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“Jueces sin rostro”: la figura judicial que preocupa rumbo a las elecciones del Poder Judicial en México

  • Foto del escritor: La Noticia al Punto
    La Noticia al Punto
  • 24 may
  • 2 Min. de lectura

La medida busca proteger a magistrados ante el crimen organizado, pero expertos advierten que podría vulnerar derechos humanos y debilitar la rendición de cuentas.


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A pocos días de las elecciones judiciales de 2025 en México, el debate en torno a los llamados “jueces sin rostro” ha encendido las alarmas de especialistas, organismos de derechos humanos y sectores de la sociedad civil. Esta figura, incluida en la reforma al Poder Judicial aprobada el 11 de septiembre de 2024, ha sido señalada por sus posibles riesgos al debido proceso y la transparencia.


¿En qué consiste esta figura? Según explicó el académico Javier Martín Reyes, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, los jueces sin rostro son magistrados cuya identidad se mantiene en el anonimato, principalmente en casos relacionados con crimen organizado, narcotráfico o terrorismo. Sus nombres no se hacen públicos, sus rostros no se muestran durante las audiencias y, en ocasiones, dictan sentencia desde ubicaciones seguras, sin contacto directo con los imputados.


Esta medida fue promovida durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador como parte de su estrategia contra el narcotráfico, con el argumento de proteger la integridad de los jueces y sus familias ante posibles represalias violentas.


El Artículo 20 de la reforma permite que, en determinados casos, se preserve el anonimato del juzgador. Pero el especialista enfatizó que esta medida puede vulnerar el derecho a un juicio justo, al impedir que los acusados conozcan la identidad de quien los juzga, una pieza clave para una defensa adecuada.


Martín Reyes recordó que los jueces sin rostro surgieron en América Latina durante los años noventa, en contextos de violencia extrema como los vividos en Colombia y Perú. En este último país, señaló, su implementación derivó en numerosos abusos y procesos judiciales que no cumplían con los estándares internacionales de justicia. “Lejos de constituir una medida de protección, es un mecanismo para encubrir arbitrariedades”, afirmó.


A pesar de que aún se desconocen los detalles sobre cómo se aplicará esta figura en México, el académico alertó que su uso podría abrir la puerta a prácticas autoritarias. “Cuando se quiere legitimar de nueva cuenta procesos judiciales contra ciertos grupos —ya sean opositores u otros sectores—, esta herramienta puede convertirse precisamente en eso: una herramienta para la arbitrariedad”, dijo.


Finalmente, hizo un llamado a reflexionar sobre las implicaciones de esta figura en el contexto actual del país: “Hay que preguntarnos en qué realidad podrían operar los jueces sin rostro. En lugar de fortalecer el Estado de derecho, podrían debilitarlo profundamente”.

La controversia sobre los jueces sin rostro se suma a una discusión más amplia sobre el futuro del Poder Judicial en México, en un momento crucial en el que la ciudadanía elegirá, por primera vez, a jueces y magistrados mediante voto popular.

Por Areli Rodríguez


 
 
 

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