¿Sabías que cada estado de México tiene sus propios dulces tradicionales? Descubre los sabores
- La Noticia al Punto
- 3 oct
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¿Por qué cada estado tiene un dulce típico?
La gastronomía mexicana es un reflejo de la diversidad cultural del país. Sus dulces tradicionales son una muestra de creatividad culinaria y un vínculo con la historia y las costumbres de cada región. Los dulces típicos nacieron de la combinación de ingredientes locales con técnicas transmitidas de generación en generación, lo que los convierte en una herencia viva que mantiene su importancia en la actualidad.

Cada estado posee al menos una preparación que lo distingue. Estos dulces se elaboran con frutas, semillas, leche o piloncillo, y han trascendido como parte esencial de las celebraciones y la vida cotidiana.
¿Cuáles son los dulces representativos de cada estado?
Los dulces típicos de México conforman un mapa de sabores únicos que cuentan historias de tradición y familia. A continuación, se enlistan algunos de los más emblemáticos:
Aguascalientes: dulce de calabaza – Calabaza cocida con piloncillo y canela, de sabor suave y casero.
Baja California: dulce de leche – Leche y azúcar cocidos hasta obtener una pasta cremosa.
Baja California Sur: cocadas – Bolitas de coco rallado con leche condensada y azúcar.
Campeche: dulce de papaya – Papaya cristalizada con azúcar y canela.
Ciudad de México: alegrías – Barras de amaranto mezcladas con miel, semillas y frutos secos.
Chiapas: melcochas – Dulce de piloncillo moldeado en figuras divertidas.
Chihuahua: leche quemada – Leche y azúcar cocidos hasta obtener un dulce caramelizado.
Coahuila: dulce de higo – Higos cocidos en almíbar con un toque de canela.
Colima: cocadas – Dulce tradicional de coco rallado y leche condensada.
Durango: calabaza en dulce – Calabaza cocida en piloncillo y especias.
Estado de México: palanquetas – Barras de cacahuates o semillas unidas con piloncillo.
Guanajuato: cajeta – Leche de cabra caramelizada hasta volverse espesa.
Guerrero: dulce de piña – Piña cocida con azúcar y canela.
Hidalgo: dulce de tuna – Pulpa de tuna cocida hasta lograr una pasta espesa.
Jalisco: cajeta – Tradicional de leche de cabra con azúcar y vainilla.
Michoacán: calabaza en dulce – Preparación artesanal con piloncillo y canela.
Morelos: dulce de guanábana – Pulpa de guanábana cocida con azúcar.
Nayarit: dulce de coco – Postre de coco rallado con leche condensada.
Nuevo León: glorias – Caramelos suaves de leche de cabra con nuez.
Oaxaca: nicuatole – Postre de maíz, leche y canela con textura gelatinosa.
Puebla: camotes poblanos – Dulces de camote endulzados y aromatizados.
Querétaro: borrachitos – Rollitos rellenos de cajeta o frutas bañados en licor.
Quintana Roo: dulce de piña – Postre tropical cocido con azúcar.
San Luis Potosí: dulce de tuna – Pasta dulce elaborada con la fruta del nopal.
Sinaloa: queso de almendra – Dulce parecido al mazapán, hecho de almendra.
Sonora: coyotas – Empanadas dulces rellenas de piloncillo.
Tabasco: papaya en almíbar – Papaya cocida con piloncillo, canela y clavo.
Tamaulipas: jamoncillo de leche – Pasta de leche y nuez con textura suave.
Tlaxcala: tejocotes en almíbar – Fruta cocida en miel con especias.
Veracruz: dulce de plátano macho – Plátano cocido con piloncillo y vainilla.
Yucatán: mazapán de pepita – Pasta de semillas de calabaza con azúcar.
Zacatecas: alegrías de ajonjolí – Barras de ajonjolí mezclado con miel.
¿Qué significan los dulces para la cultura mexicana?
Los dulces mexicanos tienen un origen antiguo. En la época prehispánica se usaban ingredientes como cacao, miel y maíz. Con la llegada de los españoles, se añadieron leche, azúcar y especias, lo que amplió las posibilidades de creación. Los conventos fueron clave en la conservación de recetas que hoy día siguen vigentes.
Actualmente, estos dulces forman parte de festividades como Día de Muertos y posadas, además de ferias regionales dedicadas a su degustación. Su elaboración artesanal mantiene vivo un legado cultural que ofrece placer al paladar y conecta con la identidad de cada estado.
Los dulces típicos no son sólo golosinas. Representan historias, tradiciones y sabores que han viajado de generación en generación, convirtiéndose en un mapa dulce que une a todo México.
Por Cadena Política




