Para ser policía en Celaya lo primero que se necesita es tener valor, luego vocación, un elemento sale de su casa, pero no sabe si va a regresar, en algún momento las balas los pueden alcanzar y eso no lo pueden saber.
Ser elemento de Seguridad Pública en el municipio considerado como uno de los más peligrosos a nivel nacional e incluso internacional, donde cada mes asesinan en promedio a cuatro policías, es difícil.
Así lo ve Jorge Alonso, policía desde hace 15 años, quien reconoció no solo ha cambiado la forma de defenderse y cómo enfrentar la delincuencia, a él le gusta su profesión, portar el uniforme y ayudar.
El comandante aseguró que siempre hay miedo, pero también sabe que es parte de
“Nadie nos platica, nadie nos dice, sabemos perfectamente bien a lo que venimos, sabemos perfectamente bien a lo que nos arriesgamos, y el miedo claro que existe salimos en las mañanas con todo el ánimo y con toda la convicción de regresar y poder descansar, sin embargo, siempre existe ese pequeño temor”, aseguró.
No solamente se tienen que enfrentar a la delincuencia, también aquellos ciudadanos que no creen en ellos, otro trabajo que tienen que enfrentar.
“Actualmente no se comparte mucho el actuar que hacemos nosotros en contra de la delincuencia y se toma un poquito mal por parte de la ciudadanía, como el detenerlos en una revisión, el hacer filtros, los puntos de control preventivos... peligroso sí”
Su familia está temerosa, pues lo que quieren es tenerlo con vida, pero eso también es una apuesta.
“Existe un apoyo, el riesgo y el temor por parte de las personas que nos aman es lógico, yo creo que alguien que te ama no te va a querer ver expuesto a algo tan tangible y tan real como es ser policía de Celaya, sin embargo, como seres queridos particularmente me apoyan mis padres”
Al igual que Jorge Alonso, también está Jennifer Rodríguez, de 23 años, quien es una joven madre, que sale a trabajar para darle una mejor condición de vida a su pequeña.
A ella no le gusta mucho hablar porque apenas tiene un año en la corporación, pero sabe que algún día no pudiera regresar.
Jenny dice no tiene temor, ella sí quiere ser policía, pero también lamenta la muerte de sus 17 compañeros asesinados en este año.
“Que se sientan orgullosos por la persona que perdieron porque no es un trabajo fácil, nosotros sabemos que es un trabajo muy difícil y que en cualquier momento podemos perder la vida”, comentó.
Además, también se han enfrentado a las declaraciones de la Fiscalía General de Justicia, su titular Carlos Zamarripa, en sus declaraciones aseguró que aunque no todos los policías son asesinados por están metidos con los criminales.
“El común denominador de todos los casos, pero también hay que decirlo de manera excepcional, también tenemos que decir que hay elementos que se ha vislumbrado después de la investigación que tienen alguna vinculación con algún grupo delictivo.
Los Policías Municipales caídos son parte del orgullo de la corporación y por ellos se sigue en la lucha.
En lo que va de la actual administración se han dado de baja 700 elementos por diferentes motivos, solamente se ha dado la contratación de 300.
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