El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá este lunes con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador para dialogar sobre la incesante migración ilegal y el tráfico de fentanilo, dos crisis sin solución a corto plazo.
"Nuestros problemas en la frontera no surgieron de la noche a la mañana. Y no se resolverán de la noche a la mañana", admitió Biden en Twitter tras ser recibido por López Obrador la noche del domingo.
El mandatario señaló que su gobierno está utilizando las herramientas disponibles para "limitar la migración ilegal" y "ampliar la legalidad", pero enfatizó que para componer este sistema "roto" el Congreso estadounidense "debe actuar".
Biden y AMLO (como se conoce al presidente anfitrión por sus iniciales) se encontrarán el lunes durante la tarde en el palacio presidencial en Ciudad de México, un día antes de celebrar la Cumbre de América del Norte junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
"Que (Biden) se ponga la mano en el corazón (...), hay muchos niños que los separan de sus familiares", clamó el domingo en Ciudad Juárez el venezolano José David Meléndez, de 25 años, expulsado justo cuando el presidente visitaba la vecina El Paso, Texas.
Biden hizo una parada en esa ciudad antes de volar a México para su primera visita oficial, en un intento por aplacar las críticas por no haber visitado la convulsa frontera de 3 mil 100 km en dos años de gobierno.
Las restricciones migratorias provocan que miles permanezcan varados en México, especialmente por el Título 42, medida anticovid que autoriza la expulsión exprés de indocumentados.
Biden llegó a México con un programa de migración limitada para Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela -sumidos en profundas crisis-, que admitirá mensualmente a 30 mil personas durante dos años.
Organizaciones como el Comité Internacional de Rescate advierten que medidas parciales "solo empujarán a quienes busquen asilo a situaciones peligrosas", como los secuestros por parte de traficantes de personas.
Por Julio Rodríguez
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