José Luis Camacho Acevedo
El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó, la tarde de ayer, su esquema de reformas constitucionales en las que reafirmó, en muchos casos con la verdad de la historia a su favor, un rescate de los postulados que rescatan de la marginación a millones de mexicanos y que regulan varios aspectos fundamentales en nuestras vidas públicas y económicas que en la actualidad son elementos que tienen efectos tan indeseables como la concentración de la riqueza, los privilegios para poder tener recursos con los que se puede llegan a comprar la justicia o la corrupción pública y privada.
Por la mañana, en el Querétaro, en el histórico Teatro de la República, se celebró el centenario de la promulgación de la Constitución vigente.
Hubo dos discursos que fueron sendas defensas de sus respectivas trincheras.
Primero el ministro Alberto Pérez Dayan condenó fuertemente la intromisión del Ejecutivo en la vida del poder Judicial y aseguró que no dejarán que se termine con la división de poderes que existe actualmente en México, por intereses políticos de control.
Después Luis María Alcalde, quien asistió al evento en representación del presidente López Obrador, realizó fuertes pronunciamientos defendiendo las reformas que presentaría el primer mandatario.
Y por supuesto, la funcionaria aclaró que será una prioridad la elección de jueces y magistrados por la vía del voto popular.
Estamos ante un retablo de las maravillas.
Para el presidente López Obrador, para el ministro Pérez Dayan y para la titular de Gobernación, es posible devolver a los mexicanos los derechos que la Constitución consagra.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho.
Por lo pronto el discurso del presidente, tan agresivo para los que componen en todos los órdenes el neoliberalismo que tanto condena, no contribuye en mucho para lograr la anhelada reconciliación nacional.
El Presidente reconoció que, por ahora, no tiene la mayoría calificada para lograr la aprobación de sus once propuestas en las cámaras de senadores y diputados.
O sea que fueron solamente buenos deseos lo que anunció el Presidente.
Y también fue una declaración llena de confrontación la que emitió el ministro Pérez Dayan.
Seguimos, simple y sencillamente, como estábamos antes de este cinco de febreros lleno de discursos y buenos deseos.
EN TIEMPO REAL.
1.- En Acapulco marcha bien el proyecto de lograr su reelección de la actual alcaldesa Abelina López Rodríguez. Está dedicada, después del desastre que causó entre la población más desamparada, a tratar de recuperar los mínimos niveles de bienestar de los pobres del puerto. Una muestra de la sensibilidad de Abelina, fue que Pepe Aguilar, cantante de regional mexicano, afirmó que regresará a los acapulqueños afectados por el huracán Otis, el dinero que cobró por su presentación en el XVII Festival Internacional de la Nao de Acapulco que estaba programado para diciembre pero se pospuso hasta este pasado fin de semana. El cantante declaró que su sueldo se distribuirá para que siga la recuperación de Acapulco.
2.- La reciente sustracción y exposición ilegal de datos personales de cientos de periodistas desde la Presidencia de la República “genera una genuina preocupación sobre la seguridad cibernética” del gobierno federal, así lo consideró el Grupo Integral de Derechos Humanos (GIDH) "Lex-magister". Jesús Rey Fierro Hernández, quien preside el GIDH, afirmó que las autoridades gubernamentales dejan mucho que desear sobre el tema de la seguridad en el contexto de “un país considerado entre los más peligrosos del mundo para los periodistas”. copias de pasaportes y tarjetas de identificación; así como sus domicilios, han sido expuestos”.
3.- Finalmente sí se dieron las corridas de toros en la Plaza México. Los defensores de los animales, de muy cuestionables intereses, volvieron a provocar jaloneos y golpes el domingo pasado. No deben ninguna protesta, sea cual fuere su noble causa, recurrir a la violencia.
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