La Arquidiócesis Primada de México ha emitido una alerta ante el creciente flujo de migrantes, señalando la saturación de los espacios de acogida en la Ciudad de México. En medio de esta preocupante situación, cientos de personas se encuentran en situación de calle, enfrentándose así a una grave vulnerabilidad. El Episcopado Mexicano ha denunciado la difícil realidad que viven los migrantes y refugiados en el país, describiendo su experiencia como un verdadero viacrucis y calvario, marcada por delitos, amenazas, extorsiones y violaciones a sus derechos humanos.
En un comunicado oficial, la Arquidiócesis ha informado que se encuentra coordinando esfuerzos con la academia, organizaciones de la sociedad civil y agencias humanitarias para llevar a cabo gestiones que benefician a los migrantes y refugiados. Aunque reconocen que los refugios gubernamentales son parte de la solución, enfatizan que no resuelven los problemas fundamentales asociados con las migraciones forzadas.
Por su parte, la Secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, ha rechazado las acusaciones de retornos obligatorios a estados del sur de México. Enfatizó que las recientes acciones de rescate y traslado de 246 personas, procedentes de Centroamérica, Venezuela y Haití, son parte de una estrategia nacional de migración. Bárcena explicó que se está trabajando en la dispersión de migrantes, llevándolos a diferentes lugares del territorio nacional para una atención más efectiva y evitar la concentración en un solo sitio.
La crisis humanitaria en la Ciudad de México requiere una respuesta urgente y coordinada de diversas instancias, tanto gubernamentales como de la sociedad civil, para abordar las necesidades inmediatas de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad extrema.
Por Omar Carmona
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