Tecnificación del Distrito de Riego 011 y Acueducto Solís–León: el gran salto hacia un uso eficiente y equitativo del agua en Guanajuato
- La Noticia al Punto
- hace 1 día
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Por La Noticia Al Punto
En Guanajuato, el agua no sólo riega los campos: sostiene comunidades enteras, mueve la industria, da vida a los hogares y garantiza el futuro de las siguientes generaciones. Con una demanda creciente y un recurso cada vez más limitado, la tecnificación del Distrito de Riego 011 y la construcción del Acueducto Solís–León se han convertido en los proyectos más ambiciosos en materia hídrica en la historia reciente del estado.
Un reto compartido: cuidar el agua
De acuerdo con los datos oficiales, en Guanajuato el 83% del agua subterránea se destina a la agricultura, mientras que el 12.97% se emplea en el abastecimiento público y el 3.92% corresponde a la industria autoabastecida. Este panorama evidencia un hecho claro: el campo es el principal usuario del agua, y por tanto, también la principal oportunidad para hacerla rendir mejor.
La tecnificación agrícola busca justamente eso: hacer más con menos agua. Mediante la incorporación de tecnologías innovadoras, el revestimiento de canales y la instalación de sistemas de riego por goteo o aspersión, los productores pueden optimizar el uso del recurso, incrementar su productividad y reducir el desperdicio. Es una transformación silenciosa pero profunda, que empieza en la parcela y termina en la mesa de cada familia.
El Distrito de Riego 011: modernización con visión de futuro
El Distrito de Riego 011, ubicado en el corazón agrícola del estado, será el epicentro de esta transformación. Con una inversión total de 6,412.2 millones de pesos, se pretende recuperar hasta 120 millones de metros cúbicos de agua, una cifra equivalente a lo que consumirían más de 1 millón de personas en un año.
El proyecto abarcará 10,200 hectáreas y 240 kilómetros de canales, beneficiando directamente a 25 mil productores agrícolas. Pero más allá de los números, representa una nueva manera de entender la agricultura: una agricultura sustentable, rentable y responsable con el medio ambiente.
“No habrá afectaciones en los volúmenes de agua para las y los agricultores. Al contrario, la tecnificación busca garantizar que el agua se use de manera más eficiente, sin comprometer los recursos naturales ni el derecho de nadie”, destaca el informe técnico.
Con estas acciones, el Gobierno Estatal y los usuarios del distrito consolidan una alianza histórica que combina infraestructura moderna, capacitación y asistencia técnica, asegurando que el agua llegue donde debe: a la planta, al productor y, finalmente, a la comunidad.
El Acueducto Solís–León: un eje de desarrollo regional
La modernización del riego no se concibe sin una red eficiente de distribución. Por ello, los 120 millones de metros cúbicos de agua recuperados serán conducidos a través del Acueducto Solís–León, una obra monumental de 187 kilómetros de longitud.
La inversión estimada es de 15 mil millones de pesos, con una participación equitativa: 50% de la Federación y 50% del Estado. En su trayecto, el acueducto recorrerá diez municipios: Acámbaro, Salvatierra, Tarimoro, Celaya, Cortazar, Villagrán, Salamanca, Irapuato, Silao y León.

Su objetivo es claro: garantizar el abasto de agua a los municipios más poblados e industriales del corredor del Bajío, especialmente Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y León, sin afectar los derechos de los productores agrícolas del distrito.
Tecnología, equidad y sustentabilidad
La gran diferencia de este proyecto respecto a iniciativas anteriores radica en su enfoque técnico y social. No se trata de extraer más agua, sino de usar mejor la que ya se tiene. Las obras de tecnificación y el acueducto están respaldadas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y cumplen con todos los estándares técnicos para asegurar un equilibrio entre productividad, abastecimiento y sustentabilidad.
La tecnificación incluye obras de revestimiento en canales, la introducción de sistemas presurizados, el uso de sensores para medir la humedad del suelo y programas de capacitación para los productores. Todo ello permitirá reducir las pérdidas por evaporación, fugas o escurrimientos, que en muchos casos llegan a representar hasta el 40% del agua disponible.
Además, se fomentará una cultura del uso racional del agua, en la que cada productor y cada comunidad entienda que el agua es un recurso compartido, limitado y vital.
Un proyecto que beneficia a todos
Uno de los puntos más importantes del proyecto es que no se utilizará más agua, sino que se aprovechará mejor. En palabras del propio gobierno estatal, “el agua es para todas y todos, y el compromiso es que a todos les vaya bien y tengan agua”.
Esta visión de equidad se traduce en beneficios para tres sectores estratégicos:
El agrícola, al contar con infraestructura moderna y aumentar la rentabilidad de las cosechas.
El urbano, al garantizar un suministro estable para las ciudades más pobladas del estado.
El ambiental, al disminuir la presión sobre los acuíferos y promover prácticas sostenibles.
Una gestión integral del agua para el bienestar
La gestión integral del agua es una prioridad dentro de la política pública estatal. Con estas obras, Guanajuato da un paso adelante hacia una administración responsable y planificada del recurso. La meta no sólo es satisfacer las necesidades actuales, sino asegurar que las generaciones futuras también puedan disfrutar de agua suficiente y de calidad.
El proyecto Distrito de Riego 011–Acueducto Solís–León simboliza así una nueva era de colaboración entre el campo, la ciudad y el gobierno, donde el desarrollo no está reñido con la sustentabilidad, y donde la eficiencia se traduce en bienestar compartido.
Conclusión
El agua, como dice un viejo refrán del Bajío, “no se hereda, se cuida”. Y ese parece ser el espíritu de esta gran obra: una inversión en el presente para asegurar el futuro. Con tecnificación, modernización y visión de largo plazo, Guanajuato se consolida como un referente nacional en el uso responsable del agua.
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