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El Niño del Atlántico provoca temperaturas en el mar más cálidas y genera ciclones categoría 3

El Niño del Atlántico es considerado como el hermano pequeño de El Niño que se desarrolla en las aguas del Pacífico, y en ambos casos, este fenómeno provoca que los huracanes se formen de una manera más intensa.



Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), "al igual que El Niño, El Niño del Atlántico se caracteriza por temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio".

Aunque este fenómeno impacta significativamente a África y América del Sur, potencializa a los ciclones tropicales que se forman en Cabo Verde, frente a la costa de África occidental, ya que absorben el calor que genera. Esto eleva hasta en un 85 por ciento la posibilidad de que estos meteoros, que azotan al Caribe, la Península de Yucatán, México y las costas de Estados Unidos, alcancen categorías superiores a la 3.

Es importante destacar que El Niño del Atlántico tiende a seguir a su hermano mayor y, a menudo, se desarrolla en el verano después de un invierno de El Niño, lo que indica que se percibirá en 2024. Los patrones de viento de superficie que acompañarán a El Niño a veces pueden desencadenar la retroalimentación que causa un Niño del Atlántico varios meses después, según expertos.

Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, señaló que falta mucho por aprender sobre este fenómeno, ya que no se ha investigado a fondo y no se tiene clara la relación con el fenómeno de El Niño. y La Niña.

Ante el aumento en la intensidad de los huracanes, los investigadores consideran que debe haber una mayor investigación e instrumentación científica para pronosticar este tipo de fenómenos meteorológicos. El director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, Jorge Zavala Hidalgo, consideró que con el huracán Otis, todos los pronósticos fallaron, incluso los del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Entre los retos para los próximos años, mencionó que se debe aprender de Otis; Además, revisar las redes de monitoreo, identificar los huecos que es deseable llenar en la costa y evaluar los protocolos de alerta temprana, adecuándolos a las tecnologías y las situaciones cambiantes, entre otros.

Por Areli Rodríguez


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