Supuestamente, Kayne West, rapero, productor, diseñador y líder de un culto cristiano, se ha lanzado como un aspirante a la candidatura como presidente de los Estados Unidos Americanos.
Aunque si nos detenemos a pensar un momento esto puede ser una broma más de este año que nos ha traído de cabeza, bien puede ser un giro más que cambie el futuro de nuestro país vecino.
Vamos a retroceder algunos años atrás cuando veíamos a una candidata como Hilary Clinton casi asegurando su silla dentro de la Casa Blanca y sin esperarlo, fue Donald Trump, empresari, actor de relleno y promotor de concursos de belleza, quien ahora es el mandatario de una de las potencias mundiales que con sólo el tronido de sus dedos y ahora con un comentario en redes sociales lo puede cambiar todo.
Entonces es probable que, lo que ahora mucha gente y hasta su familia política de West, declaran como evidencias de transitorios mentales, próximamente pueda llevarlo a ocupar esa silla en la Sala Oval en el Ala Oeste de la residencia presidencial.
El rapero en su primer evento de campaña donde salió con un chaleco antibalas y una faz que hasta el momento desconocíamos, precisó que cree que el aborto debe ser legal, pero propuso algo llamado “aumento máximo”, que consistiría en dar “un millón de dólares o algo así” a las mujeres que tuvieran un bebé para disuadirles de interrumpir su embarazo. También agregó a sus declaraciones el uso de las armas y sus ganas de que todos los ciudadanos americanos formen un equipo que suene al unísono.
Aunque uno de sus representantes había declarado que West quedaba fuera de la carrera hacia la presidencia, fue el rapero quien ya hizo el registro de su comité de campaña electoral ante la Comisión Federal de Elecciones, nombrando a sus partido BDY, que en español se traduce como cumpleaños, ya que asegura que cuando él gane la contienda será el cumpleaños de todo el mundo.
Analicemos un momento que no solo es un congresista que quiere el poder de el país más poderoso del mundo, sino de un artista que tiene influencia no solo en el medio musical ante miles de masas, sino de un líder de un culto cristiano que espera también inculcar eso en su tan ansiado mandato, de así lograrlo.