En los últimos años, la comunidad médica y científica ha observado con creciente preocupación el surgimiento de las superbacterias, organismos altamente resistentes a los antibióticos. Para comprender este desafío y explorar posibles soluciones, el Heraldo Digital conversó con Eddie Guillermo Sánchez Rueda, doctorante en Ciencias Bioquímicas en la UNAM y la Universidad de Groningen en Países Bajos.
Según el experto, las superbacterias representan uno de los mayores desafíos actuales y se proyecta que para 2050, cerca de 10 millones de personas podrían fallecer anualmente debido a esta problemática. Advierte que, de no tomarse medidas efectivas, podríamos retroceder en la lucha contra las infecciones a niveles comparables a los del siglo XIX, lo cual tendría consecuencias críticas.
Aunque la situación es apremiante, Sánchez Rueda no cree que lleguemos a enfrentar una situación sanitaria como la del Covid-19, donde medidas extremas de confinamiento sean necesarias. Sin embargo, destaca que el surgimiento de superbacterias es un proceso natural y que siempre habrá microorganismos resistentes a los tratamientos existentes.
El fenómeno de las superbacterias ya se está manifestando, como en el caso de la gonorrea, que ha evolucionado hacia una forma resistente a múltiples antibióticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la resistencia a los antimicrobianos en Neisseria gonorrhoeae, causante de la gonorrea, como un problema emergente que afecta a diversos fármacos.
La OMS advierte sobre las consecuencias devastadoras de la resistencia antimicrobiana, incluyendo una mayor transmisión del VIH, esterilidad, complicaciones en el embarazo y graves infecciones oftálmicas en recién nacidos.
Entre las superbacterias prioritarias identificadas por la OMS se encuentran Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacterales resistentes a carbapenémicos, todas ellas asociadas con infecciones graves y alta mortalidad.
Para mitigar la proliferación de superbacterias, es crucial mejorar los hábitos de higiene y adoptar prácticas responsables, especialmente en el ámbito de la salud sexual. Sánchez Rueda enfatiza la importancia de la prevención y la responsabilidad individual en la lucha contra estas amenazas microbiológicas del futuro. Por Salvador Sánchez
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