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  • Foto del escritorLa Noticia al Punto

Éxito de Joan Manuel Serrat en el Cervantino

Revolucionario, soñador de pelo largo, activista, poeta, cantaor, todo esto es Joan Manuel Serrat, quien acogió los miles de corazones en una Alhóndiga de Granaditas a reventar, la noche de este domingo.


"He oído un rumor, de que esto es una despedida, pero no, esto es una fiesta", dijo al inicio de un concierto para celebrar las bodas de Oro del Festival Internacional Cervantino en Guanajuato.


El público lo recibió con pancartas, gritos, aplausos, ovaciones de pie y él dijo sentirse feliz de estar el recinto "tan querido para todo México"



"Mi niñez" abrió está noche de gala, y Serrat rememoró con las estrofas de esta canción, lo que fue su niñez, las calles de esa ciudad húmeda donde creció en Barcelona, "ahí aprendí casi todo lo que sé". Y así llevó de la mano a sus seguidores a lo que fue su hogar, sus padres, y sus amigos de la infancia, esos "huérfanos de escuela".


"Señora", "no hago otra cosa que pensar en ti", "Lucia", "Mediterráneo", "El carrusel del Furo" fueron parte de este repertorio que unió los corazones de un público que llegó de diferentes partes de la república para vivir está noche de despedida de los escenarios de un grande y querido por los mexicanos desde hace ya muchas décadas.


Y fue hace 50 que, tal como él lo dijo, escribió "Pare" , canción que habla de cómo hemos ido destruyendo el planeta contaminando sin medida. Interpretada en catalán pero con subtítulos en pantalla, "Pare" llegó a la médula de los asistentes, algunos incluso hasta las lágrimas.


"Es una canción que nunca creí que siguiera vigente hasta nuestros días" dijo con tristeza.


Agradeció a sus músicos, al maestro Miralles, a todos quienes le han acompañado en este andar, a sus arreglistas, a todos los que hacen arte, porque, "hacer arte, poco o mucho pero que logré el milagro de llegar al corazón, que emocione", dijo.


Siguieron "Penélope", una esperada y coreada, para terminar con "fiesta", que bien representa esas calles y callejones de Guanajuato, en un ir y venir calle arriba, en un "Gloria a Dios en las alturas" por la fiesta del Espíritu que es el Cervantino y al cual Serrat es viejo conocido e invitado pero siempre querido y esperado.


¡Hasta siempre Serrat!, ¡Ha sido una noche inolvidable!.


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