En su segundo día de pruebas del Tren Maya, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), experimentó un inusual retraso que lo permaneció esperando en el convoy por más de una hora. El incidente tuvo lugar en las cercanías de Chichén Itzá, durante una jornada que buscaba evaluar el funcionamiento de este ambicioso proyecto ferroviario.
El tren se detuvo abruptamente alrededor de las 14:46 horas, desconcertando a los pasajeros y generando preguntas entre los presentes. La situación tomó un giro inesperado cuando varios reporteros se acercaron para documentar el acontecimiento, y miembros del ejército intentaron impedir que grabaran el incidente, generando un momento de tensión.
A bordo del tren presidencial, además de AMLO, se encontraron importantes figuras del gobierno mexicano, incluyendo a Javier May, titular de Fonatur y responsable del proyecto del Tren Maya; Jorge Nuño, secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT); Germán Martínez, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); y Manuel Bartlett, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Todos ellos compartieron la experiencia del retraso y las tensiones que se vivieron en ese momento.
Finalmente, cerca de las 16:45 horas, el tren reanudó su recorrido a una velocidad reducida, alcanzando aproximadamente 30 kilómetros por hora. El destino final de este viaje de prueba era el sitio arqueológico de Chichén Itzá, donde el presidente AMLO encabezó una ceremonia titulada "Recuperación de la Memoria y la Grandeza de la Civilización Maya".
Una vez en Chichén Itzá, López Obrador estuvo presente en la exposición de 50 piezas arqueológicas que habían sido rescatadas como resultado de las excavaciones realizadas en el marco del proyecto del Tren Maya. Esta exhibición destacó la importancia de preservar y explorar el patrimonio cultural de la región, uno de los objetivos fundamentales de esta iniciativa ferroviaria que busca unir el sureste de México y revitalizar la economía local.
El retraso en el Tren Maya, aunque inesperado, no eclipsó la importancia de la jornada, que sirvió como una oportunidad para destacar los avances y desafíos del proyecto, así como para reforzar el compromiso del gobierno mexicano con la preservación de su rico legado cultural y arqueológico en la región de Yucatán.
Por Ricardo Castañeda
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