En una respuesta a la creciente crisis migratoria, la Casa Blanca anunció el jueves que una delegación estadounidense de alto nivel realizará una visita a México en los próximos días. La decisión se tomó después de conversaciones telefónicas entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, donde ambos expresaron su preocupación por el aumento del flujo migratorio en las últimas semanas.
El presidente Biden ha encomendado al secretario de Estado, Antony Blinken, al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y a la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood Randall, que encabecen la delegación y se reúnan con el presidente López Obrador y su equipo. El propósito principal de la reunión será discutir nuevas acciones conjuntas para abordar los desafíos actuales en la frontera entre ambos países.
El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, destacó que la delegación estadounidense buscará explorar medidas efectivas para frenar el aumento dramático de la migración, especialmente proveniente de países centroamericanos afectados por la violencia. Entre las posibles acciones se mencionó la expansión de los puestos de control en líneas ferroviarias y carreteras, así como el fortalecimiento de la presencia de fuerzas de seguridad en la frontera sur de México.
Estas conversaciones y el viaje de la delegación ocurren en un contexto político en el que el Partido Republicano presiona a la administración demócrata de Biden para realizar cambios significativos en la política de inmigración. Este requerimiento se presenta como condición para aprobar un paquete de asistencia de emergencia destinado a Ucrania e Israel.
La visita de la delegación estadounidense a México se anticipa como un paso importante en los esfuerzos bilaterales para abordar la compleja situación migratoria y encontrar soluciones conjuntas que beneficien a ambas naciones.
Por Alejandra Martínez
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