Los zombies han sido una presencia constante en la cultura popular a lo largo de los años, generando terror y sirviendo como inspiración para diversas historias apocalípticas. Aunque la mayoría de las películas y series sobre zombies se desarrollan en épocas y lugares convencionales, Netflix ha llegado con una propuesta única que rompe con los clichés del género.
"Kingdom" , la serie surcoreana de Netflix, transporta a los espectadores a la era Joseon de Corea, donde el príncipe heredero se encuentra investigando una epidemia desconcertante en una remota región de su reino. La trama revela una verdad aterradora: los muertos están regresando a la vida con una violencia extrema, amenazando no solo al reino sino al mundo entero. Ante esta amenaza, se deben tomar medidas para evitar un descontrol total.
Lo que distingue a "Kingdom" es su cautivadora ambientación en la Edad Media y una estética meticulosa. La serie se aparta del desarrollo acelerado común en historias de zombies, permitiendo que los hilos de la trama se entrelacen de manera deliberada. El período Joseon, en gran parte desconocido para la audiencia internacional, adquiere un nuevo nivel de fascinación al fusionarse con el género de zombies.
A diferencia de otras producciones, "Kingdom" utiliza los zombies como telón de fondo en lugar de protagonistas principales. La serie se esfuerza por crear personajes interesantes y bien desarrollados, sumergiéndose además en complejas cuestiones políticas. Este enfoque ha conquistado tanto a la audiencia como a la crítica, con un impresionante 94% de valoraciones positivas por parte de los críticos y un asombroso 96% por parte de la audiencia.
En resumen, "Kingdom" ofrece una experiencia única al fusionar elementos históricos con el género de zombies, convirtiéndose en un deleite culpable para los televidentes que buscan algo más que el típico espectáculo de muertos caminando. Con su trama cuidada, personajes fascinantes y una ambientación cautivadora, la serie se ha ganado el reconocimiento y el afecto del público.
Por Alejandra Martínez