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  • Foto del escritorLa Noticia al Punto

Los pecados de Ale o cuando las guacamayas no llevan duro

Por Luis Camarena.


Ale tiene muchas virtudes, sin duda, pero no ser leonesa no es una de ellas. Ser guanajuatense no es uno de sus atributos, y ahí radica el principal de sus defectos.

Al no tener el arraigo que solo surge del cariño por la tierra que nos vio nacer, la lleva a la falta del sentimiento y compromiso que se requiere para gobernar con el corazón por delante, a favor de sus coterráneos. Ale sin duda siente cariño por sus paisanos, solo que estos están en San Juan de los Lagos, no en León, no en Guanajuato. Ella camina con su corazón sanjuanense y su espíritu jalisciense. Sus amigos, su familia, su cariño están en Jalisco, no en Guanajuato. Sus compromisos están con ellos, no con los leoneses, y si no veamos cómo ha sido su gobierno en León.

Ale tiene un solo interés en León: su agenda política. Su administración no se enfoca en las personas, y la muestra más reciente es su respuesta lenta y tardía sobre el caso de "Milagros", donde sale a declarar después de infinidad de horas y es obligada por la provocación de la regidora opositora Wera Limón.

Para Ale, son más importantes los perros, a los que prioriza sobre la niñez, las mujeres y las personas en general.

Dale, Ale, dale duro, pero a la tala de árboles. A ella no le interesa el medio ambiente, y es evidente ver las talas constantes y el ecocidio que ha instruido desde el malecón del Río de los Gómez, pasando por la glorieta de Nicaragua y el propio Boulevard López Mateos.

Ahora llena de espectaculares las carreteras del estado, desde la portada de una revista leonesa de sociales. Nadie cree, ni siquiera alguien pudiera imaginar, que una revista de la socialité pudiera hacer un gasto de esa dimensión para tropicalizar la imagen de quien hoy se siente conquistadora en gestación de los guanajuatenses. Se le olvida a Gutiérrez Campos que las peregrinaciones son de aquí para San Juan, no de San Juan a Guanajuato.

La frialdad de Ale es tanta como grande es su ambición. Piensa que puede vender una guacamaya sin duro, solamente con chile y aguacate, y así se la vamos a comprar. Estás equivocada, mi novel top model de Achea. Ya lo dice el corrido: "Vete a engañar a tu tierra, que no hay milagros para el diablo".



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