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El Juego, por Daniel Rodríguez

  • Foto del escritor: La Noticia al Punto
    La Noticia al Punto
  • 26 nov 2022
  • 4 Min. de lectura

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  • México enfrenta un partido vs la historia con dos viejas armas confiables: Andrés Guardado y el 5-3-2.


Andrés, que debutando en 2005 con Atlas, se coló de último minuto a la lista de Ricardo Antonio Lavolpe, provocando que Jaime Lozano, un jugador de todo el ciclo mundialista y el segundo mejor goleador en eliminatoria de ese proceso, quede fuera de la lista final.


Así pues, tanto Guardado como Ochoa, serían las apuestas jóvenes de un Ricardo Lavolpe que desde ese entonces ya nos tenía acostumbrados a ese tipo de apuestas.


Pasaría toda la primera ronda sin jugar. Pero, entonces, vendrían los octavos de final, y la gran sorpresa en la alineación: Andrés Guardado tendría su debut mundialista.


Bastarían 66 brillantes minutos para no volver más a México. En 66 minutos, Andrés dio una gran exhibición, tan es así, que saldría ovacionado cuando auxiliado tuvo que salir por una lesión.


Varios equipos preguntarían por él, incluso el Real Madrid tocaría la puerta del Atlas para tantear un posible préstamo. Sin embargo, sería el Deportivo La Coruña el gran ganador y el nuevo destino del Principito.


Es entonces cuando comenzó una de las más brillantes carreras de un mexicano en Europa. Andrés se ganaría a pulso el cariño de los blanquiazules, descendería con el equipo y se convertiría en el mejor jugador de la segunda división española para regresarlos a la máxima categoría.


De ahí vino el ciclo más complicado de su carrera, cuando en un mismo lapso sufre para tener minutos en Valencia y en Bayern Leverkusen, luego de esto recaló en el PSV y pasó a convertirse en capitán, figura y gran estandarte de un equipo que en principio lo pide prestado, pero que después lo compra para recibir con los brazos abiertos a su nuevo capitán.


Ahí Andrés aprende a jugar de medio centro defensivo, abanderado por nadie más y nadie menos que Phillip Cocu, y se consolida como uno de los mejores zurdos de su generación jugando en Europa.


Justo cuando comienzan los rumores de una posible repatriación de Andrés, el Real Betis lo ficha, y lo convierte, rápidamente también, en uno de los capitanes del equipo. Un equipo acostumbrado a jugar competiciones europeas y a competir en la parte alta de La Liga.


Así pues, Andrés este año cumple 16 años en el viejo continente. Así pues, mientras algunos ignorantes le llaman viejo, él sigue portando la capitanía y sumando minutos como titular en la élite mundial. ¿Cómo vas a estar al borde del retiro, cuando el mismísimo Manuel Pellegrini te alinea en Europa League y en Liga española? Así de confiable es la palabra de algunos medios "especializados".


Andrés merece todo el reconocimiento, por su actualidad y por su pasado. Cuando Javier Hernández, Jared Borgetti, Efraín Juarez, Omar Bravo, Diego Reyes, Miguel Layun y un sin fin de jugadores se fueron a probar suerte a Europa, Andrés ya era un valuarte de la Liga Española. Muchos de ellos ya se retiraron, muchos de ellos ya regresaron, muchos de ellos ya dejaron hace muchos años su mejor nivel, mientras que Andrés, sigue en lo más alto del fútbol mundial.


Honor a quien honor merece, y, repito, no por alinear en el United y el Madrid hace 10 años, si no por actualmente ser el segundo capitán de un equipo que juega en Europa League.


Honor a quien honor merece.


Luego está el otro viejo conocido: el sistema 5-3-2.


En el último siglo, y sin contar Qatar, México lleva disputados 5 mundiales. De todos ellos, en 2002 y en 2014 se tuvo el mejor desempeño el fase de grupos, y en 2006 se llegó más lejos, o al menos se jugó un poquito más de lo normal: los tiempos extras de los octavos de final.


¿Qué tienen en común estas tres participaciones? Que México jugó con el sistema 5-3-2.


Un sistema que parte de un buen posicionamiento del centro en la zona baja, una salida con espacios bien ocupados, y un defensa central que juega como un táctico que bien puede ser último hombre o bien puede incorporarse a la línea media cuando el equipo tiene posesión alta, quien sino Rafa Márquez para ocupar ese sitio de líbero en esas tres oportunidades.


Un sistema que permitió a Javier Aguirre ganarle a Ecuador, a Croacia y empatar a Italia, con Italia pidiendo la hora. Un sistema con el que Miguel Herrera venció contundentemente a Croacia y a Camerún, para sacarle el empate a Brazil y poner un ratito contra las cuerdas a Holanda.


Un sistema que nos resguarda de las distracciones defensivas que históricamente cometen nuestros laterales cuando defienden el poste del lado contrario a la jugada, y que nos va a permitir ser muy profundos en los carriles con Gallardo y Kevin Álvarez, que nos ayudará para marcar bien a Lautaro, Messi y Di María. Y, no sólo, eso, si no que nos hará atacar específicamente con mucha calidad el sitio en el que Messi jamás baja a ayudar y en el que Gallardo y el punta que inicie por izquierda podrán hacer mayoría numérica al ataque mientras Lionel camina por el campo.


Además, México jugará con 2 puntas quitando un 4-3-3 que la ofensiva se ha cansado de desangelar. Un sistema que lleva 2 años sin funcionar y que urgentemente pedía un refresco. Lozano y Vega serán punzantes y generarán caos en la defensa Argentina al no estar fijos en un extremo.


Esperemos que Herrera salga en un gran día, y que no existan pérdidas de balón como las del primer juego, porque detrás no estará Lewandowski y un mundo, si no una de las mejores tercias al ataque de los últimos tiempos.


México enfrenta una nueva cita vs la historia. Que los dos viejos confiables elegidos por el Tata nos den ese esperadísimo salto de calidad, el mundo entero estará viendo la posible debacle del favorito, y a México le encanta cuando el rival juega ese papel en fase de grupos, que pregunten en Alemania, Croacia y Francia.


 
 
 

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