La inversión física en México experimentó un notable crecimiento del 17.9 por ciento anual durante el primer semestre de este año, marcando un hito significativo que refleja tanto las obras de infraestructura lideradas por el Gobierno de México como las primeras señales del impacto positivo del nearshoring en la economía nacional.
Este aumento del 17,9 por ciento representa el incremento más pronunciado registrado durante una primera mitad del año desde 1993, cuando comenzaron los registros de los indicadores trimestrales de la oferta y demanda, así como del ahorro bruto elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ( Inegi). Además, esta inversión física fue el principal motor de crecimiento de la economía en el primer semestre.
Desglosando los datos, se observa que la inversión pública reportó un incremento del 15.7 por ciento anual entre enero y junio, marcando su primer resultado positivo en un mismo período desde 2018 y el más sólido desde 2008, según cifras ajustadas por estacionalidad.
Por otro lado, la inversión privada exhibió un crecimiento aún más pronunciado, alcanzando un 18.1 por ciento anual, su mejor desempeño en un primer semestre desde 1998.
Uno de los aspectos destacados es que, desde el inicio del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, la inversión privada ha crecido un 15 por ciento, mientras que la inversión pública tiene un rezago del 12.8 por ciento.
Si comparamos con los niveles prepandemia, la inversión privada ha experimentado un aumento del 20 por ciento, en contraste con el 8.8 por ciento de incremento en la inversión pública, según los datos proporcionados por el instituto.
Además, al cierre del segundo trimestre de este año, la inversión privada alcanzó un máximo histórico, en contraposición a la inversión pública, que muestra un rezago del 48.3 por ciento desde el primer trimestre de 2009.
Adriana García Hernández, coordinadora de análisis económico de México, ¿Cómo Vamos?, destacó que la inversión ahora representa el 24.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), superando la meta del 24.0 por ciento. García atribuyó este repunte a los megaproyectos del gobierno federal, como el Tren Maya y el Corredor del Istmo, que demuestran las sinergias positivas entre la inversión pública y privada.
El profesor de economía de la UNAM, Román Moreno, subrayó que este indicador ha tenido un buen desempeño debido al efecto de la relocalización en los espacios industriales, al gasto gubernamental en proyectos de infraestructura y las facilidades que la apreciación del tipo de cambio brinda a las empresas que adquirieron equipo del extranjero.
Moreno agregó: "Podemos destacar dos inversiones públicas que continuarán impulsando el rubro, como son el Tren Maya y obras satélite, y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, cuyo impacto en el mediano y largo plazo a través de la inversión privada continúa sumando" .
En cuanto al nearshoring, analistas de Engen Capital señalan que su influencia en la inversión se está manifestando claramente, especialmente a través de las importaciones de bienes de capital, a lo que se suma ahora la apreciación del peso mexicano, fortaleciendo aún más el atractivo de México como destino de inversión.
Este robusto crecimiento en la inversión física durante el primer semestre de 2023 augura un panorama talentoso para la economía mexicana, respaldado por una combinación de inversión pública y privada, así como por las ventajas competitivas asociadas al nearshoring.
Por Omar Carmona
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