Según los informes financieros auditados de Petróleos Mexicanos (Pemex), las pérdidas netas por cada barril de crudo procesado en el Sistema Nacional de Refinación (SNR) alcanzaron los 32.2 dólares entre 2019 y septiembre de 2023.
Esta preocupante cifra contrasta drásticamente con los datos previos, ya que durante el periodo 2013-2018, Pemex Transformación Industrial sufría pérdidas de solo 12 dólares por barril, como señaló Francisco Barnés de Castro, ex comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Este desempeño desfavorable de Pemex ha sido objeto de comparación con otras empresas petroleras a nivel internacional. Mientras que compañías como Petrobras, Marathon, ExxonMobil y Valero reportaron utilidades por barril procesado, las pérdidas de Pemex superaron ampliamente los 30 dólares por unidad.
Los desafíos que enfrenta Pemex en el ámbito de la refinación se han visto reflejados en su reciente calificación crediticia por parte de Moody's, que redujo dos niveles. La madurez de los yacimientos petrolíferos, la falta de capital para inversiones y el mandato de ampliar el negocio de refinación son solo algunos de los problemas identificados.
Oscar Ocampo, coordinador de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), sugiere una revisión profunda del SNR, considerando la viabilidad de convertir algunas refinerías en complejos petroquímicos, la posibilidad de rehabilitar instalaciones sin inversiones excesivas y la gestión de la abultada plantilla laboral.
A medida que Pemex enfrenta estos desafíos, queda claro que se necesitarán medidas estratégicas y decisiones difíciles para revitalizar su negocio de refinación y mejorar su rentabilidad en un mercado cada vez más competitivo y volátil.
Por Omar Carmona
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