La reciente ola de calor en México ha dejado secuelas significativas entre los trabajadores del país, con pérdidas de productividad que alcanzan hasta el 50% debido al aumento de las temperaturas. Según el director de Relaciones Corporativas de Manpowergroup, Fernando Bermúdez, cuando el termómetro supera los 33 grados centígrados, los empleados experimentan una disminución en sus capacidades laborales.
Estos efectos se deben a la fatiga, irritabilidad, estrés y malestares físicos que el calor extremo provoca, incluyendo dolores de cabeza, mareos, irritaciones en la piel y desmayos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que el rendimiento laboral disminuye cuando la temperatura supera los 24 a 26 grados centígrados, pero alcanza su punto crítico cuando llega a los 33 o 34 grados, con una intensidad de trabajo moderada. Este impacto no discrimina entre trabajadores, afectando tanto a aquellos que laboran al aire libre, como constructores, transportistas y vendedores, así como a aquellos en espacios interiores con poca ventilación, como oficinas y almacenes. Además, los empleados de mayor edad y aquellos con enfermedades preexistentes son especialmente vulnerables.
Según Bermúdez, hasta el 70.9% de los trabajadores mexicanos se ven expuestos al calor excesivo durante algún momento de su jornada laboral, lo que aumenta los riesgos para la salud y la productividad. En este contexto, es crucial que las empresas tomen medidas para proteger a sus empleados, como proporcionar áreas de descanso frescas, horarios flexibles y equipos de protección adecuados.
Por Omar Carmona