No es necesario hacer un análisis muy profundo para observar la división que nuestro país tiene, incluso demográficamente hablando, México tiene una extrema diversidad de pensamiento e ideología política, mientras en el centro y norte del país los habitantes suelen concordar más con ideas de Derecha, el sur prefiere las doctrinas de Izquierda, los asistencialismos y el desprestigio a la inversión extrajera.
Lo que sí es curioso es que las divisiones de pensamiento político son bien marcadas por áreas geográficas en cada país, dígase España durante el Franquismo, las Repúblicas de Corea, Vietnam o Alemania tras la Segunda Guerra Mundial; Todas estas presentan una división similar.
En tiempos de autonombrada “Cuarta Transformación”, el Gobierno de México enfrenta ahora una nueva problemática causada por el injusto Plan Presupuestario para el 2021; 10 mandatarios de diferentes estados decidieron abandonar la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO).
Es un problema que debería preocupar a la federación, puesto que estos 10 Estados gobernados según el Presidente por Partidos, antinacionalistas, corruptos, conservadores y privilegiados representan el 31% de la población nacional; 40% de inversión extrajera; 59% de exportaciones y 40% de empleos formales. Naturalmente son los Estados que más aportan al Producto Interno Bruto (PIB).
Aunque los Gobernadores negaron intensiones rupturistas o chantajistas en esta decisión unánime, quedó en evidencia que los mandatarios comienzan a mostrar su desacuerdo con las acciones presidenciales, haciendo público su sentir de decepción por el nulo diálogo republicano, considerándolo incluso una simulación. Es por esto que ahora buscarán formar una nueva comisión, pues aseguran que la CONAGO se alejó de su función y su espíritu en general, observan pocas (por no decir nulas) posibilidades de su propia transformación, a partir de su integración actual.
No celebro esta acción hecha por la ahora llamada Alianza Federalista por México, ya que la división de un País siempre es perjudicial en todos los sentidos, no me gustaría vivir en un México que divida a su gente como ya ha ocurrido en otras naciones, pero por supuesto que tampoco me gustaría vivir en un México en el que un cínico, demagogo y vesánico mandatario siga faltando el respeto a nuestra democracia, manipulando mediante ignorancia a la población y perjudicando la Patria que desde hace 210 años nuestras familias han construido con trabajo duro y perseverancia.