La noche del viernes 15 de septiembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó la tradicional celebración del Grito de Independencia desde el balcón presidencial del Palacio Nacional, en el Zócalo capitalino. Esta festividad es uno de los eventos más emblemáticos del país y conmemora el inicio de la lucha por la independencia de México.
El evento comenzó con una serie de presentaciones artísticas que incluyeron a Semilleros Creativos, Yahritza y su esencia, y Grupo Frontera, quienes deleitaron al público con su talento. Posteriormente, el presidente López Obrador pronunció el tradicional "Grito de Independencia" ante miles de personas congregadas en el Zócalo y millones más que siguieron la transmisión en vivo por todo el país.
Desde el balcón presidencial, el mandatario aregó con las tradicionales "vivas", destacando la importancia de valores como la justicia, la igualdad y la libertad. Además, hizo un llamado a erradicar la corrupción, la avaricia, el racismo y la discriminación, enfatizando el amor y la unidad como valores fundamentales.
A continuación, las palabras pronunciadas por el presidente López Obrador:
¡Mexicanas! ¡Mexicanos!
¡Viva la Independencia!
¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Ignacio Allende!
¡Viva Leona Vicario!
¡Viva José María Morelos y Pavón!
¡Viva Vicente Guerrero!
¡Vivan los héroes anónimos!
¡Viva la libertad!
¡Viva la igualdad!
¡Viva la justicia!
¡Viva la democracia!
¡Viva nuestra soberanía!
¡Viva la fraternidad universal!
¡Mexicanas! ¡Mexicanos!
¡Que muera la corrupción!
¡Que muera la avaricia!
¡Que muera el racismo!
¡Que muera la discriminación!
¡Que viva el amor!
¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!
¡Vivan los pueblos indígenas!
¡Viva la grandeza cultural de México!
¡Viva Mexico!
¡Viva Mexico!
¡Viva Mexico!
Tras estos emotivos llamados, el presidente López Obrador ondeó la bandera nacional mientras sonaban campanadas. Inmediatamente después, comenzó a interpretarse el Himno Nacional Mexicano, un momento solemne que llenó de emoción a los presentes y a los espectadores que siguieron la ceremonia por televisión.
A diferencia del año anterior, en esta ocasión no se apreció la presencia de invitados en el balcón presidencial. Esta decisión pareció reforzar el mensaje de unidad y austeridad que el presidente ha promovido en su mandato.
Finalmente, el presidente entregó la bandera nacional a la escolta del Ejército Mexicano y, como es tradición, se desató una impresionante lluvia de fuegos artificiales que iluminó el cielo de la Ciudad de México. Este espectáculo pirotécnico estuvo acompañado de música tradicional mexicana, cerrando así una noche memorable en la que los mexicanos celebraron con orgullo su independencia y reafirmaron su compromiso con los valores que forjaron la nación.
Por Areli Rodríguez
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