Netflix nos sumerge en una realidad a menudo olvidada a través de su nueva película inspirada en la vida real y en problemáticas sociales que impactan más allá de nuestras fronteras. Nos referimos a una historia que tiene como telón de fondo la ciudad de Kiruna, ubicada en el norte de Suecia, y su lucha contra el hundimiento provocado por la actividad minera.
En este drama dirigido por Richard Holm, se presenta una mirada penetrante a la intersección entre la actividad económica, la explotación de recursos naturales y la planificación urbana sostenible. La protagonista, Frigga, interpretada magistralmente por Tuva Novotny, se ve enfrentada a un dilema monumental: equilibrar las demandas de su familia con las responsabilidades de su trabajo en la mina subterránea más grande del mundo.
Con el trasfondo del hundimiento gradual de Kiruna, la película arroja luz sobre las tensiones entre la preservación de la tradición y la necesidad de adaptarse al cambio. A través de los ojos de Frigga, jefa de seguridad de la mina, somos testigos del impacto humano de la explotación desmedida de recursos naturales y las decisiones urbanísticas cuestionables.
La película no solo aborda la resistencia al cambio y la lucha por la identidad, sino que también invita a reflexionar sobre la colaboración entre comunidades en tiempos de adversidad. Además, plantea interrogantes cruciales sobre el equilibrio entre la explotación de recursos y la preservación del entorno, y cómo estas decisiones afectan directamente a las personas y sus comunidades.
El hundimiento de Kiruna es mucho más que una película; es un recordatorio de las complejidades de nuestro mundo interconectado y de las decisiones que tomamos como sociedad, con repercusiones que van más allá de lo que podemos imaginar.
Por Areli Rodríguez