social. Se transforma la relación del Estado con el trabajador.

3. Ley del ISSSTE 1951

Crea la institución de seguridad social para empleados públicos.

Impacto: Refuerza el Estado benefactor. Amplía la cobertura institucional del régimen corporativo.

 

4.Reforma constitucional que reconoce el voto femenino 1953

Se modifica el artículo 34 de la Constitución.

Impacto: Mujeres acceden plenamente a la ciudadanía. Entra en vigor para los comicios de 1955. Se transforma el cuerpo electoral del país.

5.Nacionalización de la industria eléctrica y su marco legal 1960

Promovida por Adolfo López Mateos y respaldada por reformas legales.

Impacto: Se reafirma la soberanía energética. El Estado asume el control estratégico del sector eléctrico.

6.Ley Federal del Trabajo (consolidación del periodo) 1970

Versión vigente durante cuatro décadas. Sistematiza los derechos laborales.

Impacto: Define la relación laboral en el México posrevolucionario. Sustenta el modelo sindical corporativo.

7.Reforma política de Jesús Reyes Heroles 1977

Modifica leyes electorales y constitucionales para permitir la representación proporcional y el registro de nuevos partidos.

Impacto: Se institucionaliza la oposición. El PC obtiene registro. Se inaugura la pluralidad legal en México.

8.Reforma al artículo 115 constitucional: autonomía municipal 1983

Reconoce capacidad de autogobierno a los municipios y autonomía presupuestal.

Impacto: Refuerza el federalismo desde lo local. Permite que la oposición avance en gobiernos municipales y se genere un nuevo equilibrio político.

9.Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos 1984

Establece las bases legales para sancionar actos de corrupción y faltas administrativas.

Impacto: Se convierte en el eje del control del servicio público. Primera ley integral de fiscalización política.

10. Creación del Instituto Federal Electoral (IFE) 1990

Reforma al Código Federal Electoral.

Impacto: Se crea un organismo autónomo para organizar elecciones. Se pone fin a la era de la Comisión Federal Electoral dependiente del gobierno.

11. Reforma al Poder Judicial: autonomía plena de la SCJN 1994

Se transforma en tribunal constitucional y se crea el Consejo de la Judicatura.

Impacto: Por primera vez la SCJN puede declarar inconstitucionales leyes y ejercer control sobre el Poder Judicial federal.

12. Reforma electoral: se refuerza la autonomía del IFE 1996

Se eliminan vínculos con la Secretaría de Gobernación.

Impacto: El IFE se convierte en árbitro electoral ciudadano. Se fortalece la credibilidad democrática.

13. SCJN invalida una ley fiscal federal por invasión de competencias 1999

La Corte invalida por primera vez una ley fiscal federal por invadir facultades estatales.

Impacto: Afirma el control constitucional y reafirma la soberanía de las entidades federativas.

14. Caso Radilla vs. México (Corte Interamericana) 2010

La Corte IDH ordena que los militares no juzguen violaciones a derechos humanos.

Impacto: México reforma su interpretación jurídica. Se incorpora el control de convencionalidad.

15. Reforma constitucional en materia de derechos humanos 2011

Los tratados internacionales se integran al bloque constitucional.

Impacto: Transforma el modelo jurídico mexicano. Derechos humanos se vuelven eje rector del sistema legal.

Después de contar 105 momentos

 

Contar estos 105 momentos no fue solo un ejercicio de memoria o de análisis.

Fue un acto de responsabilidad.

Porque quien ha vivido la política —o la ha estudiado con honestidad— sabe que los cambios no siempre se anuncian, pero dejan huella.

 

Este no es el México de las versiones oficiales.

Es el México que se fracturó y se reinventó en decisiones, discursos, reformas, traiciones, marchas y silencios.

Es el país visto no desde el escritorio de la historia, sino desde el templete, la plaza, la tribuna… y también desde el silencio del que observa con juicio.

 

Estos 105 momentos son —sin pretensión de verdad absoluta—

una guía personal para entender cómo y cuándo se movió el poder en México.

No para celebrarlo. Ni para condenarlo en bloque.

Sino para recordarlo con claridad, porque lo que se olvida tiende a repetirse… y a veces, a empeorar.

 

Gracias por acompañarme.

Por leer sin filtros.

Por dejar que la historia —contada desde mi criterio— también diga algo sobre quiénes fuimos, quiénes somos y quiénes podríamos volver a ser.

 

(By Notas de Libertad).

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