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El “Che Guevara”, ¿idealista o asesino? sus frases lo revelan

Vigía de la Libertad


¿Quién fue realmente el Che? ¿Un icono revolucionario socialista o un psicópata? Parece razonable pensar que la mejor manera de responder a esta pregunta es leer atentamente lo que el mismo comunista argentino dijo y escribió para luego sacar conclusiones. Podemos empezar, por ejemplo, con su diario de viaje, ese que quedaría tan romántica como falsamente retratado en la película Diarios de Motocicleta, que incluye pasajes como este, para describir su primer asesinato en la época de la guerrilla: “Acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola [calibre] 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y al parecer quedó muerto. Al proceder a requisarle las pertenencias no podía sacarle el reloj amarrado con una cadena al cinturón, entonces él me dijo con una voz sin temblar muy lejos del miedo: ‘Arráncala, chico, total…’. Eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder”. Los ensalzadores de el Che, se empeñarán en argumentar que aquello fue una necesidad militar, pero refiriéndose a ese hecho, el mismo Che le escribió a su padre en una carta: "Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar." Muy adecuado para un ídolo de camisetas. En una comparecencia por el canal 6 de la TV en febrero de 1959, el Che declaraba que "en La Cabaña todos los fusilamientos se hacen por órdenes expresas mías". (La cabaña fue la prisión militar donde el Che fue comandante después del triunfo de la revolución castrista en 1959). Ahi, el mismo violó a varias adolescentes antes de ordenar su muerte. Fueron varios centenares de fusilamientos en juicios sumarios que se llevaron a cabo, por supuesto, sin garantía de ningún tipo para los condenados, lo que los convierte en asesinatos puros y duros. En aquellos días le dijo a José Pardo Llada, que lo consigno en su libro libro Fidel y el Che, que "para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro".Por cierto, que en ese mismo libro se consigna una frase del Che sobre la libertad de prensa "Hay que acabar con todos los periódicos, pues no se puede hacer una revolución con libertad de Prensa. Los periódicos son instrumentos de la oligarquía".Tras la crisis de los misiles, la edición del 21 de diciembre de 1962 de Time recogió las declaraciones a Sam Russell, del periódico socialista londinense Daily Worker, en las que lamenta no haber tenido la oportunidad de desatar una guerra nuclear:“Si los cohetes hubiesen permanecido en Cuba, los hubiésemos utilizado contra el mismo corazón de los Estados Unidos incluyendo a Nueva York. Nunca debemos establecer la coexistencia pacífica. En esta lucha a muerte entre dos sistemas tenemos que ganar la victoria final. Debemos andar el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de víctimas atómicas”. Nunca dudó en defender sus crímenes públicamente en cualquier foro donde se le escuchara, por lo que resultaría extraño entender la adoración pública por el personaje, a no ser que la ideología los ciegue y les haga justificarlo todo, como fue el caso del propio Guevara. Por ejemplo, el 11 de diciembre de 1964, durante su segunda intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas dijo: "Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte". Como además de todas sus carencias personales, Guevara era completamente inútil en ninguna labor de Gobierno, Castro lo envió de guerrilla tanto a África como a Bolivia, donde demostró que tampoco eso se le daba muy bien que digamos. Lo ejecutaron en el país sudamericano el 9 de octubre de 1967, pero ese mismo año dejó una suerte de testamento político en su mensaje a la Tricontinental una organización dedicada a expandir el comunismo. Fue ahí donde escribió su famosa frase “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal” Estas son las ideas, del “héroe” que nos propone la 4T, el “ídolo” de Yeidckol Polevnsky y de el, cual la Ciudad de México, ya tiene una escultura para darle culto.


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