West Palm Beach, Florida. El viernes pasado, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se reunió con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en una cena en Mar-a-Lago para discutir temas clave en la relación bilateral entre ambos países. Entre los asuntos tratados estuvieron el comercio, la seguridad fronteriza, la crisis del fentanilo, y proyectos de infraestructura como oleoductos y rompehielos, según fuentes cercanas a la reunión.
Una agenda compleja y tensa
Durante las tres horas de conversación, Trudeau y Trump abordaron temas que incluyeron la defensa, la participación en la OTAN, la situación en Ucrania y las relaciones con China. La reunión destacó por el delicado equilibrio entre las diferencias políticas y la necesidad de cooperación en temas estratégicos.
Uno de los puntos más polémicos fue la amenaza de Trump de imponer aranceles adicionales a Canadá y México. Trump propuso del 25% a productos canadienses, argumentando que son esenciales para garantizar la seguridad fronteriza y proteger la economía estadounidense.
Los funcionarios que acompañaron a Trump incluyeron a figuras clave como su nuevo asesor de seguridad nacional, Mike Waltz; Howard Lutnick, candidato a secretario de Comercio; Doug Burgum, designado como secretario del Interior; y Dina Powell, una colaboradora cercana durante su primer mandato. Por parte de Canadá, estuvieron presentes Dominic LeBlanc, ministro de Seguridad Pública, y Katie Telford, jefa de gabinete de Trudeau.
Respuesta de Trudeau a las Amenazas Comerciales
La amenaza arancelaria de Trump generó incertidumbre en los mercados, lo que provocó una caída del dólar canadiense. Ante esta situación, Trudeau subrayó la cooperación de Canadá con Estados Unidos en la lucha contra el tráfico de fentanilo, un problema que afecta principalmente a la frontera sur de EE.UU. UU. Según datos oficiales, el volumen de fentanilo incautado en la frontera con México supera mil veces lo decomisado en la frontera con Canadá, lo que minimiza el impacto del tráfico desde el norte.
Trudeau también destacó que el flujo migratorio de Canadá hacia Estados Unidos es insignificante en comparación con el que ocurre desde México, buscando contrarrestar las acusaciones de Trump. Sin embargo, enfrenta presiones internas para demostrar mayor firmeza ante las demandas del presidente electo.
Implicaciones Económicas de los Aranceles
La promesa de Trump de imponer aranceles podría desestabilizar la economía canadiense y revivir disputas comerciales previas. Durante su primer mandato, Trump forzó la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, resultando en el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC). Este pacto permite un comercio libre de aranceles en sectores clave, aunque establece nuevas regulaciones para industrias como la automotriz.
Los economistas advierten que los aranceles de Trump podrían elevar los precios al consumidor y reducir los flujos comerciales entre los países, perjudicando tanto a México como a Canadá, que depende del acceso al mercado estadounidense.
Una relación comercial vital
La relación económica entre Canadá y Estados Unidos es una de las más importantes a nivel global, con un intercambio anual valorado en más de 900 mil millones de dólares. Canadá, además, es el mayor proveedor externo de petróleo crudo a Estados Unidos, lo que subraya la importancia estratégica de mantener la estabilidad en sus lazos comerciales.
Presión Interna y Expectativas Diplomáticas
El encuentro marca la primera reunión presencial de Trump con un líder del G7 desde su elección, lo que simboliza la importancia de la relación bilateral. Sin embargo, analistas como Fen Hampson de la Universidad Carleton advierten que Trudeau enfrenta una prueba crítica: "Si Trudeau no logra abordar las preocupaciones de Trump, los canadienses verán esta reunión como un fracaso".
Mientras tanto, líderes provinciales como Doug Ford instalan a Trudeau para reforzar la seguridad fronteriza y aumentar el gasto en defensa para evitar conflictos con su vecino del sur.
En resumen, esta cumbre en Mar-a-Lago no solo marca el inicio de una relación compleja entre ambos líderes, sino que establece el tono de las negociaciones en los próximos meses, con implicaciones económicas y diplomáticas significativas para ambos países.
Por Salvador Sánchez.
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