Todos alguna vez hemos visitado bares, cantinas restaurantes, cafés, antros con la única finalidad de pasarla bien, ir a lugares como los mencionados con anterioridad es en plan familiar, laboral, con la pareja o los amigos donde lo que menos esperas es pasarla mal.
Pues resulta que el Panicbotanic en la ciudad de León Guanajuato, un joven (que en lo sucesivo lo llamaremos "el joven") cuya discapacidad motriz le obliga a utilizar silla de ruedas llego al antro en cuestión con un grupo de amigos, lo cual al llegar al acceso principal, el guardia de seguridad le comenta a "el joven" que debe estar consciente que si el antro se llena él mismo debe estar sujeto a toda responsabilidad, lo cual "el joven" acepta sin ningún problema.
Estando ya instalados en una mesa, guardias de seguridad del establecimiento dialogan con los amigos de "el joven" sin dirigirse a él en un solo instante, lo cual momentos después se acerca a sus amigos para preguntar sobre la situación; donde se le comenta a grandes rasgos que su silla de ruedas pueda incomodar a otras personas y que literalmente estorba tanto para sus amigos como para los demás asistentes, donde una opción que fue sugerida al grupo de amigos fue "quitarle" la silla y que ocupara un lugar en el sillón (cabe resaltar que esto dejaría a "el joven" sin movilidad y poder disfrutar a sus posibilidades la estancia); y una opción más era cambiarlo se mesa porque estorbaba su silla de ruedas en la pista; estas opciones fueron validadas por la jefa del personal de seguridad.
La pésima atención o nulo desconocimiento sobre acceso a personas con alguna discapacidad, donde ellos deben ser atendidos de manera prioritaria es un caso urgente que necesitan valuar las autoridades competentes para que este tipo de establecimientos no discriminen a ninguna persona.
Hacemos un llamado, que si tu no alzas la voz, y no actúas ante un acto de discriminación hacia otra persona es como aceptar el hecho, donde nos falta empatía para con el prójimo.
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Por: María Elena Olmos
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