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A pesar de que la violencia no ha cesado en Sinaloa, acumulando más de 60 muertos en dos semanas, las fuerzas políticas del estado concentraron sus esfuerzos en una polémica reforma que afecta directamente a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). La noche del viernes 20 de septiembre, en una sesión a puerta cerrada y en una sede alterna, el Congreso de Sinaloa, bajo la influencia del gobernador Rubén Rocha, aprobó con 30 votos a favor de Morena y sus aliados, la nueva Ley Orgánica de la UAS. El Partido Sinaloense (PAS) votó en contra, con cinco votos, y se registraron dos abstenciones.
La nueva ley, que ha generado gran controversia, establece que a partir del próximo año la comunidad universitaria podrá elegir mediante voto directo y universal al rector o rectora, quien tendrá un mandato de cuatro años con posibilidad de reelección por un periodo similar. Esta disposición ha sido interpretada como un intento de intervención política en la UAS, lo que provocó una fuerte reacción del encargado del Despacho de Rectoría, Robespierre Lizárraga Otero. A través de Radio UAS, Lizárraga advirtió que la universidad no dudará en movilizarse para defender su autonomía: "Van a violentar la Ley, van a abusar del poder que el pueblo les dio, pero ante ellos tienen a una universidad firme, que cree en el derecho y la justicia".
Además de la batalla legal, el control de un presupuesto de más de 5 mil millones de pesos para 2024 está en juego, lo que ha incrementado la tensión entre la universidad y el gobierno estatal.
En paralelo, la violencia en Sinaloa sigue siendo alarmante. El fuego cruzado, incendios y la presencia de helicópteros militares sobre la Alameda fueron algunos de los reportes recibidos por la Secretaría de Seguridad Pública. La Fiscalía ha informado sobre la detención de 40 civiles en 12 días, el decomiso de 20 armas de fuego, 30 mil cartuchos y la retención de 75 vehículos. Sin embargo, el saldo más impactante es la cifra de 64 personas asesinadas y 29 balaceras registradas en la entidad en este corto periodo.
Por Angel Soto
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