
El día viernes 17 de enero se llevó a cabo la Reunión sobre Movilidad Humana en la Ruta del Continente. El encuentro, convocado por México a iniciativa de la presidenta, Claudia Sheinbaum y otros líderes de la región, reunió a 10 países con migración hacia Estados Unidos que manifestaron su preocupación por el próximo cambio de administración en ese país y las políticas migratorias.
“No están solos”, mencionó el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Juan Ramón de la Fuente, quien encabezó la reunión y enfatizó la intención de generar un modelo humanitario de movilidad, de dignificar a los migrantes y protegerlos ante cualquier abuso. Mencionó también que sin duda el fenómeno migratorio representa un gran desafío y que el gobierno ya está tomando nota para poder sortear todas las dificultades que traiga.
En la Declaración Conjunta, documento que reúne los puntos esenciales y conclusiones de la reunión, encontramos 14 elementos que buscan reafirmar el compromiso de los gobiernos de la región por garantizar la seguridad de sus migrantes, asegurar que tienen derechos y que estos se hagan valer, así como también expresar preocupación por la amenaza agresiva de deportaciones masivas.
Un punto muy interesante de esta declaración es el que habla de la preocupación por las deportaciones masivas y dice sin rodeos que son incompatibles con principios fundamentales de derechos humanos y que no abordan de manera eficaz las causas estructurales de migración. Dicho de otra manera, es cambiar la dirección a donde apunta el dedo acusador, la medida no es realista y si por acaso llega a serlo, no va a frenar el fenómeno migratorio.
Este movimiento es digno de análisis, representa mucho más allá de una simple reunión diplomática. Es un movimiento estratégico para cumplir con varios objetivos. El primero de ellos, es formar un frente unido, la amenaza es incisiva y agresiva, y México está haciendo lo correcto, unir fuerzas para crear un grupo de defensa multilateral que pueda hacer eco de manera más visible y audible en defensa de toda la comunidad migrante.
Frente a la criminalización de los migrantes, esto es un revés. Esta reunión pone en la agenda la necesidad no de señalar o eliminar, sino de entender el fenómeno como algo humano que no se va a detener y buscar dignificarlo. Poniendo como centro al humano y sus derechos.
Finalmente, el hecho de que México haya convocado a la reunión y llegado a esas conclusiones, también es útil para tener tranquilo a Washington y mostrar que si estamos comprometidos con el tema, que si estamos “haciendo la tarea” que ellos piensan que tenemos que hacer y que además, estamos dándole un nuevo enfoque.
A unos días de que regrese Trump a la Casa Blanca, como el histórico primer presidente de los Estados Unidos con cargos criminales, estas reuniones y sus resultados son importantes para hacer frente y amortiguar los ataques a futuro.
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