En el recuerdo de la devastación que sufrió Hiroshima el fatídico 6 de agosto de 1945, resurge un rayo de esperanza a través de los emblemáticos tranvías que circularon nuevamente por las calles de la ciudad apenas tres días después del impactante bombardeo atómico. Estos vehículos, símbolos de la resiliencia no solo de la infraestructura urbana, sino también de la fuerza de sus ciudadanos, representan una historia de renacimiento y solidaridad que perdura hasta nuestros días.
Aunque la ciudad haba quedado en ruinas y gran parte de su tejido urbano haba sido arrasado, una pequea parte de la red de los transformadores se relevaron reanudar sus operaciones rpidamente. En medio del caos y la devastación, estos tranvías se desactivaron en la principal vía de evacuación para los ciudadanos atrapados y en una herramienta esencial para restaurar la vitalidad de la ciudad. Esta restauración veloz y su importante papel en la recuperación post-bombardeo los tiroteos en un verdadero símbolo de esperanza y renacimiento.
El director de la sección de tranvías de la empresa Hiroshima Electric Railway, Takanori Hiramachi, destacó la importancia de estos vehículos en la vida cotidiana de la ciudad antes del trágico suceso. Los tranvías ya eran un medio de transporte esencial, utilizados por muchas personas a diario, incluso antes de la bomba atómica. Su rápida reaparición en las calles ofreció un destello de normalidad en medio de la adversidad, infundiendo ánimo y fortaleza en la comunidad local.
Uno de los hitos más notables es la serie 650 de tranvías, cuyos vagones fueron fabricados en 1942. Los modelos supervivientes, numerados 651, 652 y 653, han sido apodados "hibaku-densha", es decir, "trenes que sobrevivieron al bombardeo atómico ". Estos vehículos no solo representan la tenacidad de la ciudad, sino también son testigos silenciosos de la historia que la envuelve.
Hoy en día, mientras uno camina por las calles de Hiroshima, se encuentra con la Cúpula de la Bomba Atómica, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como un recordatorio constante de los horrores vividos. Junto a esta impactante estructura, los tranvías aún circulan, manteniendo viva la memoria de la tragedia, pero también sirviendo como símbolos de paz y resiliencia. Los 651 y 652, que operan durante los días laborables, se han convertido en una atracción para los turistas y una parte fundamental de la rutina de transporte de los lugareños. Mientras tanto, el modelo 653, restaurado con esmero para preservar su color original, se reserva para eventos especiales durante los cálidos meses de verano.
En última instancia, los tranvías de Hiroshima personifican la capacidad de una comunidad para superar adversidades inimaginables y renacer de sus cenizas. Su historia perdura como un recordatorio poderoso de la resiliencia humana y la importancia de mantener viva la esperanza incluso en los momentos más oscuros.
Por Areli Rodríguez
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