Con gran expectativa, los mexicanos esperamos la llegada del eclipse solar del 2024, un evento astronómico que promete ser cautivador. Contrario a algunas creencias, este fenómeno no acarreará efectos adversos para las personas, según explicó la doctora en Astronomía Lorena Arias, de la Universidad Iberoamericana.
Arias enfatizó que el único impacto será emocional, brindándonos la oportunidad de experimentar y maravillarnos ante esta maravilla cósmica. Aunque los eclipses han estado envueltos en diversas creencias ancestrales, la experta aclara que estas concepciones surgieron en tiempos de escaso conocimiento sobre el universo.
Incluso, la inocuidad del fenómeno se extiende a los seres vivos, quienes, según Arias, no perciben conscientemente el eclipse. Sin embargo, reconoció que podría alterar algunas funciones vitales debido a la disminución de luz, lo que podría inducirlos a comportarse como si fuera de noche.
En la era digital, el internet desempeña un papel crucial al permitir una difusión más amplia de información confiable sobre el eclipse. Esta accesibilidad es vital, especialmente para advertir sobre los peligros de observar el sol directamente, con o sin eclipse.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierte sobre los artículos que no se deben utilizar para ver el eclipse, incluyendo gafas oscuras, radiografías, negativos, vidrios ahumados y filtros caseros.
A pesar de la espera para presenciar un eclipse total nuevamente, los mexicanos podrán disfrutar de uno parcial en enero de 2028. Este recordatorio astronómico nos invita a apreciar la belleza del cosmos de manera segura y consciente, enriqueciendo nuestra conexión con el universo.
Por Salvador Sánchez
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