En una dramática manifestación, normalistas de Ayotzinapa protagonizaron disturbios en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) como respuesta a la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el asesinato de Yanqui Kothan Gómez Peralta por un policía estatal.
Alrededor de las 11 de la mañana del martes, aproximadamente cinco autobuses llegaron a la FGE con los normalistas a bordo. La fiscalía, resguardada por cientos de soldados de la Guardia Nacional desde el viernes, se convirtió en el escenario de una protesta que escaló en violencia.
Los normalistas lanzaron bombas molotov contra los soldados, resultando en al menos doce de ellos heridos, según informes policiales. Ante el repliegue de los soldados, los manifestantes ingresaron al estacionamiento y prendieron fuego a unos 13 vehículos.
Además de incendiar automóviles, arrojaron piedras contra las ventanas de los edificios y detonaron petardos, causando daños significativos. Después del ataque, los normalistas se retiraron en los autobuses, y los bomberos llegaron a la FGE para controlar el incendio.
Desde el viernes, edificios públicos como el Palacio de Gobierno han estado fuertemente resguardados por mulatas metálicas, ballenas de concreto y cientos de soldados de la GN. La Fiscalía General de Guerrero emitió un comunicado deslindándose de la captura del presunto policía estatal implicado en el asesinato de Yanqui Kothan Gómez Peralta.
La situación evidencia la tensión y la escalada de conflictos en torno a la tragedia de Ayotzinapa, planteando nuevos desafíos para las autoridades y destacando la urgencia de resolver el caso y restablecer la calma en la región.
Por Omar Carmona