Cada 5 de febrero, México conmemora la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reconocida como la Carta Magna y el documento más importante del país. A más de un siglo de su existencia, esta Constitución ha sido reformada en más de 699 ocasiones, reflejando su capacidad de adaptación a los cambios sociales, políticos y económicos del país.
La Constitución Mexicana nació tras un proceso histórico derivado de la Revolución Mexicana de 1910. Después de la caída de Porfirio Díaz y el asesinato de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, entonces presidente, convocó en 1916 a un Congreso Constituyente en Querétaro. Las sesiones comenzaron en diciembre de ese año en el histórico Teatro Iturbide (hoy Teatro de la República), donde también se estrenó el Himno Nacional Mexicano.
Durante dos meses, diputados de todo el país debatieron y redactaron la Constitución que finalmente fue promulgada el 5 de febrero de 1917, reemplazando a la de 1857. Este documento estableció las bases del gobierno mexicano, los derechos individuales y sociales, y reformas clave como la agraria, impulsada por las luchas de movimientos zapatistas y villistas.
La Constitución está compuesta por 136 artículos divididos en 9 títulos. Entre sus aportes destacan las garantías individuales, los derechos constitucionales, la soberanía nacional y la división de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Según el Gobierno de México, la Constitución de 1917 es un hito jurídico que ha permitido la estabilidad del sistema democrático del país.
Además, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) subraya su carácter vanguardista, ya que fue la primera en el mundo en incorporar derechos sociales en su texto, sentando un precedente internacional.
A través de los años, la Constitución Mexicana ha servido como guía y referente en el desarrollo del país, y cada 5 de febrero se celebra su vigencia y relevancia en la historia de México.
Por Areli Rodríguez
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