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  • Foto del escritorLa Noticia al Punto

La elección de noviembre.

Por J. Adolfo Pons De La Garza 


Estamos a muy pocos días, casi un mes y medio, para que los estadounidenses voten por quién será su presidente para los próximos 4 años. La alternativa es reelegir a Donald Trump o sustituirlo por Joe Biden.

Sí vemos las encuestas que se han publicado hasta el día de hoy, sobre todo la más interesante de todas, la que conjuga los resultados de todas, y le añade su metodología propia, la publicada por RealClears Politics, el triunfador indiscutible será Biden.

La razón principal de éstas preferencias, son el mal manejo de la crisis sanitaria, el desdén y el engaño premeditado que les hizo Trump al pueblo, condenando a morir a más de 200 mil ciudadanos. A pesar que la economía iba por buen camino hasta antes de la pandemia, que los ingresos de muchos trabajadores aumentaron por los bonos de ayuda de los trillones de dólares que usaron para enfrentar la crisis económica y laboral. La ciudadanía no confía en Trump por su comportamiento e ideas radicales de derecha.

El populismo que aplica en la manera de repartir dinero a diestra y siniestra, es similar al que utilizaría un presidente de izquierda de una república bananera. Es decir, el populismo de derecha e izquierda son iguales, hacen lo mismo y buscan el mismo objetivo.

Es altamente probable que, la elección sea definida por el tribunal. Ya lo anunció Trump, si no gana, será por fraude. El camino para la judicialización del resultado es por demás ancho, desde la votación por correo, el conteo y certificación de los votos. Hasta el ausentismo de votantes en las urnas.

Recordemos que en el 2000 la elección fue decidida por el tribunal con el resultado del estado de La Florida, George Bush Vs Al Gore. Gobernada por el hermano de Bush. Hoy podemos ver esto mismo pero con muchos estados más.

Esa turbulencia política nos impactará en lo nacional y en lo local, por la dependencia que se tiene de las inversiones americanas en el estado. En la macroeconomía, por los lazos tan estrechos que se tiene al ser el principal socio comercial de los Estados Unidos.

Lo que deben ver los partidos políticos, es el proceso electoral gringo, para aprender el cómo se comportan las masas electorales post pandemia. No se tienen registro de elecciones saliendo o en medio de una pandemia. Es otro hecho por demás a ver y estudiarse.

Aquí en lo local, el tema de la seguridad pudiera de ser no relevante en el discurso político y en las campañas del 2021. Quizá, tengamos que volver a la elección gringa del 92, cuando Bill Clinton derrota inesperadamente a George Bush (padre), con aquella famosa estrategia, inmortalizada con la frase de James Carville “Es la economía, estúpido”. Es decir, hoy en Guanajuato, a pesar de ser el estado más violento de México, donde a diario se rompe el record de homicidios dolosos. El discurso político, deba centrarse en la economía local, la pérdida de empleos y sus consecuencias en los ingresos familiares.

Eso debe ser estudiado por los estrategas de las campañas y puesto en tintero popular. Candidato que no use estrategia, que no haga el análisis serio del electorado, está condenado a fracasar. La elección en el estado estará muy polarizada, en consecuencia, con un discurso equivocado será muy fácil condenado y sacado de la contienda por los indecisos –que por cierto, serán quienes decidirán la elección-.

Tanto en materia electoral como de gobierno, falta mucho por hacerse y por aprender. Los gobiernos estatales y municipales deben ver se esos errores allende , su continuidad está en juego y seguramente perderán muchos.


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