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El exfutbolista brasileño Dani Alves enfrenta una sentencia de cuatro años y medio de prisión después de ser hallado culpable de violar a una mujer en los baños de una discoteca en Barcelona. El tribunal de la capital catalana dictaminó que Alves agredió sexualmente a la víctima sin su consentimiento, respaldado por pruebas contundentes y el testimonio de la denunciante.
Además de la pena de cárcel, se le impuso a Alves cinco años adicionales de libertad vigilada, una orden de alejamiento de la víctima por 9 años y medio, y el pago de una indemnización de 150 mil euros. Aunque el exjugador del FC Barcelona y del PSG tiene la opción de apelar la sentencia, su futuro legal se ve comprometido tras más de un año de reclusión en prisión preventiva.
Durante el juicio, la Fiscalía respaldó firmemente el relato de la denunciante, solicitando inicialmente una pena de nueve años para Alves. Por su parte, la defensa del acusado argumentó en favor de su absolución, sugiriendo el consumo de alcohol como una posible atenuante.
Los hechos, ocurridos en diciembre de 2022, desencadenaron un juicio altamente mediático que incluyó testimonios de testigos y una profunda investigación sobre el incidente. A pesar de los intentos de Alves por desacreditar las acusaciones y presentar las relaciones como consensuadas, el tribunal concluyó que la violencia fue empleada para coaccionar a la víctima.
El caso ha sacudido los cimientos del fútbol y ha generado un debate sobre la responsabilidad y el comportamiento de las figuras públicas en situaciones de violencia sexual. Dani Alves, reconocido por su éxito en clubes como el Sevilla, la Juventus y el FC Barcelona, ahora enfrenta las consecuencias legales de sus acciones, marcando un punto crítico en su carrera y reputación.
Por Ricardo Castañeda
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