El 4 de febrero, a las 06:00 horas, arribaron 10,000 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano a la frontera norte como parte de los acuerdos entre los gobiernos de México y Estados Unidos. Este despliegue busca mejorar la seguridad y fortalecer la cooperación comercial, priorizando el diálogo bilateral.

La movilización se realizó tras un acuerdo entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, con el propósito de poner una pausa a las tensiones arancelarias y combatir problemas compartidos como el tráfico de fentanilo, una de las principales preocupaciones de ambas naciones.
Despliegue militar coordinado
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) organizó los preparativos el 3 de febrero. Utilizando aeronaves militares, como un C-130 Hércules y un C27J Spartan de la Fuerza Aérea Mexicana, se transportaron efectivos desde el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” hacia Campeche. Paralelamente, dos Boeing 727 de la Guardia Nacional partieron del Aeropuerto Internacional Benito Juárez con destino a Mérida y Cancún, movilizando 990 agentes hacia Tijuana, Sonoyta y Matamoros.
Adicionalmente, la Guardia Nacional desplegó por tierra a 6,310 agentes provenientes de diversas coordinaciones estatales hacia ciudades clave como Tijuana, Tecate, Mexicali, Agua Prieta, Sonoyta, Piedras Negras, Ciudad Acuña, Ojinaga y Ciudad Juárez. Otros puntos estratégicos incluyen Colombia, Nuevo León, y Ciudad Mier, Tamaulipas.
En paralelo, 2,700 elementos del Ejército Mexicano fueron enviados desde el Campo Militar No. 1-A en Ciudad de México hacia la frontera, provenientes de estados como Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y Veracruz.
Objetivos del refuerzo
El despliegue tiene como meta frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, especialmente el fentanilo, y combatir el tráfico de armas provenientes del norte. La presidenta Sheinbaum subrayó que las operaciones se realizarán bajo estrictas normativas de respeto a los derechos humanos para asegurar una colaboración efectiva en temas de seguridad y comercio, fortaleciendo así la relación binacional.
Este esfuerzo conjunto representa un paso significativo hacia una cooperación más estrecha entre México y Estados Unidos frente a desafíos compartidos en la región fronteriza.
Por Omar Carmona
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