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La Copa Jules Rimet: El primer trofeo de los Mundiales y su trágico destino

  • Foto del escritor: La Noticia al Punto
    La Noticia al Punto
  • 10 jun
  • 2 Min. de lectura

El torneo de la Copa del Mundo de la FIFA tiene casi un siglo de historia, pero el icónico trofeo que hoy levantan los campeones no siempre fue el mismo. En sus orígenes, el máximo galardón del fútbol mundial era otro: la legendaria Copa Jules Rimet.

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Antes del primer Mundial en Uruguay 1930, el entonces presidente de la FIFA, Jules Rimet, encargó la creación de un trofeo en oro para premiar al país campeón. El artesano francés Abel Lafleur fue el encargado de diseñarlo y completó la obra en abril de 1929. La figura, con la imagen alada de Niké, diosa griega de la victoria, fue bautizada como la Diosa de la Victoria.


Sin embargo, en el congreso de la FIFA del 1 de julio de 1946, la copa fue rebautizada oficialmente como Copa Jules Rimet, en honor a su impulsor, quien celebraba 25 años al frente de la organización.


El trofeo pasaba de campeón en campeón cada cuatro años. Durante la Segunda Guerra Mundial, al suspenderse los torneos de 1942 y 1946, permaneció en Italia —último país vencedor— por casi una década. Ottorino Barassi, vicepresidente de la FIFA, ocultó el trofeo en una caja de zapatos en su casa para protegerlo del régimen nazi, que saqueaba obras de arte y objetos valiosos. Gracias a su ingenio, la copa sobrevivió el conflicto y fue devuelta a la FIFA en 1947.


No obstante, la Copa Jules Rimet fue víctima de varios incidentes. En 1966, mientras se exhibía en el Central Hall Westminster en Londres, fue robada. Aunque se detuvo a un sospechoso que pedía rescate, el trofeo fue hallado una semana después por el perro Pickles, que lo encontró envuelto en periódicos bajo un arbusto.


Brasil ganó el trofeo de forma definitiva en 1970, tras su tercera conquista mundial. La Copa Jules Rimet fue exhibida en la sede de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) durante años, hasta que el 19 de diciembre de 1983 fue robada por tres delincuentes: Sergio Pereyra Ayres, José Luis Vieira da Silva y Francisco José Rocha Rivera. Tras su captura, se confirmó que el trofeo fue fundido, con pruebas halladas en el taller del joyero argentino Juan Carlos Hernández.


Así, la Copa Jules Rimet desapareció para siempre. Hoy solo existen tres réplicas: una en el museo de la FIFA en Suiza, otra hecha por la Federación Inglesa tras el robo de 1966, y una tercera encargada por Brasil luego del segundo robo. Una historia de gloria, misterio y tragedia, digna del trofeo que coronó a los primeros campeones del fútbol mundial.

Por Ricardo Castañeda


 
 
 

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