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Este viernes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió por tercera vez en lo que va del año órdenes preliminares destinadas a controlar el número de muertos y aliviar el sufrimiento humanitario en Gaza. Este fallo representa un duro golpe para la posición internacional de Israel, aunque la corte no tiene una fuerza policial para hacer cumplir sus decisiones.
El contexto de estas órdenes provisionales se enmarca en un caso presentado a finales del año pasado por Sudáfrica, que acusa a Israel de cometer genocidio durante su campaña en Gaza. Israel niega con vehemencia estas acusaciones y sostiene que no está llevando a cabo un genocidio. Aunque el caso judicial podría tardar años en resolverse, Sudáfrica ha solicitado medidas provisionales para proteger a los palestinos mientras continúa el proceso legal.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, enfrenta además una creciente presión interna para poner fin a la guerra. El conflicto actual se desató cuando milicianos liderados por Hamás irrumpieron en Israel, resultando en la muerte de 1,200 personas, en su mayoría civiles, y la toma de unos 250 rehenes. En respuesta, miles de israelíes han participado en manifestaciones semanales, exigiendo al gobierno que llegue a un acuerdo para liberar a los rehenes, ante el temor de que el tiempo se agote.
Por Amanda Pérez
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